Nunca en sus sueños más locos, hubiera imaginado Nina entrar en la casa de Samson en Nob Hill. Pero allí estaba, en la puerta de entrada, con Amaury a un paso delante de ella, esperando que la puerta se abriera. Ella cambiaba nerviosamente de un pie a otro. ¿Era esta una buena idea? Ella podía controlar a Amaury. Él la deseaba con lujuria y por lo tanto no estaba interesado en hacerle daño, pero ¿qué pasaría con los otros? Nina no había olvidado la orden que Amaury había recibido, de borrar su memoria.
Un rayo de luz iluminó a Amaury, mientras se abría la puerta a mitad de camino.
—¿Olvidaste tu llave? —preguntó una voz masculina.
—No quería importunar sin previo aviso. No estoy solo.
La puerta se abrió más, y la luz llegó hacia ella mientras Amaury la atrajo a su lado. Se encontró con la mirada de su anfitrión y reconoció a Samson. Su pulso se aceleró.
Se dio cuenta de que él levantó una ceja a Amaury, como para regañarlo. Pero un segundo después, se convirtió en el anfitrión perfecto.
—Por favor, pasen. No creo que nos hayamos presentado.
Samson extendió su mano hacia ella, y ella la estrechó, preguntándose si se daría cuenta de cuán húmedas estaban las palmas de sus manos.
—Buenas noches —dijo Nina. Ella esperaba que fuera apropiado; ¿cuál era el saludo correcto que se daba cuando se era presentado a un vampiro?
—Samson Woodford. —Su presentación fue formal, como si estuvieran tomando el té con la reina.
—Esta es Nina.
—Encantado de conocerte. —Samson los condujo a la sala. Se mantuvo rígido y luego se volvió a Amaury—. ¿Podría hablar contigo en privado?
Sí, Samson estaba claramente disgustado con su presencia. No tenía que ser adivina, para darse cuenta de eso.
—Eso no va a ser necesario. —Amaury respondió, provocando que su amigo frunza el ceño—. Nina sabe quiénes somos.
Se hizo un silencio tan denso, que podía haber cortado a través de él con un cuchillo, mientras Samson la miraba de arriba a abajo, presionando sus labios con fuerza. Su descontento con Amaury era evidente. Tal vez esa no era una buena idea después de todo. ¿Qué tal si él esperaba que Amaury «se hiciera cargo de ella», ahora que había revelado sus secretos?
Nina se dio cuenta de cómo Samson la olía y sintió el calor llegar a sus mejillas. Si Luther había sido capaz de oler a Amaury en ella, incluso antes de que hubieran tenido sexo, ella sólo podía imaginar, lo que Samson podía sentir ahora con su olor. Bajo su mirada, su rostro ardía de la vergüenza que sentía hasta en los folículos de su cabello. Buscó el hueco que sin duda se abriría justo en frente de ella para tragársela.
—¿Te importaría explicarme por qué trajiste una de tus mujeres a mi casa? —La voz de Samson era fuerte e inflexible.
¿Una de sus mujeres?
Ella odiaba como sonaba eso. Claro, todo lo que había pasado entre ellos, no iba a ser algo permanente, pero ser clasificada como «una de sus mujeres», la hacía sonar como una puta. Y ella no era ninguna puta. Bueno, no realmente de todos modos. Su moral no era peor que la de Amaury, eso estaba claro. No es que fuese un nivel tan alto de alcanzar.
—Ella no es una de mis mujeres.
Ella podría haberlo abrazado por defender su moral. Nadie nunca la había defendido. Tal vez era realmente un buen tipo.
—Es la hermana de Edmund Martens, quien mata a los vampiros para vengar a su hermano.
O tal vez no. Amaury había decidido echarla a los lobos, después de haber dormido con ella. Perfecto. Había conseguido lo que quería, y ahora él se retractaba de su promesa. ¿Por qué había creído en él, en primer lugar? ¿Estaba completamente delirante?
—Bueno, eso explica las cosas. Yvette mencionó que estabas con una humana —respondió Samson, su voz mucho más relajada ahora.
—Quién iba a decirlo. —Le dijo Amaury con un gruñido.
Samson levantó la mano—. Ella sólo está haciendo su trabajo. —Miró a Nina y señaló el sofá—. ¿Nos sentamos?
—Samson, cariño, ¿has visto el libro de embarazo que bajé antes? No lo puedo encontrar. —Una mujer pequeña irrumpió en la sala y luego se detuvo en seco.
