Bueno, la verdad es que no todos vamos al baño. Existen baños con excusado, otros con excusado y mingitorio; los hay que además del excusado tienen una segunda taza, llamada bidet, como ya dijimos, que sirve para limpiar el ano después de hacer caca mediante un pequeño chorrito como fuente; los más sencillos son las letrinas o cabinas con un hoyo en el suelo y una agarradera. Sin embargo, gran cantidad de personas en todo el mundo en las ciudades todavía hacen sus necesidades al aire libre, lo cual provoca muchas enfermedades.
Lo que es tal vez una verdad absoluta es que casi a nadie le gusta que un desconocido lo observe mientras está meando y mucho menos si está haciendo caca. En este sentido somos muy diferentes a otros animales. Sin embargo, muchas familias comparten el baño y no les produce ninguna vergüenza hacerlo.
Hay una gran diferencia entre cómo los hombres y las mujeres van al baño, aunque el resultado es el mismo. En primer lugar, en casi todos los lugares públicos existen baños de hombres y de mujeres. Los hombres tienen la gran ventaja de que pueden orinar cómodamente parados, sacando por la bragueta el pene, y hacer espuma en el excusado o regar las plantas, casi en cualquier dirección. Además, pueden estudiar física mientras mean. La forma del chorro siempre es una parábola y un ejemplo del tiro parabólico. La distancia a la que lleguen los meados dependerá de la fuerza de expulsión y del ángulo en el que se coloque el pene. La distancia máxima se alcanza si el ángulo es de 45°.
Las mujeres, en cambio, no pueden controlar fácilmente la dirección del chorro, y les resulta más cómodo hacer pipí sentadas o en el peor de los casos en cuclillas. (Entre los indios apaches, en Estados Unidos, la costumbre de hacer pipí era al revés: los hombres orinaban en cuclillas y ¡las mujeres paradas!). Además de lo anterior, en los baños de hombres, casi siempre existen varios mingitorios o un gran canal, donde varios pueden estar meando al mismo tiempo, y además están los excusados privados. En cambio, en los baños de mujeres sólo hay excusados privados. Pese a esa aparente privacidad, es muy común que entre las mujeres se diga: acompáñame al baño, mientras que entre los hombres eso rara vez ocurre.
En los países orientales se caga en cuclillas. Los excusados tienen marcado el lugar donde se deben colocar los pies. Y para limpiarse no se usa papel de baño, sino una jarrita por donde escurre agua.
Otra gran diferencia entre hombres y mujeres es que ellas tienen cada 28 días la menstruación o regla, que consiste en la salida de sangre por la vagina, debido a la ovulación. Para protegerse y no manchar los calzones, las mujeres emplean las toallas sanitarias o los tampones. Y éstos se cambian en los baños, debiéndose colocar en los botes de basura.
Entonces, mientras que los baños de hombres generalmente huelen a meados, los de las mujeres huelen a la regla. La gran ventaja del excusado es que una vez que le jalamos, siempre nos queda el agua, que es una barrera contra los malos olores. Así que, en lugar de «¡ciérrale!», podríamos decir «¡jálale!».