Si, además, después de cagar siempre nos limpiamos bien de abajo hacia arriba y hacia atrás con papel de baño (o, en su defecto, nos lavamos el ano y los genitales) y a continuación nos lavamos las manos, es muy probable que nuestros desechos no nos causen ningún daño a nosotros ni a los demás. También es muy recomendable cambiarse diariamente la ropa interior, es decir, calzones y camiseta o brasier.
Si no queremos que nuestra boca apeste, lo más adecuado es lavarse los dientes tres veces al día, usar el hilo dental para quitar los restos de comida y hacer gárgaras con algún bactericida. Para evitar los malos olores en los lugares cerrados no hay como la ventilación y prender una vela o un cerillo.
¡Sí, lo reconocemos, somos un cochino y una cochina asquerosos —como todos—, pero el chiste es que nadie se da cuenta, porque tratamos de asearnos y lavarnos muy bien!
Conocer las cochinadas es muy importante para evitar enfermedades y vivir más a gusto con nuestros seres queridos. ¿Quién no hace cochinadas?