—Oh, lo siento. No me di cuenta que teníamos compañía. Hola, Amaury.
—Buenas noches, Delilah. Perdón por molestar.
La mirada de Delilah se posó sobre Nina. Nina la devolvió. ¿Era ella un vampiro también? Ella parecía decididamente normal.
—¿No vas a presentarme a tu amiga? —Ella le extendió su mano—. Soy Delilah.
Nina le dio la mano.
—Ella es Nina Martens —dijo Samson.
—¿Martens? —Delilah le dirigió una mirada de sorpresa, y Nina asintió con la cabeza.
—Edmund Martens era mi hermano.
—Oh, querida. Lo siento mucho. —Un segundo más tarde, se encontró con que la bonita mujer la abrazaba. No sabía cómo responder, miró por encima del hombro de Delilah, y vio las asombradas expresiones de Amaury y Samson, hasta que los labios de Samson finalmente se encogieron en una sonrisa.
—Dulzura, estás haciendo incomodar a nuestra huésped.
Delilah la soltó y respondió a su marido con una sonrisa contenida—. Me siento tan emocional en estos días. —Luego se volvió y miró a Nina—. Son sólo las hormonas. Siéntense. Le diré a Carl que nos traiga unos refrescos.
Antes de que pudiera darse vuelta, un hombre corpulento vestido con un traje oscuro, apareció detrás de ella.
—Señorita Delilah, ¿puedo traer algunas bebidas frías?
—Eso sería genial, Carl.
Minutos después, estaban todos sentados con las bebidas delante de ellos. Nina vio a Delilah mientras se sentaba cerca de Samson, la mano de ella tranquilamente se posó sobre su muslo, y él la acarició.
—Delilah, parece que Nina sabe que somos vampiros —dijo Samson.
—¡Oh!
—Y parece decidida a vengar a su hermano, matando a algunos de nosotros.
Samson miró directamente a Nina, dándole la sensación de que estaba como una colegiala mala, que era llevada ante el director estricto de un reformatorio. Sin embargo, no parecía haber ninguna amenaza en su voz. Más bien parecía como si se estuviera burlándose de ella. ¿No se daba cuenta de que podía luchar con los vampiros? Ya había matado a uno de ellos.
—Creo que he podido convencerla de que no somos los tipos malos —intervino Amaury—. Pero eso no es por lo que la he traído aquí esta noche. Tenemos un problema más grande en nuestras manos, que esta pequeña aspirante a asesina.
—¡Hey! ¡Yo no soy un aspirante a asesina! —¿Acaso nadie la tomaba en serio?
Amaury se rio de su protesta.
—Tú me prometiste dejar que me hiciera cargo de esto. Y lo haré. Por lo tanto, no matarás más. —Él tomó su mano y la apretó, antes de volver su mirada a Samson y Delilah—. Luther está en la ciudad.
—¿Luther? —De un tirón, Samson se levantó de su asiento y empezó a caminar.
—Sí. Nina lo encontró. O más bien, se acercó a ella esta noche cuando estaba investigando la muerte de su hermano. Él estaba en Mezzanine.
—¿No es donde Zane y Quinn seguían a su sospechoso? —preguntó Samson.
—Sí, y es también el lugar donde el informante de Nina le dijo, que encontraría al hombre que estaba involucrado en la muerte de Eddie.
—¿Crees que Luther tiene algo que ver con esto? —Se dejó caer de nuevo en el sofá.
Amaury asintió con la cabeza—. No hay razón para que vuelva a San Francisco, que no sea por venganza. Yo pensaba que no lo vería más.
—Supongo que no. ¿Luther te vio?
—Intercambiamos algunas palabras. Pero lo peor es que él sabe que Nina está conmigo.
¿Con él? ¿No había sonado eso un poco posesivo? El hecho de que se había acostado con él, no quería decir que estaba con él. Sería mejor explicárselo.
Amaury continuó—: Él está tramando algo. Yo pude sentirlo.
—¿Has leído sus emociones? —preguntó Delilah.
Que pregunta más rara. ¿Cómo él iba a leer las emociones de alguien? Nina dio a Amaury una mirada de reojo.
—No. Por alguna razón no pude. Tal vez él las escondió, para ocultar lo que estaba tramando.
—Pensé que nadie podía ocultar sus emociones de ti. —La mirada aturdida de Samson lo invadió.
Amaury se encogió de hombros—. No estoy seguro últimamente.
