Llega del cielo a los locos sólo una luz que hace daño

y se alberga en sus cabezas formando un nido de serpientes

donde invocar el destino de los pájaros

cuya cabeza rigen leyes desconocidas para el hombre

y que gobiernan también este trágico lupanar

donde las almas se acarician con el beso de la puerca,

y la vida tiembla en los labios como una flor

que el viento más sediento empujara sin cesar

por el suelo

donde se resume lo que es la vida del hombre.