POR LA TARDE

PALABRA vehemente de las cosas

inanimadas; roca, pino, cumbre

solitaria del sol; silencio y lumbre;

quietud de las laderas rumorosas.

Intactas de mis manos silenciosas

entre el romero azul de mansedumbre,

transparentes de Dios y en su costumbre,

silencian el pinar las mariposas.

Y el corazón silencia levemente

su palabra más pura, y su retama

se alza en dorado vuelo, mientras arde,

al fresco soplo, en limpidez de fuente,

la profunda quietud del Guadarrama,

lento de mariposas, por la tarde.