(*) La batalla de Pozo de Vargas, acaecida en las inmediaciones de la ciudad de La Rioja en abril de 1867, enfrentó a la montonera del caudillo catamarqueño Felipe Varela con las tropas santiagueñas y tucumanas del Gral. Antonio Taboada. Fue la primera vez que se enfrentaron dos ejércitos del interior, el último de ellos en representación del gobierno nacional, que por entonces encabezaba Bartolomé Mitre. La derrota de Varela acabó con la guerra civil y en gran medida con los sueños de este Quijote que fue a morir a Chile, sin renunciar a su profunda vocación latinoamericanista. La guerra con el Paraguay, la Organización Nacional y el aluvión inmigratorio sepultaron el huesario de una Argentina que, desde entonces, reproduce su metáfora irredenta.