Capítulo III

Allá va mi señora,

entre todas la mejor;

viste saya sobre saya,

mantellín de tornasol,

camisa de oro y perlas

bordada en el cabezón.

En la su boca muy linda

lleva un poco de dulzor;

en la su cara tan blanca,

un poquito de arrebol,

en los sus ojuelos garzos

lleva un poco de alcohol.

Del romancero de misa.