2. La novela policíaca: características, autores y obras

El Círculo Carmesí pertenece a la novela policíaca, género que plantea un enigma de tipo criminal y termina con la resolución del mismo. Su estructura es cerrada, pues son raras las novelas de este tipo con un final abierto Esta modalidad novelística nace del enfrentamiento entre la aplicación de la lógica racionalista y la intuición romántica y como consecuencia del crecimiento de las ciudades y su progresivo nivel de delincuencia. Los delitos son reprimidos por diferentes elementos policiales, que irrumpen en la novela con categoría de personajes nuevos y eficaces en un ambiente urbano y hostil: la gran ciudad es el lugar ideal para el delito, oculto por el anonimato que se cierne sobre el individuo.

Aunque el género policial tiene precedentes muy antiguos (algunos cuentos bíblicos y tragedias griegas, la novela picaresca, las biografías de criminales célebres), también es moderno y se desarrolla esencialmente durante los siglos XIX y XX. Estas obras han sido calificadas como «literatura barata» o «subliteratura», pues sus temas son poco estéticos, sin trasfondo moral ni forma artística, y buscan la evasión del lector. Pero sus características y resultados desmienten este juicio tan simplista.

El interés de la novela policíaca se centra en el argumento, que mezcla intriga, espionaje y violencia. La trama es rigurosa y los enigmas se resuelven de forma deductiva. Los protagonistas son el policía, detective o inspector, y el asesino o espía: los buenos contra los malos. Por lo general, son personajes con caracteres bien definidos y evolucionan poco a lo largo del relato. El «culpable» es quien menos se espera: un personaje con escasa participación en la novela, cuya identidad se conoce en los últimos capítulos.

Se utiliza el suspense y se dosifica la revelación de los acontecimientos para mantener la tensión, el interés y la perspicacia del lector. A veces se proponen varios desenlaces fáciles y tentadores a primera vista, que resultan falsos. La temática es precisa y delictiva: crímenes, robos, secuestros, extorsiones, engaños, infidelidades, persecuciones, estafas, fugas… El relato policial se ajusta a una estructura propia, distinta de la novela tradicional —introducción, nudo, desenlace—, con un hecho criminal que plantea múltiples interrogantes. El tiempo se emplea en dos sentidos: mientras avanza la investigación (presente y futuro), se revela el pasado. La manera de presentar el asunto, sea en orden cronológico o no, es distinta en cada autor.

Se considera que el creador de la novela policial es Edgar Allan Poe (Estados Unidos, 1809-1849), quien con sus relatos Los crímenes de la calle Morgue (1841), El misterio de Marie Rogêt (1842-1843) y La carta robada (1843) sienta las bases del género. Su protagonista, Auguste Dupin, es el primer detective de ficción, modelo de otros posteriores muy conocidos, que resuelve un caso «indescifrable» mediante un procedimiento intelectual complicado. La inteligencia y cultura de Dupin contribuyen al empleo de un método científico: observación, análisis y deducción. La investigación permite saber quién cometió el crimen y cómo se llevó a cabo, lo que mantiene el interés de la trama. La violencia se presenta a veces en dosis reducidas, limitadas al crimen. Dupin proporciona la solución en las páginas finales del relato.