EN PRIMER LUGAR a mi amiga, la periodista y escritora, Evelyn Mesquida (La Nueve, Ediciones B, 2008) y a mi paisano, el catedrático de Historia y escritor Secundino Serrano (La última gesta, Aguilar, 2005), porque sus investigaciones sobre los exiliados españoles que combatieron a Hitler impulsaron esta novela.
Gracias atrasadas a Antonio Vilanova y a Eduardo Pons Prades porque sus respectivas obras, Los olvidados (Ruedo Ibérico, 1969) y Republicanos Españoles en la II Guerra Mundial (La Esfera de los Libros, 1975), nos pusieron sobre la pista de la épica de estos hombres y mujeres.
No quiero olvidarme de los militares profesionales que reconocieron la valía y presencia de los republicanos españoles luchando contra Hitler y las plasmaron en sus textos o las tuvieron siempre presentes en sus declaraciones: el coronel Raymond Dronne, el general Ornar N. Brailey, el general Béthouard, el legionario y escritor Serapio Iniesta, el capitán de la Legión Extranjera Antonio Ysquierdo, los soldados e historiadores George Blond, Erwan Bergot, el general Simón, el especialista Crémieux-Brilhac… Y en especial a Michel Iriart, cuyos recuerdos me permitieron reconstruir el avance de La Nueve desde Alsacia al Nido del Águila.
También a todos los investigadores y escritores que les siguieron el rastro a lo largo de estos años en cualquiera de los frentes.
Pero sobre todo a ellos, a los protagonistas reales de esta gesta. Sin su sacrifico y lucha, la Historia sería otra.