Akasa-puspa cubría la mitad del firmamento con un cálido resplandor entre rojo y anaranjado, iluminando sin sombras la superficie del asteroide colmena, desnudo de árboles. La Esfera no era visible desde allí, y el grupo de seis Eternos que contemplaban la partida de la flota no recibían el habitual zumbido radial de los millones de mentes que eran sus compañeros.
Un grupo de estrellas blanquiazules, dispuestas con una poco natural regularidad, destacaba con claridad frente al fondo de estrellas rojas. Con su amplio espectro sensorial, los Eternos percibían cómo los maltrechos restos de la flota imperial se alejaban lentamente, lejos de la Esfera.
—Bueno, ya <¡qué alivio!> se marchan —dijo Barfisk.— Axzel, de nuevo te has salido con la tuya.
—Es nuestra <¿se te ocurre otra?> mejor opción —dijo Axzel.
Serzure, otro de sus oponentes, argumentó:
—Sigo pensando que es un suicidio proclamar nuestra presencia aquí. Volverán, y entonces (imagen: explosión de una supernova).
Jaesixa defendió la opinión de Axzel.
—No obstante, el deseo de venganza les hará <además de la ayuda de Vidya> desarrollar su ciencia aún más. Y eso les hará estar mejor preparados para enfrentarse a las Máquinas.
Barfisk sonrió con telepático escepticismo.
—Yo creo más bien que pedirán nuestra ayuda en sus luchas intestinas.
Axzel se defendió con ironía. (Imagen: todas las permutaciones posibles entre Imperio-Utsarpini-Hermandad-Eternos).
—Algo hemos clarificado. Un enemigo común <Imperio = Utsarpini; Hermandad = 0> lubrica las asperezas de los aliados.
Mojrus:
—¿Qué hay de las sectas rivales de la Hermandad? Recuerdo que Axzel pensaba en una…
Zaxyell:
—No hay muchas esperanzas de que puedan llenar el vacío. Ninguna tiene una amplia distribución.
—Pero tienen una actitud más proclive a la tecnología; —dijo Axzel— es la que más nos conviene.
—¿Y no es posible un renacimiento de la Hermandad? —preguntó Jaesixa.
Zaxyell:
—No, hasta que el (Imperio + Utsarpini) se haya debilitado. El poder religioso sólo adquiere importancia política cuando el poder del Estado se debilita, como en:
– El Egipto de Aken-Atón;
– E Israel tras del Exilio;
– Europa tras la caída del Imperio Romano;
– Irán en tiempo de Jomeyni;
– M'Bonoyem tras la invasión de los demyai;
– Gaatar en tiempo de Naius;
– Las guerras entre Volusom y Buligna;
– La guerra civil de Jorotiwa;
– El Segundo Imperio Zosaro a la muerte de Jechir XXV;
– Etcétera.
Jaesixa:
—¿Qué posibilidades hay de que los Kharole conserven <una fracción de> poder en el Imperio?
Axzel:
—Muy bajas. La probabilidad de que su hijo pueda ocupar el Trono Imperial y morir en su cama es de 1'52E-3.
—¿Y eso no te preocupa?
—Secundario. El impulso dado <que es lo importante> a la tecnología no desaparecerá —dijo Axzel, mostrando mucha seguridad en ello. (Imagen: 1 + 1 = 2).
—Con tal de ese impulso no se dirija hacia nosotros —dijo Mojrus, dubitativo.
Incredulidad.
—¿Qué posibilidades hay de que alcancen nuestro desarrollo? —dijo Axzel, con sorna.
—Ni siquiera nosotros somos omniscientes. El futuro es esencialmente impredecible; la marcha de la Historia es estocástica —Serzure era el pesimista más notorio del grupo. Todos silbaron (por así decirlo) en desaprobación.
La lenta rotación del asteroide hizo que la Esfera apareciese, poco a poco, sobre el cercano horizonte. La flota imperial seguía alejándose; cada mes de viaje, su distancia a la Esfera aumentaba treinta horas luz.