En el obscuro jardín del manicomio

Los locos maldicen a los hombres

Las ratas afloran a la Cloaca Superior

Buscando el beso de los Dementes.

Un loco tocado de la maldición del cielo

Canta humillado en una esquina

Sus canciones hablan de ángeles y cosas

Que cuestan la vida al ojo humano

La vida se pudre a sus pies como una rosa

Y ya cerca de la tumba, pasa junto a él

Una Princesa.

Los ángeles cabalgan a lomos de una tortuga

Y el destino de los hombres es arrojar piedras a la rosa

Mañana morirá otro loco:

De la sangre de sus ojos nadie sino la tumba

Sabrá mañana nada.

El loquero sabe el sabor de mi orina

Y yo el gusto de sus manos surcando mis mejillas

Ello prueba que el destino de las ratas

Es semejante al destino de los hombres.