VAS con tu luz de mágica amargura
como un tránsito suave de rocío,
¡cisne mecido en el verdor del río
por el sigilo de la nieve pura!
¡Ay asombro mortal de la hermosura,
rubio, alado fantasma, sueño mío,
ven a mecer mi corazón sombrío
como el son del otoño en la espesura!
Ven a mi corazón, mece mi sueño,
briza mi soledad hasta que duerma;
mi voz habla con Dios cuando te nombra.
¡Ay tierra del dolor, siempre sin dueño;
tierra del corazón dormida y yerma
por donde vas, por donde va tu sombra!