[250] bien herradas: «llenas; bien provistas de dineros». <<
[251] hilas: «vendas». <<
[252] no se parecían: «no se veían, no asomaban». <<
[253] andante: «[caballero] andante». <<
[254] No se curó: «no se preocupó, no hizo caso», recogido luego anfibológicamente: curara («reparara») / curarse («prevenirse y sanarse»). <<
[255] follón: «bravucón, fanfarrón». <<
[256] demasía: «agravio, descortesía». <<
[257] negra: «maldita, infausta». <<
[258] pescozada… espaldarazo: ambos son toques dados por el padrino al caballero envestido: el primero, con la mano o con el plano de la espada, en la nuca y el segundo, con la espada, en los dos hombros; de ahí sus nombres. <<
[259] que él estaba…: el narrador sigue en estilo directo libre, a no ser que se trate de una errata por y dijo que él estaba, según se corrigió ya en la segunda edición. <<
[260] asentaba: «apuntaba, registraba». <<
[261] manual: «libro de oraciones, devocionario, o de cuentas». <<
[262] a: «hacia, por». <<
[263] Bienaya: o Minaya, en la plaza toledana del mismo nombre, junto al hospital de la Misericordia. <<
[264] La del alba: «La [hora] del alba», como pide el zeugma desde el final del captítulo anterior (buen hora), lo que prueba la continuidad de los mismos más allá de los epígrafes que los fragmentan (también en I-V, I-VI, I-XLIII, etc.) o, mejor, la inserción de estos tras una redacción unitaria. <<
[265] cerca de: «acerca de, sobre». <<
[266] especial: con valor adverbial: «especialmente, en especial». <<
[267] acomodarse: «proveerse, abastecerse». <<
[268] la querencia: «el camino de retorno a la cuadra». <<
[269] mi profesión: «el ejercicio e ideología en que profeso» (se especifica en I-LII y en II-LII). <<
[270] pretina: «cinturón de cuero». <<
[271] hato: «rebaño». <<
[272] tomaros con: «enfrentaros con, pelearos con, tomarla con». <<
[273] lanza: era costumbre llevarla en despoblado, como veremos en I-XXXVI. <<
[274] arrendada: «atada por las riendas». <<
[275] soldada: «sueldo, salario». <<
[276] villano: «aldeano, paleto» y «maldito, infame». La indignación de don Quijote se debe a la ofensa que suponía para el testigo de cierta categoría desmentir a otro en su presencia. Vid. I-XXIV. <<
[277] setenta y tres: no suman sino «sesenta y tres». <<
[278] para el paso…: «por el trance…» (como en I-V). <<
[279] sangrías: «extracciones de sangre mediante punción en una vena». <<
[280] sanidad: «salud». <<
[281] Quintanar: Quintanar de la Orden, en Toledo, cerca del Toboso (vid. II-LXXIV). <<
[282] un real… sahumados: «al contado, mejorados y con buena voluntad»; en sentido literal, «perfumados», de ahí lo que sigue. A don Quijote —por eso su respuesta— le parece bastante sahumerio que se le pague en reales (porque eran de plata), y hace gracia del «perfumado». <<
[283] vive Roque: es juramento eufemístico y popular, por «vive Dios», que empleará Sancho en II-X. <<
[284] contalle: se lo contará con todo tipo de detalles cuando vuelvan a encontrarse, en I-XXXI, para vergüenza y sonrojo del caballero… <<
[285] con las setenas: «con creces»; literalmente, «siete veces más», pues la expresión alude a una vieja multa (ya en el Fuero Juzgo), según la cual había que pagar por septuplicado los daños causados. <<
[286] e: «y», en uso arcaico, como talante («voluntad»), rescibió, desfecho, infante («niño»). <<
[287] sin… vapulaba: «sin motivo vapuleaba, sin causa azotaba». <<
[288] dos millas: «casi cuatro kilómetros». <<
[289] quitasoles: «sombrillas». <<
[290] pasos: «lances, justas». <<
[291] donde no: «de lo contrario, en otro caso». <<
[292] encarguemos: «comprometamos, tengamos cargo». <<
[293] ámbar y algalia: frente a la supuración rojiza (bermellón) y amarilla (azufre), don Quijote menciona estas dos preciadas (por eso entre algodones) sustancias aromáticas, de origen animal, utilizadas en pomadas y perfumes. <<
[294] tuerta ni corcovada: la doble negación se explica porque don Quijote recoge el término tuerta disémicamente: «falta de un ojo» y «torcida», según anotamos más arriba. <<
[295] más… Guadarrama: porque los husos se hacían de las hayas de sus bosques. <<
[296] una buena pieza: «un buen trecho». <<
[297] cibera: «el grano que se echa en la tolva del molino para que se cebe la piedra». <<
[298] picado: «metido de lleno, ansioso por ganar». <<
[299] envidar… resto: «jugárselo todo, apostar cuanto se tiene». <<
[300] vía: así el original, con valor de «veía», que bien podría ser errata por llovía. <<
[301] falta: «fallo, error» (como supra, II). <<
[302] brumado: «magullado, molido a palos». <<
