Quinn cerró la puerta del garaje y presionó el celular contra su oído.
—Mierda, ha tomado la Hummer. Y el perro se ha ido también.
En la otra línea, Oliver dejó escapar una maldición en tono bajo—. ¡Maldita sea! Tenía la esperanza de que hubiera huido hacia él. ¿Revisaste su habitación?
—Se ha ido, Oliver. Y por lo visto, él ha llevado a Portia con él. —¿Por qué no lo había visto venir? Esa era exactamente la razón por la que Samson le había pedido que viniera y observara a Zane… y para prevenirlo.
—Mierda, ¿qué voy a hacer ahora? Samson me arrancará la piel por esto. —Había miedo en la voz de Oliver.
Quinn lo sentía por él. Esta era su primera gran misión, y realmente la estaba arruinando. No, en realidad, Zane lo estaba arruinando a él a lo grande.
—Recógeme en la casa de Zane. Iremos juntos a lo de Samson.
—Gracias, Quinn.
Diez minutos más tarde, Oliver, viéndose abatido, lo recogió en una de las limusinas. En veinte minutos estaban en Nob Hill y se estacionaron frente a la casa de Samson.
Oliver apagó el motor y respiró hondo—. Esto está tan jodido. Debí haber dicho algo antes.
—¿Sobre qué?
—Que Portia usó el control mental sobre mí y me quedé comiendo polvo, el otro día. Cuando llamé a Zane en busca de ayuda, él me dijo que estaba con él. Mierda, ¿por qué haría eso? ¿Por qué engañaría a un guardaespaldas sólo para correr hacia otro?
Quinn le dio una palmada en el hombro—. Supongo que no has notado cómo esos dos se miran el uno al otro.
Oliver lo miró atónito—. ¿Los has visto juntos?
—Ayer por la noche. Es una larga historia. Pero te digo una cosa: cuando dos personas se miran así, no hay nada que puedas hacer. Lo mejor es permanecer fuera de eso.
—¿Zane está loco por Portia? ¡De ninguna manera!
—No sólo eso, creo que ella está loca por él también. Y ni siquiera estoy seguro de que es sólo eso. Yo conozco muy bien a Zane. No se pone todo territorial por cualquier mujer. Así que este es mi consejo: mantén la boca cerrada sobre lo que pasó el otro día. Nadie necesita saber acerca de eso. Sólo te meterás en líos con Samson.
Oliver pasó las manos por su imposible y despeinado cabello—. ¿Estás seguro? ¿Y si alguien lo sabe?
—Soy la única persona que lo sabe, y no voy a delatarte. Por lo tanto, sigue mi consejo. En cuanto a lo sucedido esta noche, ambos te han engañado. No es tu culpa. Él me ha engañado también, y lo conozco mejor, yo debí haber visto las señales de advertencia.
Además, debí haber escuchado el abrir y cerrar de la puerta del garaje, pero con el ruido constante del barrio y el bullicio que pasaba allí durante el día, había tratado de bloquear cualquier sonido para poder dormir, y utilicé tapones para los oídos.
—Está bien, entonces. —Oliver finalmente accedió.
—Déjame hablar. Y no presentes información que no se te haya solicitado.
Oliver trotó a su lado los cinco escalones hasta la casa de Samson. Quinn presionó el timbre de la puerta y se sorprendió cuando la puerta se abrió casi al instante.
Samson tenía su celular pegado a la oreja. Cuando se dio cuenta de Oliver, él lo señaló con el dedo.
—Espera, Thomas, es Oliver. —Entonces casi fulminó con su mirada al joven guardaespaldas humano—. ¿Dónde está tu encargo?
Oliver se estremeció—. Ella me engañó y escapó.
Quinn empujó a su colega en el vestíbulo y cerró la puerta detrás de él.
—¡Mierda! —Maldijo Samson—. Thomas, te voy a poner en el altavoz. —Apretó un botón y sostuvo su teléfono en su palma.
—Cuando Thomas llegó a la casa al final de tu turno, la casa estaba vacía. ¿Qué pasó? —Exigió Samson a Oliver.
—¿Por qué Thomas tomaría el relevo de Oliver? Era el turno de Zane —interrumpió Quinn.
Samson miró a Quinn—. Zane la cagó. Lo suspendí y asigné a Thomas en su lugar.
—Ah, mierda, no es de extrañarse que se haya ido —respondió Quinn.
—¿Qué? —Samson cambió su mirada entre Quinn y Oliver.
—Zane se ha ido. Tomó la Hummer y al perro —dijo Quinn.
Oliver asintió con la cabeza—. Y lo más probable que a Portia.
—¿Se llevó a Portia? —gritó Samson.
—Zane me llamó más o menos una hora antes del atardecer. Me mantuvo en el teléfono para que Portia pudiera salir por la parte de atrás.
—¿Cómo sabes eso?
—La ventana estaba abierta, y encontré huellas en el patio trasero. Él debe haber estado esperándola.
—¡Mierda! —Maldijo Samson.
—Voy a ver si puedo obtener el control en el GPS de su celular o su Hummer —se oyó la voz de Thomas a través del teléfono.
—Hazlo ahora —instruyó Samson.
—Te volveré a llamar en unos minutos.
Samson levantó la vista del teléfono y miró a Quinn—. ¿No te diste cuenta de que estaba saliendo de la casa durante el día? Pensé que lo estabas vigilando.
Quinn cambió su posición de un pie al otro—. Sabes cómo se mueve sigilosamente. No escuché nada. Ni siquiera ese maldito perro ladró. ¿Cuándo lo suspendiste?
—A las cuatro de esta tarde.
—Eso es probablemente lo que le dio la bronca.
