CAPÍTULO 4
EL REY CONRADO I
(911-918)
«Apoyado en sus consejeros, sobre todo el arzobispo de Maguncia y el canciller y obispo Salomón III de Constanza, Conrado persiguió al comienzo una… política firmemente arraigada en la tradición carolingia; pero con tres campañas militares no pudo impedir que Lotaringia se anexionase al imperio occidental.»
HANS-WERNER GOETZ[1]
«Aconsejado por los dignatarios eclesiásticos del tiempo de Luis el Niño más influyentes hasta entonces —el arzobispo Hatto de Maguncia y el obispo Salomón de Constanza—, buscó en el alto clero un apoyo contra los líderes políticos civiles.»
EDUARD HLAWITSCHKA[2]