[303] Viendo: la dependencia de I-IV (Donde se prosigue, se rotula ahora) es tan evidente como allí lo era respecto a I-III, y se mantendrá, aun incrementada para con el presente, en I-VI; resulta, pues, más que cuestionable la pertinencia de los primeros epígrafes, como ya sugerimos más arriba. <<
[304] paso: el «suceso o lance» al que don Quijote se acoge ahora procede del romancero (como cuando los leones [II-XVII], la cueva de Montesinos [II, XXII-XXIII] o el retablo de Maese Pedro [II, XXV-XXVII]); más en concreto, del anónimo Entremés de los romances (posible fuente del Ingenioso hidalgo, o primera imitación del mismo), en el que un labrador llamado Bartolo, sin juicio de tanto leer romances, sale en busca de aventuras, acompañado por su escudero Bandurrio, para ser pronto apaleado por el zagal de una pastora a la que intenta defender, ocasión en la que evocará —como don Quijote— el romance del marqués de Mantua. <<
[305] aquel… montiña: quizás el que comienza «De Mantua salió el Marqués», donde se cuenta que Carloto, el hijo de Carlomagno, derrotó y abandonó a Valdovinos herido en una floresta con intención de casarse con su viuda. Montiña: «montaña, bosque, espesura». <<
[306] historia… viejos: la popularidad de la historia evoca la alcanzada por La Celestina: «Los niños […], los moços […], los viejos […]; y estos papeles [pelean] con todas las edades. La primera los borra y rompe; la segunda no los sabe bien leer; la tercera, […] discorda» (Pról.). Lo mismo se dirá del propio Quijote en II-III. <<
[307] los milagros de Mahoma: «… sacando una sopa meter otra» y «… para no acabar una escudilla, sacando una sopa meter otra», completaba el refranero. <<
[308] volcar: revolcar. <<
[309] caballero del bosque: se refiere a Valdovinos con el mismo apelativo que se aplicará luego a Cardenio y a Sansón Carrasco. <<
[310] …desleal: el romance nuevo, sobre los amores de Tirsi, incluido en el Romancero general de 1600, decía: «¿Dónde estás, señora mía, / que no te pena mi male? / De mis pequeñas heridas / compasión solías tomare». <<
[311] …carnal: el romance seguía: «¡Oh noble marqués de Mantua, / mi señor tío carnale!». <<
[312] marqués de Mantua: don Quijote confunde a su vecino, Pedro Alonso, con el marqués de Mantua (vid. II-XXIV), lo mismo que hace Bartolo en el Entremés con los familiares que lo socorren. <<
[313] Emperante: «emperador», en uso caballeresco; se refiere a Carloto, el hijo de Carlomagno. <<
[314] …le conoció: se sigue el romance del marqués de Mantua casi al pie de la letra: «Con un paño que traía / la cara le fue a limpiare; / desque la ovo limpiado / luego conocido lo hae». <<
[315] se debía de llamar: pero en I-I se concluyó, por conjeturas verosímiles, que se llamaba Quejana, y al final de la novela será Quijano (II-LXXIV). <<
[316] preguntase: «pidiese, rogase, suplicase». <<
[317] Abindarráez: es el protagonista de la novelita morisca Historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa, publicada en el Inventario (1565) de Antonio de Villegas y recogida desde 1561 en el libro IV de La Diana de J. de Montemayor, donde don Quijote —Cervantes— parece haberla leído, según se dice a continuación. En efecto, la novelita narra el apresamiento, y posterior liberación, del moro Abindarráez por parte del alcaide de Antequera, Rodrigo de Narváez, cuando aquél pretendía casarse en secreto con Jarifa. <<
[318] alcaidía: «ministerio, jurisdición y fortaleza gobernada por el alcaide» (vid. supra, II). <<
[319] Doce Pares de Francia: en I-XLIX nos explicará el canónigo: «fueron caballeros escogidos por los reyes de Francia, a quien llamaron pares por ser todos iguales en valor, en calidad y en valentía…». Son nombrados ya en la Chanson de Roland, sin que haya acuerdo sobre la identidad de los doce; en el Poema de Fernán González se nombran los siguientes: Roldán, Oliveros, el arzobispo Turpín, Ogier de Dinamarca, Valdovinos, Reinaldos de Montalbán, Terrín, Gualdabuey, Arnald, Angelero, Estolt y Salomón. <<
[320] Nueve de la Fama: los guerreros más afamados eran tres judíos (Josué, David y Judas Macabeo), tres gentiles (Alejandro Magno, Héctor y Julio César) y tres cristianos (el rey Arturo, Carlomagno y Godofredo de Bouillon). Vid. infra, I-XX. <<
[321] tan mal caballero: «cabalgando tan mal», pues, tras desarmarlo, el lugareño lo subió sobre su jumento, en el que don Quijote «no se podía tener». <<
[322] vuelto: «revuelto, trastornado». <<
[323] a cuchilladas… bebida: las «cuchilladas con las paredes» anticipan claramente la aventura de los cueros de vino (I-XXXV), así como la «preciosísima bebida» el bálsamo de Fierabrás (I-XVII). <<