¿De qué demonios estaban hablando? La curiosidad pudo más que Nina—. ¿Qué quieren decir con que lees las emociones?
Samson levantó las cejas—. Creo que Amaury no te ha dicho nada acerca de su don, todavía.
Ella atrapó a Amaury dándole a Samson una mirada como si quisiera cortarlo, pero su amigo continuó sin inmutarse—, Amaury tiene un don psíquico y puede sentir las emociones de las personas a su alrededor. Ha llegado a ser más que útil muchas veces.
¿Un don psíquico? ¿Quería esto decir que sabía lo que estaba sintiendo todo el tiempo? ¡Oh, no! Eso sonaba terrible. De repente se sintió expuesta, desnuda y vulnerable. Si hubiera sabido que él podía leer sus emociones, nunca se habría acostado con él. Él tenía una ventaja injusta. No era de extrañarse que estuviera tocándola como un instrumento de cuerda. ¿Qué más sabría? ¿Podría decir lo que realmente sentía en su corazón?
Sintió su mano apretándola ligeramente—. No te preocupes. Voy a explicártelo más adelante.
Ella le quitó su mano. ¿Qué había que explicar? Podía ver a través de ella, como a través de una pared de cristal. Ahora sabía todo sobre ella, sus miedos, sus esperanzas, y lo peor de todo, cómo se sentía acerca de él, las sensaciones que ni ella misma podía reconocer. No, esto no era bueno. Esto no era nada bueno.
—Me pondré en contacto con Gabriel y le advertiré para que busque a Luther. ¿Acaso Zane no lo vio en el club, si había seguido a Paul Holland? —La voz de Samson, estaba más tranquila que la primera vez que había oído hablar de Luther.
—Zane nunca conoció a Luther antes. Me aseguraré de que Gabriel distribuya su fotografía. También debería tratar de averiguar, si Paul era el hombre que el informante de Nina señaló.
—De acuerdo —dijo Samson.
—Tengo una idea —interrumpió Nina.
—No —la orden de Amaury llegó sin vacilar ni un solo segundo.
—Ni siquiera sabes cuál es mi idea.
—La respuesta sigue siendo no. Te has puesto en peligro lo suficiente para una noche. Eso es todo lo que puedo manejar por ahora.
¿Eso era todo lo que él podía manejar?
Nina atrapó la sonrisa de Samson—. Tal vez deberíamos escuchar la sugerencia de Nina. Después de todo, es por ella que fuimos alertados de Luther.
El gruñido molesto de Amaury, la llenó de satisfacción. Por fin alguien se le oponía. A ella le agradó Samson. Parecía un tipo bastante sensato… para ser un vampiro por supuesto. Y su esposa era dulce y tan pequeña sentada junto a él. Mientras que el idiota a su lado… bueno, ella trataría con él más tarde. Pero él seguramente no se iba a salir con la suya dejando detalles tan importantes, como su don psíquico, fuera de la conversación.
—Estaba pensando si podemos confirmar de que él me reconoció, entonces sabríamos que él es el hombre correcto.
—No es una buena idea. Sería mejor encontrar a Benny y hacer que identifique al tipo. —La voz de Amaury sonaba ronca.
—Benny se fue de la ciudad. No se sabe en qué agujero se esconde ahora.
—¿Benny? —Samson levantó una ceja en pregunta.
—Mi informante.
—Vamos a poner a uno de nuestros muchachos a trabajar en él, a ver si podemos encontrarlo. —Amaury miró a Samson, obviamente tratando de obtener su aprobación.
—Es una pérdida de tiempo. —Nina sabía que sería inútil— Podría tomar días en seguirle la pista. ¿Realmente quieres esperar tanto tiempo? —Dirigió una mirada a Samson, ignorando por completo a Amaury. En este momento le molestaba demasiado, tratar con él… que no debería ser una sorpresa para él, ya que estaba leyendo sus emociones. ¡Maldita sea, cómo odiaba eso!
—Ella tiene razón. Voy a hablar con Gabriel y haré que prepare algo. —Samson lanzó una mirada determinada a Amaury.
—Bien, pero con una condición. Nina no saldrá de mi lado. —Como para reafirmar su declaración, le tomó la mano de nuevo.
—Está bien —coincidió Samson.
¿Había una sonrisa en la cara de Samson? Parecía que sí. Cuando miró a Delilah la vio, también, ocultar una sonrisa. Tenía que ser una broma entre ellos, porque Nina no podía entender qué era lo que ambos encontraban tan divertido.