EL DISTRAÍDO

[Retrato de Leopoldo María]

EL niño distraído está en su sueño

(surcador de la vida, transparente)

copiando de memoria, con la frente

dormida; seria el alma y él risueño.

Su mano que dibuja pone empeño

de realidad en el papel viviente,

y el balar de la oveja tibio siente

mientras lo grande evoca en lo pequeño.

Su dibujo nos da, casi seguro

de sí mismo, y su mano creadora

tiende, recién del éxtasis salida;

baña la creación su rostro puro,

y un dibujo infantil parece ahora,

él, que un niño será toda la vida.