[324] Esquife: la sobrina deforma burlescamente el nombre del marido de Urganda (a quien, más abajo, el ama llamará Hurgada) la Desconocida (vid. supra, Prels.), Alquife, encantador —dice el texto— de la serie de los Amadises y supuesto autor del Amadís de Grecia. <<
[325] abrasados: así se hará en el capítulo siguiente, como anticipa el cura a continuación (acto público), refiriéndose a los «Autos de Fe» inquisitoriales. <<
[326] cure y cate de: «cuide y examine». <<
[327] ¡Mirá… maza!: «¡Mirad en hora mala!» (era más frecuente la forma …noramaza). <<
[328] parado: «puesto, dejado». <<
[329] jayanes: «gigantes». <<
[330] ¡Ta, ta!: «¡Ya, ya!, ¡date, date!». <<
[331] Para mi santiguada: «por mi cara santiguada; por la señal de la cruz, por mi fe». Es fórmula de juramento (ya en La Celestina: «CEL. —Calla, que para la mi santiguada do vino el asno vendrá el albarda», I), muy frecuente en Cervantes. <<
[332] otro día: «al otro día, al día siguiente», según el uso clásico habitual en Cervantes. <<
[333] escrutinio: aunque dedicado exclusivamente a la crítica literaria (como, luego, I-XLVII y xlviii), el capítulo se integra perfectamente tanto en la acción como en la intención de la novela: por culpa de los libros de caballerías «se le secó el celebro» (I-I) a don Quijote y la obra está concebida como invectiva contra ellos, encaminada a deshacer «la autoridad y cabida que en el mundo y en el vulgo tienen» (Pról.); además, la «quema» será asumida luego por don Quijote como obra de «encantamento» (I-VII), insertándose así en la trama «caballeresca». <<
[334] …el cual: puntuamos sin tener en cuenta el epígrafe (vid. supra, V, n. 1), pues así se resuelve el equívoco antecedente de el cual, que sólo puede ser el don Quijote del capítulo anterior (allí, maese Nicolás lo es de con el cual); siendo así, quien pidió las llaves fue el cura. <<
[335] cuerpos: «volúmenes». <<
[336] escudilla: «cuenco, vaso, plato». <<
[337] rimero: «montón». <<
[338] no vino en: «no asintió, no accedió». <<
[339] Los cuatro: Los cuatro libros, en zeugma dilógico, pues el primero [libro] emplea el término con el valor de «obra», mientras que ahora se recoge con el de «parte de una obra». Se trata de Los cuatro libros del virtuoso caballero Amadís de Gaula, cuya versión más antigua conservada es la refundición de Garci Rodríguez de Montalvo, publicada en Zaragoza (1508). <<
[340] el primero de caballerías…: no exactamente (El Caballero Cifar es de principios del XIV y la primera edición, en catalán, del Tirant lo Blanc de 1490), pero, tratándose de rumores (he oído decir), sabido es que un Amadís «primitivo» circuló impreso desde el siglo XIV. <<
[341] Sergas de Esplandián: es el quinto libro, original de Rodríguez de Montalvo, del Amadís de Gaula, publicado en Sevilla, en 1510, con el título: Las Sergas [«hazañas, proezas»] del muy virtuoso caballero Esplandián, hijo de Amadís de Gaula, llamadas Ramo de los cuatro libros de Amadís. <<
[342] Amadís de Grecia: o noveno libro del de Gaula, de Feliciano de Silva, se publicó en Burgos, en 1535, y ya lo hemos visto ridiculizado en varios pasajes por su afectación estilística (I-I); a él pertenecen los personajes que se nombran a continuación. <<
[343] …Amadís: además de los cuatro primeros, del 5º y del 9º, ya citados, el barbero se refiere al resto de la serie: 6º Florisando (1510), de Páez de Ribera; 7º Lisuarte de Grecia (1414); 8º Lisuarte y la muerte de Amadís (1526), de Juan Díaz; 10º Florisel de Niquea (1533), de Feliciano de Silva; 11º Don Rohel de Grecia (1535), de Feliciano de Silva; 12º Don Silves de la Selva (1549), de Pedro de Luján; etc. <<
[344] Don Olivante de Laura: la Historia del invencible caballero don Olivante de Laura, príncipe de Macedonia, publicada en Barcelona, en 1564, es obra de Antonio de Torquemada, más conocido por sus Coloquios satíricos (1553) y por el Jardín de flores curiosas (1570), la célebre miscelánea dialogada y cuajada de noticias prodigiosas; de ahí los comentarios del cura que siguen. <<
[345] Florimorte: así el texto original, que mantenemos por repetirse a continuación —con ribetes, probablemente, burlescos—, aunque, sin duda, se refiere a la Primera parte de la grande historia del muy animoso y esforzado príncipe Felixmarte de Hircania y de su extraño nascimiento, de Melchor Ortega, publicada en Valladolid (1556), en cuya historia se le denomina Felixmarte y Florismarte. <<
[346] estraño nacimiento: nació en una montaña, siendo ayudada su madre en el parto por una salvaje. <<
