Amaury se precipitó por las calles del centro de San Francisco, antes de llegar a una parada del Tranvía y se subió al tranvía antiguo, que lo llevó por la cuesta empinada hacia la casa de Samson.
A él le gustaba el grupo de vecindarios de la ciudad que se asemejaban a una metrópoli, y donde no era difícil ocultarse de ser un vampiro. Con una población tan ecléctica como el interior de una casa de empeño, San Francisco era el escenario perfecto para los vampiros de hoy en día. Ser excéntrico o extraño, no era nada inusual en esta ciudad, donde incluso el alcalde era uno de ellos.
La población vampírica de San Francisco crecía en forma constante, atraída por los muchos atributos que a los seres humanos les gustaba de una ciudad brumosa: una hermosa arquitectura, vistas impresionantes, y habitantes tolerantes.
Surgieron muchas empresas de vampiros. Había varios clubes nocturnos de moda, un periódico, Las Crónicas de Vampiros de San Francisco, que se distribuía discretamente en los hogares de vampiros, compañías de inversiones, y por supuesto, la empresa de seguridad de Samson, Scanguards, que operaba a nivel nacional. Proveía guardaespaldas y guardias de seguridad para personas y empresas, dignatarios extranjeros, políticos, y celebridades.
Para cuando Amaury llegó a la casa victoriana de Samson en el barrio más exclusivo y caro de Nob Hill, entró con sus llaves, todo el mundo estaba reunido. Incluso antes de oír sus voces, sintió el tumulto de emociones en la casa: ira, incredulidad, confusión.
Su alivio no duró mucho. La próxima ola de dolor, estaba formándose como un tsunami que se acercaba a la costa del Pacífico. Se preparó mientras caminaba por el pasillo con paneles de madera, hacia la oficina privada de Samson en la parte trasera de la casa.
Mostrando la habitual sonrisa en su rostro, entró a la sala, manteniendo su tormento para sí mismo como siempre. Si bien sus amigos sabían de su supuesto don, no tenían ni idea del dolor que le causaba diariamente y las cosas que tenía que hacer para no dejar que su cabeza le explotara. No quería su compasión.
Todos ellos pensaban que era un maniático sexual suelto que se cogía a todas las mujeres a las cuales podía tener en sus manos, sólo por el gusto de hacerlo. En realidad sin sexo, hubiese enloquecido hace mucho tiempo, matando a todos y a todo a su paso. El sexo significaba supervivencia… para él y para todos los que le rodeaban.
—Ya era hora Amaury —Samson lo saludó con una pizca de disgusto en su voz. Teniendo más de 1.80 metros de altura, pero con una complexión mucho más delgada que el amplio cuerpo de Amaury, el mismo pelo negro, pero penetrantes ojos avellana, cada centímetro de su jefe se veía, como el hombre poderoso que era.
—Samson, muchachos —contestó él y miró alrededor. Todo el mundo estaba allí: Ricky, Thomas, Carl, y todos los vampiros como él.
Incluso Oliver, ayudante humano de Samson, un rostro fresco con veinticuatro años de edad, estaba presente. Y por supuesto Delilah, la esposa humana de Samson, su compañera vinculada por sangre.
Amaury le dio una cálida sonrisa, la cual ella le devolvió mientras movía su pelo largo y oscuro por encima del hombro, su fino cuerpo se veía incluso más delgado, al estar de pie junto a su hombre.
Él notó a Samson poniendo su mano sobre la de ella, un gesto tan instintivo, que Amaury dudaba que su amigo lo notase al hacerlo. El amor que irradiaba la pareja, casi lo hizo caer de rodillas. Él se irguió.
—¿Cuál es la crisis? —preguntó en cambio.
—Thomas, conecta a Gabriel —ordenó Samson.
Thomas escribió algo en el teclado y se retiró de la pantalla. Como siempre, el genio de Informática de Scanguards estaba vestido con su traje de motociclista favorito: cuero, cuero, y más cuero—. Gabriel, tu turno.
Un segundo más tarde, Gabriel Giles, jefe de operaciones de Scanguards en la oficina central de Nueva York, apareció en el monitor de la computadora, que se giró para que todos pudieran ver.