—¿Le dio la bronca? No lo entiendes, Quinn. Él se estaba involucrando con su encargo. Eso no es sólo contrario a las normas de Scanguards, está en contra de las reglas de su padre… nuestro cliente. ¡Ella es menor de edad!
—Ella tiene veinte años —intervino Oliver.
Samson atacó una mirada a su antiguo ayudante de confianza—. En nuestro mundo eso la hace una menor de edad. Dios sabe lo que le habrá dicho para que se fuera con él.
Quinn levantó la mano—. Samson, se necesitan dos para bailar el tango. Por lo que escuché acerca de esta chica, es más bien testaruda. No la veo que pueda ser manipulada por Zane. Creo que ella sabe muy bien lo que está haciendo.
—Zane es peligroso. Mató a un hombre a sangre fría sólo hace unos días. ¿Lo has olvidado ya?
Fueron dos, Quinn pensó para sí mismo y al instante estuvo feliz de que Samson no tuviera ni idea sobre el asesino. Él lo mantendría de esa manera—. Él tenía una razón. El tipo era un violador.
—Zane debió haber dejado que las autoridades trataran con él. Mierda, Quinn. —Samson levantó el brazo y señaló la puerta—. Zane está ahí afuera con la chica. ¿Tienes alguna idea de lo que hará con ella?
Cogerla hasta quedar sin sentido, si es que había leído bien a Zane cuando los había visto juntos. Sin embargo, Quinn mantuvo la boca cerrada. Había momentos en que era mejor no contestar a una pregunta, sobre todo, cuando era claramente retórica.
El celular de Samson sonó. Respondió al instante y pulsó el botón del altavoz—. ¿Sí?
—El GPS de su Hummer está desactivado, y no puedo conseguir una ubicación de su celular tampoco. Estamos a ciegas.
—¡Mierda! Llama a Gabriel y haz que avise a todos nuestros contactos vampiros en California del Norte. Dales una foto de Zane, así como la placa de la licencia de la Hummer. Que nadie se le acerque. Sólo que me consigan su ubicación.
—Lo haré. —Thomas colgó.
—Oliver, ve a la casa de Lauren. Voy a notificar al alcalde para que te espere. Interrógala y controla su teléfono celular para ver si ella ha tenido algún contacto con Portia en las últimas horas: llamadas, mensajes de texto, mensajes de voz. Revisa su cuenta de correo electrónico también.
Oliver asintió obedientemente—. Sé que ella habló con Lauren sólo unos minutos antes de… —De repente, se rascó la cabeza—. Ah, mierda, probablemente era Zane el que la llamó. Pensé que la conversación sonó un poco rebuscada, pero…
Quinn tocó el codo de Oliver, recordándole en silencio, que no divulgara voluntariamente cualquier información tal como lo habían discutido. Sólo se metería en problemas si lo hacía. Samson estaba lo suficientemente enojado, y con buena razón. Si no encontraban pronto a Portia, tendría que decidir decirle a su padre. Era una conversación que nadie esperaba.
—Habla con Lauren ahora. Tenemos que conocer lo que sabe.
—Sí, Samson—. Oliver se dirigió a la puerta y se fue.
—Quinn, esto no se suponía que pasara.
Quinn asintió con la cabeza y respiró hondo—. No le hará daño.
Samson sacudió la cabeza—. No sabes la historia completa. Él vino a hablar conmigo ayer por la noche. Afirmó que el padre de Portia deliberadamente la mantenía siendo una virgen a pesar de que su vigésimo primer cumpleaños es en cinco semanas. Al parecer, ella le dijo todo eso.
—¿Es cierto?
—No lo creo. Su padre nos advirtió de antemano que es una de las historias que ella usa para ganar lástima. Está mintiendo.
—¿Le dijiste eso?
—Por supuesto que sí. Le mostré el archivo. Pero yo no creo que él estuviera convencido.
—¿Cómo podría? —Quinn murmuró en voz baja.
—¿Qué? —Sospechas asomaron en los ojos de Samson.
—Digo que Zane, no lo creerá sólo porque está escrito en un archivo. Lo conoces: él mismo lo investigaría para encontrar la verdad.
Su mente volvió a la noche anterior, cuando los había visto juntos. Sus interacciones habían indicado que si bien era evidente que algo había entre ellos, no habían estado íntimamente todavía… a pesar de que Portia había estado en la cama de Zane.
—Eso es exactamente lo que no puedo permitirle que haga. En cualquier caso, sería un error: si ella no es virgen, se pondrá furioso por ser engañado por ella, y quién sabe lo que vaya a hacerle después.
Quinn levantó una ceja—. ¿Y si ella es virgen?
Samson parpadeó—. Si realmente la intención de su padre era mantenerla virgen hasta su vuelta final, matará a Zane por haber robado su virginidad.
—Si lo encuentra —agregó Quinn.
—Tenemos que encontrarlo primero y detenerlo antes de que él haga algo que no se pueda revertir.
Quinn le dio a su jefe una larga mirada, preguntándose si hacer la siguiente pregunta o mantener la boca cerrada. Esa vez, sin embargo su sentido de la justicia se impuso—. ¿Qué pasa con la chica?
—¿Qué pasa con ella?
—Si ella es realmente una virgen, no podemos permitir que su padre le impida perder su virginidad antes de cumplir los veintiún años. —Su propia conciencia no le permitiría mantenerse de brazos cruzados y no hacer nada, cuando alguien estaba claramente haciéndole un mal a la muchacha.
—Ya lo sé, y me ha molestado durante todo el día. Sólo espero que para bien de todos, ella le haya mentido a Zane. Debido a que luchar en contra de su padre sobre esta cuestión, no es una pelea que quisiera tener.