[347] El Caballero Platir: es el anónimo libro cuarto de la saga de los Palmerines: La Crónica del muy valiente y esforzado caballero Platir, hijo del emperador Primaleón (Valladolid, 1533). <<
[348] El Caballero de la Cruz: puede tratarse de la Crónica de Lepolemo, llamado el Caballero de la Cruz, hijo del emperador de Alemania, […] trasladada en castellano por Alonso de Salazar (Valencia, 1521), o bien de El libro segundo del esforzado Caballero de la Cruz Lepolemo, […] que trata de los grandes hechos en armas del alto príncipe y temido caballero Leandro el Bel, su hijo (Toledo, 1563), donde se atribuye a Pedro de Luján, el autor de los Coloquios matrimoniales (Sevilla, 1550). <<
[349] tras… diablo: sobre el dicho común (vid. II-XXXIII), con resonancias inquisitoriales, se puede estar aludiendo a otro, tan difundido como apto para contextos caballerescos; máxime para el Caballero de la Cruz: «la cruz en los pechos y el diablo en los hechos» (por alusión a las insignias de las Órdenes Militares). <<
[350] …vaya al fuego: habla el cura, naturalmente. <<
[351] Espejo de caballerías: es una especie de adaptación —como dirá el cura después—, casi traducción en prosa, del Orlando innamorato (1486-95; traducido por F. López de Santamaría y P. de Reinosa, y publicada en tres partes, entre 1533 y 1550, que luego se fundieron en el ya mencionado Espejo de Caballerías (Medina del Campo, 1586). <<
[352] verdadero: en sentido irónico, dado que Turpín, Jean Turpín (arzobispo de Reims y supuesto autor de una crónica mendaz sobre Carlomagno: Historia Caroli Magni et Rotholandi) era tenido como prototipo de embustero. <<
[353] Ludovico Ariosto: el celebrado Ariosto (1474-1533) continuó, en su Orlando furioso (1532), el de Boiardo, mereciendo el elogio cervantino ya en La Galatea. Fue traducido varias veces al castellano (J. de Urrea, 1549; H. de Alcocer, 1550; D. Vázquez de Contreras, 1585), sin demasiada fortuna en opinión de Cervantes; por eso los juicios que siguen. Jerónimo de Urrea, en concreto, podría ser el «mal traductor» aludido cuando don Quijote visita una imprenta barcelonesa con don Antonio Moreno (II-LXII). <<
[354] le pondré… cabeza: «le respetaré ceremoniosamente, le reverenciaré». <<
[355] Ni aun fuera bien…: quizá se aluda a la reprobación eclesiástica del poema. <<
[356] señor capitán: el ya mencionado capitán Jerónimo de Urrea, el más temprano y discutido de los traductores, en verso (octavas reales), del Orlando. <<
[357] cosas de Francia: a saber, «de Reinaldos, Turpín, Roldán, etc.»; «del Ciclo Carolingio». <<
[358] Bernardo del Carpio: Historia de las hazañas y hechos del invencible caballero Bernardo del Carpio (Toledo, 1585), de Agustín Alonso, en octavas reales. <<
[359] Roncesvalles: se alude al poema, también en octavas reales, de F. Garrido de Villena: El verdadero suceso de la famosa batalla de Roncesvalles, con la muerte de los doce Pares de Francia […] (Valencia, 1555). <<
[360] Palmerín de Oliva: el primer libro, atribuido a F. Vázquez, de la serie de los Palmerines: El libro del famoso y muy esforzado caballero Palmerín de Oliva (Salamanca, 1511). <<
[361] Palmerín de Ingalaterra: el sexto libro del ciclo mencionado en la nota anterior, compuesto, hacia 1554, en portugués, por F. de Morales Cabral. No se publicó hasta 1567 (Évora), pero fue traducido por Luis de Hurtado en 1547-1548 (Toledo) con el título: Libro del muy esforzado caballero Palmerín de Inglaterra, hijo del rey don Duardos. <<
[362] rajas: «astillas». <<
[363] Dario: y no Darío, de acuerdo con la prosodia de la época. La anécdota de Alejandro, referida a la Ilíada, es contada por Plutarco y por Plinio. <<
[364] rey de Portugal: se refiere a Juan II (1455-95). <<
[365] cala y cata: «averiguaciones, diligencias». <<
[366] Don Belianís: Libro primero del valeroso e invencible príncipe don Belianís de Grecia […], sacado de la lengua griega, en la cual la escribió el sabio Fristón (Burgos, 1547-79), de Jerónimo Fernández, ya aludido más arriba (y vid. I-VII). <<
[367] cólera: su cólera es tan desmesurada como las heridas incontables que recibe (vid. I-I), por lo que se alude a las propiedades purgativas del ruibarbo. <<
[368] término ultramarino: «plazo muy dilatado». <<
[369] echar una tela: «tejer una tela». <<
[370] …Tirante el Blanco: el original catalán, Tirant lo Blanch, compuesto por Johanot Martorell y acabado por Martí Johan de Galba, se publicó en Valencia (1490) y fue traducido en 1511 (Valladolid), por autor anónimo, con el título: Los cinco libros del esforzado e invencible caballero Tirante el Blanco de Roca Salada, texto al que alude Cervantes; de ahí que desconozca a su autor (el que le compuso). <<
