Habíamos llegado a Lincoln Park. Fuimos hacia un banco y nos sentamos en unas maderas húmedas. Ella en el medio de nosotros, muy juntos los tres por el frío que hacía. Abrió su mochila y de adentro sacó unos pequeños afiches que decían: «Libertad a Leonard Peltier. Preso por defender la dignidad de los indios». En el centro del afiche estaba la foto de un hombre con bigotes anchos, el pelo largo y camisa leñadora. No tenía aspecto de abuelo sino de tipo joven. O tal vez la foto era un poco vieja.
—Hacía mucho tiempo que quería contarles a ustedes dos la historia de mi abuelo.
Mirando los tres la foto que estaba en el afiche como si fuera una pantalla, comenzamos a escuchar la historia del abuelo de Lou. Había fechas, nombres, lugares, situaciones. Me hubiera gustado que mi cuerpo tuviera un grabador para que mi memoria no olvidara ninguna fecha, ningún lugar, ninguna situación. Ningún nombre.