Su imponente presencia, llenaba la pantalla. Su largo cabello castaño estaba atado en una cola, y la cicatriz que se extendía desde el mentón hasta la oreja derecha, parecía dar pulsadas. Nadie había osado preguntarle cómo se la había hecho. Y Gabriel no era de los que voluntariamente daba información que no era asunto de nadie. Amaury sólo sabía que había sido producto de cuando Gabriel era un ser humano, ya que la piel de un vampiro no cicatrizaba.
—Buenas noches a todos —la voz de Gabriel se escuchó fuerte y clara.
—Hemos sido alertados de un problema. No hay manera fácil de decirlo, así que aquí va. Un segundo guardaespaldas, ha matado a un cliente y luego se suicidó.
Los murmullos colectivos y gestos de incredulidad se contuvieron rápidamente, mientras las emociones continuaron hirviéndoles por dentro.
—Como todos ustedes recuerdan, hace un mes, uno de los guardaespaldas de Scanguards de San Francisco, mató al millonario que estaba protegiendo y luego se suicidó. Pensamos que era un incidente aislado. Por desgracia, con este segundo asesinato, que se refiere a otro empleado de San Francisco, no nos podemos dar el lujo de calificar esto como un simple individuo que enloqueció. Alguien está jugando con nosotros.
Samson asintió con la cabeza—. Gabriel y yo hablamos hace un rato. Las últimas noticias de la noche, darán a conocer la historia. Tenemos que estar preparados para hacer control de los daños. Mañana los periódicos nos harán pedazos. Nadie considerará esto como una coincidencia. Y estamos seguros, de que no lo es.
—¿Algunos vampiros han caído ante la sed de sangre? —preguntó Thomas.
Amaury escuchó. Sed de sangre… todos lo temían, la necesidad incontrolable de tomar más sangre de la que era necesaria, que en última instancia, los llevaba al asesinato y a la locura.
Gabriel negó con la cabeza—. No. Ambos guardaespaldas eran humanos.
—¿Hay alguna conexión entre ambos? —intervino Amaury.
—Negativo —respondió Samson rápidamente— por lo menos nada que pudiera determinarse de forma rápida. Aparte del hecho de que ambos fueron contratados aquí en San Francisco, no tienen nada obvio en común.
—Yo conocía a Edmund Martens. Yo lo contraté —dijo Ricky. Aunque él se creía un muchacho de California Beach y había adoptado muchas costumbres de su nuevo país, realmente no podía ocultar de donde provenía: su pelo rojo, la cara llena de pecas y el apellido decididamente irlandés, O’Leary, lo delataban.
—Dios, Eddie era prometedor. Sin embargo, cuando mató a ese cliente el mes pasado, pensé que había perdido la razón y había vuelto a sus viejas costumbres.
—¿Qué costumbres? —preguntó Amaury.
—Mala niñez. Se escapó de su familia adoptiva y cayó en la delincuencia… lo habitual. Nunca pensé que iría tan lejos y llegara a matar a alguien. No parecía un tipo violento. Pero a veces no hace falta mucho para que alguien caiga más profundo. Sólo pensé que finalmente, él mismo se había salido de todo eso.
—Tal vez lo hizo. —La mirada de preocupación de Samson decía mucho, haciéndoles ver que no creía que los dos guardaespaldas humanos tuviesen la culpa.
—¿Quién es el segundo tipo? —consultó Ricky.
—Kent Larkin.
Ricky se quedó boquiabierto—. Era sólo un niño. No debe haber trabajado más de seis meses para nosotros.
—Un poco más de cinco meses —confirmó Gabriel.
—¿Qué pruebas tenemos de que Edmund y Kent realmente mataron a sus clientes? —Amaury necesitaba hechos. No quería sacar conclusiones precipitadas.
—Un testigo en el caso de Edmund y la pistola humeante en el de Kent.
—¿Tenemos a alguien dentro de la policía? —Delilah preguntó de repente. La mirada de todo el mundo se centró en ella—. Bueno, será mejor asegurarnos de que sepamos lo que ellos saben, antes de que sea del conocimiento público.
