LIMPIEZA DE LAS COCHINADAS

En la antigüedad se producían muchas enfermedades y muertes, precisamente por la falta de higiene de la población. Todo el mundo usaba los orinales o bacinicas para cagar y mear, y después arrojaba el contenido a las calles.

Además, había que añadir el excremento de los caballos y otros animales. Las calles estaban llenas de mierda, por eso siempre había que fijarse dónde pisar. Cientos de tipos de bacterias, como la Escherichia coli, Shigella o la Salmonella, parásitos, virus, hongos y otros gérmenes que hay en la caca y la orina se desprendían y llegaban fácilmente a las personas al respirar o al comer.

Así que el principal problema no son las cochinadas que, finalmente, todos hacemos y seguiremos haciendo, sino limpiarlas.

Uno de los mejores desinfectantes que conoce el ser humano es el agua con jabón. De tal manera que bañarnos todos los días nos ayudará a que no nos queden restos de caca entre las nalgas o de orina en las piernas, a eliminar el sudor, las legañas, la mugre de los dedos de los pies y las manos, la cera de las orejas (si nos las lavamos bien), los restos de la menstruación, etcétera. Con ello, no solo estamos evitando las fuentes de contagio de muchas enfermedades, sino que nuestro sentido del olfato se verá gratamente beneficiado.