Cuatro miembros de la familia Blackwood han muerto a causa de una comida envenenada. Durante seis años los sobrevivientes han vivido «en el castillo», acosados por el odio y el miedo de los aldeanos.

«Esta terrible y hermosa novela, de una de las más notables escritoras norteamericanas, consigue el irónico milagro de convencer al lector de que una casa habitada por un lunático, un envenenador y un piromaníaco es un mundo más rico en simpatía, amor y sutileza que el mundo real exterior». (Time).