Desde que Delilah hizo el vínculo de sangre con Samson, había comenzado a tomar un interés activo en la empresa. Como una compañera por vínculo de sangre, tenía derecho a todas las propiedades de Samson, y el hecho de que ella había empezado a compartir las decisiones importantes, no parecía molestar a su hombre en lo más mínimo. Después de todo, ella era su igual.
Amaury se sorprendió por el cambio que había visto en su viejo amigo. Después de 200 años de soledad, Samson no había tenido problemas de adaptación al casarse con una mujer fuerte. Amaury dudaba de que él mismo se ajustara con tanta facilidad, como Samson lo había hecho, siendo este asunto una cuestión totalmente teórica. Amaury sabía que nunca se vincularía, porque en realidad, nunca podría amar a nadie.
—Voy a hablar con G —dijo Samson, refiriéndose al alcalde—. Me aseguraré de que nos mantenga informados. —Volvió a mirar a la pantalla—. ¿A qué hora aterrizas?
—Todo el mundo está en camino hacia el aeropuerto ahora. Vamos a llegar más o menos una hora antes del amanecer.
—¿No crees que eso es arriesgado? —preguntó Ricky.
—No puedo evitarlo. Tenemos que movilizar las tropas primero y prepararnos a nosotros mismos.
—¿También vienes tú? —preguntó con sorpresa Amaury. Gabriel rara vez salía de Nueva York. Si salía de la costa este por esto, era porque esperaba que estos eventos se convirtieran en un problema mayor. Y si se estaba arriesgando a salir y estar al descubierto tan cerca del amanecer, la evaluación de Gabriel de la situación, tenía que acercarse a la catástrofe.
—No podemos confiar en nadie en la sucursal de San Francisco. Estoy trayendo a tres de mis mejores personas conmigo: Quinn, Zane e Yvette. Llevaremos a cabo la investigación a nuestra manera. Fuera de este grupo, no se puede confiar en nadie. Nadie.
—Gabriel está en lo cierto —confirmó Samson—. Si dos de los guardias humanos mataron a sus clientes, alguien está metiendo las manos en esto. Y hasta que sepamos quién y por qué, tenemos que tener la boca cerrada al respecto. Los empleados querrán una explicación. Ricky, tú convocarás una reunión del personal, una vez que Gabriel y su gente, estén aquí. Todo el mundo en Scanguards está bajo sospecha, los seres humanos y los vampiros. Carl, recógelos en el aeropuerto.
Carl, el dedicado mayordomo, chofer, y amo de llaves de Samson, asintió con la cabeza al instante, su cuerpo un poco pesado, pero como siempre bien ataviado en un traje oscuro.
—Amaury, te vas con Carl —ordenó Samson.
Amaury asintió con la cabeza. No había visto a sus amigos de Nueva York en años, y ponerse al día con ellos, lo distraería de su dolor. No es que estuviera demasiado interesado en ver a Yvette de nuevo. Ella probablemente, aún estaría enojada con él.
—Thomas —continuó Samson— quiero que subas chequeos de antecedentes completos de todos los empleados, y los corras en un programa el uno con el otro. Vamos a ver lo que Edmund y Kent tenían en común, y luego vamos a usar esos criterios con el resto de los empleados. Tenemos que ver quién más podría ser vulnerable a lo que está sucediendo.
—No hay problema —aceptó Thomas—. Me pondré a hacerlo. Voy a estar en el centro.
—Oliver, tú eres el único aquí que puede moverse durante el día. Voy a depender de ti en gran medida. Serás nuestro contacto.
Antes de que Oliver pudiera responder, Delilah interrumpió—. Un momento, yo también puedo salir durante el día.
A pesar, de que Delilah era su compañera con vínculo de sangre y bebía la sangre de Samson, permanecía totalmente humana, excepto por una cosa: ella no envejecería, mientras su marido estuviese vivo.
—Está fuera de discusión —replicó Samson—. Tú no vas a participar en la investigación.
—Es mi empresa también. —Ella apoyó las manos en sus caderas.
