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Adam conocía muy bien a su amigo Watch. Iría inmediatamente a buscar ayuda, y Bum estaba el primero en la lista. Watch sabía de sobras dónde podía encontrar a Bum. Era viernes por la noche y era más probable que, siguiendo su costumbre, Bum fuera al único cine del pueblo y tratase de entrar sin pagar para ver cualquier película que echaran. Pero como el dueño del cine también conocía perfectamente los hábitos de Bum, este rara vez tenía éxito en sus intentos de colarse en la sala. Watch se encontró con Bum justo en el momento en que lo arrojaban a la acera.

—¿Qué película ponen esta noche? —preguntó Watch, ayudando a su viejo amigo a levantarse del suelo. Bum llevaba el abrigo gris y sucio de siempre y olía como si no se hubiese duchado en dos semanas. Pero sus ojos verdes y brillantes no habían perdido ni una pizca de humor. Se echó a reír mientras se incorporaba.

—Una película de terror, para variar-contestó Bum. —Es una nueva versión de La Cosa. La primera era muy mala, de modo que no me importa perderme ésta.-Hizo una pausa y miró fijamente a Watch—. ¿Cómo estas, Watch? Pareces preocupado. Watch asintió.

—Y lo estoy. Lleve a mis amigos a la cueva embrujada y la entrada se cerró. Ahora están atrapados allí dentro.

Bum estaba asombrado.

—¿Por qué los llevaste a ese lugar?

—Cindy Makey, esa chica que llegó hace poco al pueblo quería ir.

—¿La que tenía una abuela que era un fantasma?

—Sí, la misma. Nosotros salvamos a su hermano pequeño, pero no se me ocurre como podríamos salvarla a ella ahora. Adam y Sally están también allí.-Watch hizo una pausa. No era buena idea presionar a Bum porque podía cerrarse en banda y no soltar una sola palabra. Sin embargo Watch tenía mucha prisa, algo poco habitual en él—. ¿Sabes qué se ha de hacer para que la entrada de la cueva vuelva a abrirse?

—Pues claro. Tienes que esperar. Al final vuelve a abrirse.

—¿Y cuánto tiempo tarda?

Bum se rascó la cabeza.

—Años.

—Pero mis amigos ya habrán muerto para entonces.

—Ése es el problema.-Bum se acerco a Watch y habló en voz muy baja—. ¿Les advertiste acerca de los hyeets?

—¿Qué es eso?

—Los seres que habitan la cueva. Son unas criaturas muy desagradables. Ya sabes lo que le pasó a Bill Balley. Esas malditas criaturas se lo comieron vivo. Echaron a perder su última fotografía.

Watch estaba cada vez más inquieto.

—No sabía que se llamaran hyeets pero advertí a mis amigos acerca de ellos.

Bum se encogió de hombros y miró calle abajo en dirección al restaurante.

—No importa si lo hiciste o no. Los hyeets les cogerán de todos modos. Ya puedes dar a tus amigos por muertos. No tiene sentido preocuparse por ellos. Eh, ¿me invitas a cenar?

Watch meditó un instante.

—Si te invito, ¿me dirás todo lo que sabes sobre la Cueva Embrujada? ¿Y sobre los hyeets?

—Hecho—. Bum sonrió y dio una palmada a Watch en la espalda—. Y si además me invitas a postre, tal vez sea capaz de recordar otra forma de entrar en esa cueva. ¿Llevas dinero?

Watch asintió y echó un vistazo al reloj que estaba sincronizado con la hora en la costa oeste. El camino de regreso hasta encontrar a Bum había sido largo y dificultoso en la oscuridad, de modo que sus amigos ya llevaban más de una hora atrapados en la cueva. Se preguntó si las pilas que había colocado en las linternas eran nuevas o viejas. Sólo esperaba que Bum pudiera ayudarles de alguna manera. En aquel momento, a Watch no se le ocurría nada mejor que hacer.

—Llevo dinero-aseguró Watch mientras ambos echaban a andar en dirección al restaurante.