[San Sebastián]
YA torno a contemplar mi adolescencia,
como un fantasma de las aguas brota;
que no se extingue nunca ni se agota
de ayer hacia jamás la transparencia.
Mecida por un vuelo de inocencia,
después del túnel, la ciudad remota
abre sus amplias alas de gaviota
en el asombro azul de la presencia.
¡Oh siempre adolescente pensamiento!
¡Oh pueblo pescador entre la bruma
de ayer hacia jamás en la distancia!
En tus muros de sal que bate el viento,
duerme la noche, con sonora espuma,
el frescor de las calles de mi infancia.