BARCO viejo pintado de tristeza,
de lento gris en verde diluido
tras el primer blancor, de rosa huido,
de azul secreto que a morirse empieza.
El sol dentro del agua despereza
tu levedad, tus velas, tu dormido
navegar en quietud hacia el olvido,
cansado por las olas de belleza.
Cansado, igual que el alma, de ti mismo,
noble, descortezado por la espuma
en el lento vaivén del hondo puerto,
tienes tamaño de dolor, de abismo
humano, solitario entre la bruma,
insomne de flotar sobre lo incierto.