[371] Con todo… vida: desde Clemencín, cuando menos, se viene considerando este pasaje como «el más oscuro» del Quijote, pues el rigor de la sentencia final no se compadece en modo alguno con los elogios que la preceden. Sin embargo, todo estriba en el significado que se le dé a de industria y echaran a galeras, dos «frases proverbiales» lo suficientemente comunes como para no tergiversarlas: «astutamente, adrede, a sabiendas» y «condenar al remo en las galeras reales». Así, el sentido es patente: «Pese a todo ello, os aseguro que merecía el que lo escribió, puesto que no refirió tantos disparates astutamente, que le condenasen al remo de por vida». <<
[372] La Diana: Los siete libros de la Diana (Valencia, c. 1559), del portugués Jorge de Montemayor, es la primera —se dice más abajo— y la mejor de las novelas pastoriles en castellano. <<
[373] de entendimiento: así las primeras eds., aunque parece errata clara por de entretenimiento. <<
[374] hacerse pastor: en efecto, proyectará ser el pastor Quijotiz en II-LXVII. <<
[375] se le quite…: según Cervantes, lo que le sobra a La Diana es la recurrencia a la sabia Felicia y a su agua encantada, como deus ex machina que desenreda, al margen de toda verosimilitud, la compleja urdidumbre de historias antes tramada, y los poemas no estrictamente líricos (por ejemplo, el Canto de Orpheo [IV], escrito en octavas de endecasílabos bien próximos al verso de arte mayor; por eso dice versos mayores). Claro que, de hacerlo, el libro se vendría abajo. <<
[376] …Gil Polo: las dos continuaciones de la obra de Montemayor salieron en Valencia, en 1564: Segunda parte de la Diana de Jorge de Montemayor, de Alonso Pérez, médico de Salamanca, y Primera parte de Diana enamorada, de Gaspar Gil Polo; quizás la única que no desdice en calidad —como se enjuicia después— de su modelo original. <<
[377] Los diez… amor: de A. de Lofraso, cuyo título continuaba …donde hallarán los honestos y apacibles amores del pastor Frexano y de la hermosa pastora Fortuna (Barcelona, 1573). Los elogios del cura —paralelos a los del Tirant— son, evidentemente, irónicos; sobre todo, si recordamos la evaluación que de Lofraso se hace en el Viaje del Parnaso (III, vv. 247 y ss.). <<
[378] raja de Florencia: «paño fino y costoso; de gente principal». <<
[379] …de celos: son tres pastoriles más, todas de escasísimo interés: El pastor de Iberia (Sevilla, 1591), de Bernardo de la Vega; Primera parte de las ninphas y pastores de Henares (Alcalá, 1578), de B. González de Bobadilla; y Desengaño de celos (Madrid, 1568), de B. López Enciso. Los dos primeros serían recordados en el Viaje del Parnaso (IV, vv. 506-09). <<
[380] al brazo seglar: «a la justicia civil». <<
[381] El pastor de Fílida: la novela pastoril (Madrid, 1582) de L. Gálvez de Montalvo. Al igual que P. de Padilla, citado después, fue elogiado en el Canto de Calíope (Galatea, VI). <<
[382] Tesoro de varias poesías: la voluminosa obra de Pedro de Padilla (Madrid, 1580), también autor de varias creaciones que Cervantes consideraba —dice en seguida— más levantadas: Églogas pastoriles (1582), Romancero (1583), Jardín espiritual (1585) y Grandezas y excelencias de la Virgen señora nuestra (1587). <<
[383] se escarde… bajezas: «se limpie de malas yerbas… escenas rústicas». <<
[384] El Cancionero: se publicó en 1586 y llevaba al frente un soneto y unas quintillas del propio Miguel de Cervantes en alabanza del autor. <<
[385] La Galatea: la Primera parte de la Galatea, dividida en seis libros (Alcalá: Juan Gracián, 1585), la primera novela larga, pastoril, de Miguel, cuya segunda parte, aunque anunciada en varios preliminares (Ocho comedias, Quijote II, Persiles, etc.) —como dirá el cura—, nunca vio la luz. <<
[386] posada: «casa». <<
[387] tres…: parece que la biblioteca del hidalgo estaba ordenada por géneros, pues los que siguen son poemas heróicos: La Araucana (Madrid, 1569-1589), de Alonso de Ercilla (también elogiada en el Canto de Calíope); La Austriada (Madrid, 1584), de Juan Rufo, más conocido por su recopilación de agudezas, Las seiscientas apotegmas (Toledo, 1595); y El Monserrate (Madrid, 1587), de Cristóbal de Virués (también alabado por Calíope). <<
[388] en verso heroico: «en octavas reales endecasílabas», propias de la épica culta áurea. <<
[389] a carga cerrada: «a bulto, en bloque». <<
[390] Las lágrimas de Angélica: la Primera parte de la Angélica (Granada, 1586), de Luis Barahona de Soto (también elogiado en La Galatea [VI] y en el Viaje del Parnaso [III, v. 359]), donde se continúa el ya aludido (supra, Prels.) episodio de Angélica y Medoro del Orlando furioso. <<
