Irene estaba tumbada en la cama, despierta, presa del pánico. El dolor era ya permanente e inalcanzable, y eso significaba no poder pensar, no poder dormir, no poder razonar. Tenía que levantarse cuanto antes.

De buena gana se habría zampado otro Tramadol, pero había tomado cuatro en menos de una hora y le daba miedo sufrir una sobredosis. Se puso a rondar por la casa, paseó por la pequeña cocina, fue hasta la chimenea, entró en la alcoba, volvió a la cocina, a todo esto apretándose la cabeza con las dos manos, suplicando que cesara la pesadilla. No creía en la religión, pero vio que estaba haciendo algo parecido a rezar. Por favor, imploró.

Salió de la casa. Hacía frío, y el cielo nocturno estaba despejado. Llevaba solo el pijama y unas botas. Confiaba en que el frío pudiese mitigar un poco el dolor. Bajó por el camino hasta la carretera, un crujir de grava bajo sus botas. La noche serena, sin viento. Estaba tiritando.

A su alrededor, los árboles parecían espectadores en pie, esperando, observándola. Centinelas en las sombras, semiocultos en una noche sin luna. No había llegado a acostumbrarse a aquel entorno, no se sentía como en casa. El propio bosque se le antojaba casi maligno pese a que lo conocía bien, conocía los nombres de todos los árboles, arbustos y flores. De día, eso de poder nombrar las cosas, funcionaba, pero por la noche el bosque se convertía de nuevo en una presencia animada, unificada, sin nombre.

Dio media vuelta y se apresuró a regresar. El crujido de las botas parecía más cercano a medida que apretaba el paso. De pronto vio la sombra de un búho que atravesaba el camino en vuelo bajo, silencioso. Un presagio, sin duda, pero que ella no supo cómo interpretar. Desapareció entre los árboles. Sin voz.

Irene entró rápidamente en la casa, cerró la puerta, caminó a tientas, muy despacio, hasta el sofá, y se tumbó. Extenuada. Necesitaba dormir a toda costa, le pesaban los párpados, pero el dolor le impedía descansar. Tenía que levantarse de nuevo, moverse. Si permanecía quieta, el dolor arreciaba.