Doy las gracias en especial a Ralph Chapman, Linda Deck, Tom Holtz, Pete Tillman y Bob Walters por ofrecerme generosamente su tiempo y su conocimiento. Por supuesto, no son responsables de ninguno de los errores que yo haya podido cometer, al igual que yo no soy responsable de nada que haya quedado invalidado tras la impresión de este libro por sus descubrimientos o los de sus colegas. También agradezco a Harry Turtledove su ayuda con la nomenclatura griega, a Suzette Haden Elgin la información sobre las estrategias de gestión de los Sioux Lakota, a Charles Sheffield la historia futura de la Tierra, a William Gibson el Rolex Milgauss (¡bonito reloj, Bill!) y a Alicia Ma, mi sobrina favorita del universo conocido, el haber dado el nombre a Lai-tsz. Como siempre, estoy en deuda con la Fundación para las Artes M. C. Porter, en particular por la ayuda prestada para escribir el resumen del artículo sobre el infrasonido.