[391] fábulas de Ovidio: la de Acteón y la de Vertumno y Pomona, por ejemplo. <<
[392] cortesanos: «los caballeros cortesanos», por oposición a los andantes o aventureros (como don Quijote se nombrará en I-VIII). Sancho definirá, socarronamente, a los aventureros en I-XVI. <<
[393] La Carolea: se refiere, posiblemente, al poema épico titulado Primera parte de la Carolea, que trata de las victorias del emperador Carlos V, rey de España (Valencia, 1560), de Jerónimo Sempere, o bien a la Primera parte de la Carolea, Inchiridion, que trata de la vida y hechos del invictísimo emperador Don Carlos Quinto (Lisboa, 1585), de Juan Ochoa de la Salde. <<
[394] León de España: Primera y Segunda parte de El León de España, de Pedro de la Vecilla Castellanos (Salamanca, 1586). <<
[395] Luis de Ávila: no es el autor de tal obra; podría aludirse al Comentario del ilustre señor don Luis de Ávila y Zúñiga […] de la guerra de Alemaña hecha de Carlos V (Venecia, 1548); pero, al ser ésta una obra seria de historia, ajena a las aquí condenadas, se ha supuesto que podría tratarse del larguísimo Carlo famoso (Valencia, 1566), de Luis de Zapata. <<
[396] el prez: «el premio, honra y gloria otorgados a los vencedores de los torneos». <<
[397] opuesto: «rival, competidor»; sobre todo, debido al amor de Angélica (vid. supra, VI). <<
[398] escrutiñador: «examinador, censor» (formado sobre escrutinio). <<
[399] sierpe: «serpiente gigantesca, dragón». <<
[400] acordamos a: «quisimos ir a, fuimos a». <<
[401] Fritón: ni Muñatón, ni Frestón ni Fritón, sino Fristón, el encantador y presunto autor de Don Belianís de Grecia, tantas veces citado ya. <<
[402] mándole: «le aseguro, le prometo, le garantizo». <<
[403] pasó… cuentos: «sostuvo… coloquios, mantuvo… charlas». <<
[404] averiguarse: «entenderse, ponerse de acuerdo». <<
[405] tal vez: «alguna vez, en alguna ocasión». <<
[406] en… pajas: «en un santiamén, en un periquete» (alterna con en dácame, I-XXIX). <<
[407] Sancho Panza: Sancho es nombre proverbial, que encaja tan mal con su papel de «escudero» como bien con los designios paródicos de Cervantes: «Al buen callar llaman Sancho, conviene a saber sancio [sic] y santo. Allá va Sancho con su rocino; dicen que éste era un hombre gracioso que tenía una haca, y dondequiera que entraba la metía consigo; usamos deste proverbio cuando dos amigos andan siempre juntos» (Tesoro, s. u. Sanchos). <<
[408] asentó: «entró al servicio mediante contrato». <<
[409] llegó: «allegó, reunió». <<
[410] rodela: «escudo de madera pequeño, redondo y delgado». <<
[411] duecho: «ducho, acostumbrado». <<
[412] presupuesto: «propósito, intención» (como prosupuesto en I-III). <<
[413] derrota: «ruta, rumbo, derrotero». <<
[414] Juana Gutiérrez: es sólo el primer término de una nueva anarquía onomástica típicamente cervantina: Mari Gutiérrez (poco más abajo), Juana Panza (I-LII), Teresa Panza y Teresa Cascajo (II-V), etc. <<
[415] oíslo: «mujer, parienta», en uso coloquial. <<
[416] adelantado: «gobernador civil y militar de una provincia fronteriza» (vid. infra, XXX). <<
[417] casi dos leguas: unos 11 kms. <<
[418] se parecen: «se divisan». <<
[419] desigual: «sin igual, descomunal». <<
[420] puesto: «seguro, empeñado, convencido». <<
[421] Briareo: titán mitológico, hijo de Urano y Gea, dotado de cien brazos y cincuenta cabezas. <<
[422] ristre: «soporte, en la parte derecha del peto, donde se afirma el extremo de la lanza». <<
[423] al cabo al cabo: «al fin y al cabo, al fin y al remate». <<
[424] despaldado: «derrengado, dislocado de la espalda». <<
[425] pasajero: «transitado, concurrido». <<
[426] Diego Pérez de Vargas: caballero histórico, toledano, que sobresalió en la batalla de Jerez, contra los moros, en tiempos de Fernando III el Santo. Será elogiado por ello en I-XLIX. <<
[427] muy de su espacio: «a sus anchas, a su sabor». <<
[428] florestas: «selvas, montes espesos». <<
[429] agua de chicoria: «infusión de achicoria». <<
[430] no fueran parte: «no bastaran». <<
[431] a obra de: «a eso de, hacia». <<
[432] de mío: «por naturaleza». <<
[433] antojos de camino: «antifaces con cristales para resguardarse del polvo y del sol» (vid. II-XLVIII). <<
[434] vizcaína: «vasca». <<
[435] pasaba a las Indias: «iba a América»(vid. I-XLII). <<
[436] achaque: aquí, «materia, asunto». <<
[437] fementida: «falsa, perjura». <<
[438] puso piernas: «espoleó». <<