—No lo niego. Pero no te pondré en peligro, no en tu condición.
—¿Condición? —Amaury se escuchó a sí mismo preguntar y al instante sintió la respuesta.
Todos los demás en el cuarto dieron a la pareja una mirada inquisitiva.
Samson sonrió con orgullo—. Creo que se ha revelado el secreto. —Acercó a Delilah hacia sus brazos—. Delilah me hará el hombre más afortunado sobre la tierra. Vamos a tener un bebé.
El hombre era un bastardo con suerte. Amaury asintió con la cabeza—. Felicitaciones.
Mientras sus amigos lanzaban sus mejores deseos y los felicitaban por su feliz acontecimiento, Amaury vio a Samson apretar a su esposa con fuerza, mientras le susurraba en el oído. No necesitaba escuchar lo que había dicho, porque las emociones emitidas por los dos, lo golpeaban como un ladrillo que caía desde un rascacielos.
La presión en las sienes se incrementó. Si él no salía de su presencia pronto, la cabeza le iba a explotar.
El amor, era la emoción más devastadora que atormentaba la cabeza de Amaury. Él no estaba celoso de Samson, pues no tenía ningún interés en su encantadora pareja, era simplemente que no podía soportar su compañía durante mucho tiempo. Cada vez que el amor de otras personas bombardeaba su mente, el dolor que sentía era insoportable. Con la maldición de nunca sentir el amor en su corazón otra vez, su mente no podía manejar esta emoción y sólo reaccionaba con dolor y rechazo.
Por desgracia, la reunión no había terminado todavía. Ya había llegado tarde. Salir temprano estaría fuera de lugar. Después de todo, él era un directivo de la empresa y tenía un interés en ella. Esta crisis tenía que ser tratada.
Amaury se apoyó en el gran escritorio antiguo que estaba detrás de él, para mantener el equilibrio, y trató de distraer su atención de los dolorosos golpes en su cabeza. Mientras su boca curvaba otra falsa media sonrisa, para disimular su agitación interna, se dirigió a Gabriel a través de la pantalla—. ¿Alguna de las otras sedes reportaron problemas?
—Voy a enviar refuerzos a Houston, Seattle, Chicago, y Atlanta. No sabemos todavía si esto va a limitarse a San Francisco o no. Pero no podemos ser demasiado cuidadosos. Cuanto más rápido nos enteremos de quién o qué está detrás de esto, mejor será para todos los involucrados. Esto no debe de extenderse. Nos iremos a la ruina si sucede.
Samson dibujó una sonrisa triste en su mirada, Delilah seguía apretada contra su costado—. Tienes razón. La empresa no puede sobrevivir a este tipo de publicidad. Y si la policía o la prensa encuentran demasiada información, estaremos en problemas. Ninguno de nosotros puede darse el lujo de ser expuesto como lo que somos. Por lo tanto, a la menor ruptura de seguridad por cualquier humano, limpien sus memorias. Es crucial. No hay excepciones.
—Y no podemos tener más gente muriendo —agregó Delilah.
—Hasta que esto termine, todos debemos reducir al máximo el contacto con los seres humanos.
Samson no tuvo que mirarlo para que Amaury supiera que el comentario, estaba dirigido a él. Era fácil para su amigo decirlo… él tenía una esposa humana a su lado, día y noche.
Él entendió el mensaje, fue fuerte y claro. Amaury debería mantenerse alejado de las mujeres humanas. ¿Y en qué situación lo dejaba todo esto? En tener que limitarse a relaciones sexuales con las mujeres vampiros que aún no lo hubiesen echado de su cama.
No es que no respondiera a la hora de tener sexo, pero muchas de las mujeres vampiro habían comenzado a hacer demandas emocionales. ¿Por qué de repente todas se convertían en criaturas necesitadas, posesivas?, no tenía ni idea. Por supuesto, la modernización era la culpable. Como si imitar a los seres humanos fuese la meta.
Seguramente no se convertiría en uno de esos idiotas estúpidos, que van con los ojos pegados sobre una mujer, ni siquiera si él fuese capaz de amar, que por supuesto, no lo era.