[439] así… vizcaíno: «es tan cierto que te matará este vizcaíno como que tú estás ahí». Cervantes remeda y parodia la mala sintaxis castellana de los vascos tal y como haría en otros lugares de su obra; sobre todo, en La casa de los celos (I, vv. 347-50) y a lo largo de El vizcaíno fingido. <<
[440] —¿Yo… si otra dices cosa: «¿Qué yo no soy caballero? Juro a Dios, como cristiano, que mientes. Si arrojas la lanza y sacas la espada, ¡verás cuán presto llevo el gato al agua! El vizcaíno es hidalgo por tierra y por mar y por el diablo, y mira que mientes si dices otra cosa». <<
[441] ¡Ahora… Agrajes!: «… con sus pajes», añadía la frase proverbializada, a partir del grito de ataque de Agrajes, personaje del Amadís de Gaula. <<
[442] de las… alquiler: es lugar común que se explicará en I-XXIX. <<
[443] almohada: «cojín para la silla del caballo» <<
[444] rodear: «volver, girar, mover». <<
[445] el autor desta historia: se refiere a Cide Hamete Benengeli, si fiamos del papel autorial que se le otorgará en el capítulo siguiente. <<
[446] el segundo autor: en principio, se diría que se refiere al propio Cervantes, si el primero es Cide Hamete (por eso se autodenominó en el Prólogo padrastro de don Quijote), bien que enmascarado tras la nueva voz narrativa; pero, conforme avanza la novela, las instancias narrativas se complican hasta el punto de que sus voces resultan inidentificables (1 padrastro, 2 narrador inicial, 3 segundo autor, 4 traductor, 5 Cide Hamete, 6 autor definitivo, etc.), de modo que de este segundo autor sólo puede afirmarse que toma el relevo del «autor-narrador» inicial para actuar como «editor-narrador» (de la traducción al castellano del original árabe de Cide Hamete) durante toda la novela. <<
[447] la segunda parte: de nuevo, «la segunda parte del Quijote de 1605». <<
[448] estupenda: «asombrosa, admirable», irónicamente. <<
[449] …y desnudas: interrupciones del relato similares pueden verse, por ejemplo, en el Espejo de príncipes (VI-I-1) o en La Araucana (II-XXIX). <<
[450] fendientes: «golpes de espada dados de arriba hacia abajo». <<
[451] de los… / …aventuras: quizá sean versos de algún romance, al parecer muy popular (vid. I-XLIX y II-XVI), si bien sólo se han encontrado en la traducción del Triumphus Cupidinis de Petrarca, llevada a cabo por Á. Gómez de Ciudad Real con el título de Traslación de los Triunfos del Petrarca. <<
[452] uno o dos sabios: efectivamente, las historias caballerescas suelen atribuirse a una caterva de «sabios» (Galerín, Elisabad, Xartón, Novarco, Artidoro, Fristón, etc.) que se emparejan en sus tareas de cronistas; por ejemplo, Galarsio y Filastes escribieron el Florisel de Niquea; Novarco y Promusis, el Cirongilio de Tracia; etc. <<
[453] Platir: la Crónica del Caballero Platir (vid. I-VI), fue recopilada por el sabio Galtenor. <<
[454] Desengaño… Henares: se publicaron en 1586 y 1587 (vid. I-VI); por eso tan modernos. <<
[455] azotes y palafrenes: «fustas y rocines». <<
[456] capellina: «capucho, capacete o yelmo usado por gente baja». <<
[457] como… parido: la malicia estriba en la parte elidida de la frase: «como [lo estaba cuando salió de] la madre que la había parido»; «como la parió su madre». <<
[458] el cielo… fortuna: «la providencia, la suerte y el azar» (Vid. II-LXVI). <<
[459] casi dos horas: tan corto plazo obliga a pensar en un Quijote concebido como relato breve. <<
[460] Alcaná: calle toledana de tiendas de mercería. <<
[461] cartapacios: «cuadernos, carpetas». <<
[462] morisco aljamiado: «moro que sabe castellano». <<
[463] lengua: «la hebrea», por la gran cantidad de conversos que habría en la calle de marras. <<
[464] volviendo de improviso: «traduciendo improvisada y simultáneamente». <<
[465] Cide Hamete Benengeli: «señor Hamid aberenjenado» (de ahí que Sancho le llame en II-II Cide Hamete Berenjena). Contará, desde ahora hasta el final de la novela, como el verdadero autor del Quijote, al menos en la ficción cervantina. <<
[466] salteándosele: «asaltándoselo, arrebatándoselo». <<
[467] iglesia mayor: «catedral». <<
[468] dos arrobas de pasas: «unos veintitrés kilos de pasas», como paga porque eran muy estimadas por los moriscos. <<
[469] a tiro de ballesta: «a ojos vistas; a cien leguas»(alterna con a tiro de arcabuz y a tiro de escopeta). <<
[470] título: «rótulo», como lo llama a continuación. <<
[471] Azpetia: así el texto, por Azpeitia (Guipúzcoa). <<
[472] hético confirmado: «tísico consumado o declarado». <<
[473] algunas veces: pero Sancho no recibirá nunca más tal sobrenombre. <<
[474] nación: «raza». <<
[475] galgo: lo mismo que perro o can (I-XLI), era apelativo con que se motejaban cristianos y moros o judíos recíprocamente y que Cervantes utiliza frecuentemente. <<
[476] sujeto: «tema, asunto, materia». <<
[477] corcovos: «saltos arqueando el lomo». <<
[478] La temerosa… le prometieron: así el texto, que optamos por respetar —tras no pocas vacilaciones—, entendiendo que se trata de una concordancia anómala más, quizás provocada por las alusiones anteriores en plural: las señoras del coche, fermosas señoras, etc. <<
[479] puesto que… merecido: «aunque bien se lo merecía de mi parte; pese a que me había hecho motivos». <<
[480] De lo que más: «Sobre lo restante que», aunque el epígrafe no tiene nada que ver con la materia referida en el capítulo, pues si la aventura del vizcaíno se remató en el anterior, la de los yangüeses («habitantes de Yanguas», en Soria o en Segovia) no se contará hasta el XV. Podría ser que, en una primera redacción, la aventura de los yangüeses siguiese a la del vizcaíno y que el episodio de Grisóstomo y Marcela (XI-XIV) se añadiese o adelantase después. <<
[481] más adelante: «más todavía, algo más». <<
[482] la falda de la loriga: «las mallas de la cota que colgaban por debajo de la coraza». <<
[483] a paso tirado: «con paso largo y rápido». <<
[484] retraer… iglesia: porque los delincuentes y malhechores se refugiaban frecuentemente en las iglesias —«se acogían a sagrado»—, amparándose en su derecho de asilo, para evitar a la justicia. <<
[485] Santa Hermandad: era la policía rural, creada por los Reyes Católicos, con tribunal propio, cuyos «cuadrilleros» voluntarios velaban por la seguridad en los campos y caminos. <<
[486] sudar el hopo: «sudar el flequillo; las pasaremos canutas». <<
[487] omecillos: «rencores, aborrecimientos» (Sancho asocia el cultismo homicidios con el término antiguo y rústico homecillo). <<
[488] caté: «guardé, sentí». <<
[489] te sacaré …caldeos: «te sacaré de apuros, te libraré de cualquier prisión», por alusión bíblica a Jeremías (XXXII-IV). <<
[490] ungüento blanco: así llamado por su color, pues el medicamento se hacía con cera, albayalde («sustancia alcalina extraída del plomo») y aceite rosado. <<
[491] bálsamo de Fierabrás: aunque a Sancho lo pondrá a morir (I-XVII), se trata de un brebaje milagroso, procedente del bálsamo de Jesucristo, capaz de sanar las heridas de quien lo bebía, que Cervantes aprovecha para enriquecer cómicamente sus afanes paródicos del mundo caballeresco. <<
[492] tres azumbres: la sorna es palmaria: frente a las gotas o tragos anteriores, ahora don Quijote habla de hacer entre seis y siete litros (el azumbre equivalía a poco más de dos). En I-XVII cocerá casi media azumbre. <<
[493] más… escritos: porque se juraba poniendo la mano sobre los Evangelios, y cuando no se tenían a mano, se utilizaba esta fórmula para referirse a los mismos. <<
[494] …no me acuerdo: según el romance («De Mantua salió el marqués»), las cosas que no recuerda don Quijote (pero, curiosamente, sí Sancho, según dirá más abajo) son: «de nunca peynar mis canas / ni las mis baruas cortare, / de no vestir otras ropas / ni renouar mi calçare, / de no entrar en poblado / ni las armas me quitare / […] / de no comer a manteles / ni a mesa me assentare / fasta matar a Carloto / por justicia o peleare». El no folgar con su mujer puede proceder de un romance del Cid, en el que Jimena dice: «Rey que no face justicia / non debiera de reinare, / ni cabalgar en caballo, / ni con la reina folgare, / ni comer pan a manteles, / ni menos armas armare». <<
[495] a humo de pajas: «a la ligera, sin reflexión, a tontas y a locas». <<
[496] yelmo de Mambrino: se trata del yelmo encantado que Reinaldos de Montalbán arrebata al moro Mambrino en el Orlando innamorato y que lo protege contra los golpes de Dardinel de Almonte (no de Sacripante), quien después muere, en el Orlando furioso. El motivo se desarrollará, largo y tendido, a partir de I-XXI. <<
[497] más armados…: en ese caso, «más de dos millones», pues otros tantos iban en el ejército de Agricane cuando vino contra el castillo del rey Galafrone del Catay, sobre la peña Albraca, para liberar a Angélica (Orlando innamorato, I-X y ss.). <<
[498] y muérame yo luego: es el segundo verso de una cancioncilla tradicional: «Véante mis ojos / y muérame yo luego, / dulce amor mío / y lo que yo más quiero». <<
[499] Soliadisa: posible alusión a tal infanta que aparece en La historia del muy valiente y esforzado caballero Clamades, […] y de la linda Clarmonda (Burgos, 1562), aunque el nombre se corrigió pronto por Sobradisa, reino que sí se menciona en el Amadís de Gaula. <<