Notas

[1] Shakespeare, W., Obras completas, Tragedias, Editorial Aguilar, trad. de Luis Astrana Marín, Madrid, 2003. (N. de la t.) <<

[2] Herr Silverman es el profesor que da la asignatura del Holocausto, pero más que nada es el profesor de alemán de mi instituto, por eso lo llamamos Herr en lugar de señor. <<

[3] Leí en livestrong.com que «cada cien minutos se suicida un adolescente». Yo eso no me lo creo; si es así, ¿por qué no dicen nada en las noticias sobre tanto chaval suicidándose? ¿Ocurre siempre en secreto o es que pasa solamente en otros países? No creo que el suicidio sea un hecho tan común. Y si lo es… aquí me tienes, convencido de que mis planes son de lo más atrevido y original. ¡Ja! Aquí tienes más pruebas incriminatorias sobre lo especial que soy: según Wikipedia —admito que no es la fuente más fiable y además en este caso la información está totalmente anticuada—, «en Estados Unidos, el método más común de suicidio es con armas de fuego, que fueron las responsables del 53.7 % de todos los suicidios cometidos durante el año 2003». Otra cosa que dice Wikipedia es que «todos los años se suicidan más de un millón de personas». Así que, según Wikipedia, cada vez que el planeta da la vuelta al sol, la práctica del suicidio se lleva a un millón de hechos polvo. Me pregunto qué pensaría Charles Darwin de un dato como ese. ¿Selección natural? ¿Se trata acaso de la forma que tiene la naturaleza de proteger a los más fuertes y necesarios? A lo mejor mi mente no es más que un agente de la naturaleza y estoy a punto de hacer que Charles Darwin se sienta orgulloso de su teoría. <<

[4] El título Desayuno de un asesinato adolescente tiene doble sentido porque, además de ser adolescente, voy a cometer un asesinato; y como mi objetivo es un adolescente al que debo matar, el asesinato será adolescente. <<

[5] Un día busqué en Google: «¿Cuánto tiempo se tarda en morir cuando te cortas las venas?». Hay un montón de gente que hace esa misma pregunta en internet y la mayoría dicen que están buscando información para la asignatura de Ciencias de la Salud. En la mayoría de respuestas se acusa al que pregunta de estar mintiendo y la gente insiste en que deben buscar la ayuda de un profesional. Aunque también contestan personas que dicen ser médicos y otras que se han cortado las venas y han sobrevivido. Todos dicen que es una forma de morir (o de no morir) muy dolorosa y muy desagradable, que no tiene nada que ver con ese rollo «quedarte dormido a gusto en una bañera de agua caliente» que te quieren vender los de las películas. La sangre se puede coagular y eso impide que mueras y además es increíblemente doloroso. También encontré artículos que describían como cortarte las venas «de la manera correcta», para morir seguro; que haya gente que cuelgue eso en internet me pareció deprimente. Por mucho que yo quisiera saber la respuesta para sopesar mis opciones, esa información no debería estar en la red. No voy a describir el método para cortarse las venas ni te lo voy a explicar porque no quiero mancharme las manos con una dosis extra de sangre. Pero ahora en serio: ¿por qué hay gente que explica en la web cómo suicidarse? ¿Es que quieren que la gente rara y que da pena como yo desaparezca de la faz de la Tierra? ¿Creen que es buena idea que haya gente que quiera acabar con su vida? ¿Cómo puedes saber si tú eres de los que deberían cortarse las venas de la manera correcta? ¿También hay respuesta para eso? Lo he buscado en Google, pero no he encontrado nada. Las diferentes maneras de cumplir la misión, sí; pero la justificación, no. <<

[6] A veces, cuando me quedo después de clase para hablar con Herr Silverman sobre la vida, mientras él le busca el lado positivo a cualquier tema deprimente que yo haya sacado a colación ese día, imagino que tengo visión de rayos X y le miro los antebrazos cubiertos intentando desvelar el misterio; pero jamás funciona porque, desgraciadamente, en la realidad no tengo visión de rayos X. <<

[7] Linda es mi madre y la llamo por su nombre porque le molesta. Dice que la hace menos madre, pero de eso ya se ocupó ella solita cuando alquiló un apartamento en Manhattan y me dejó en South Jersey para que me buscase la vida yo solo entre semana, y cada vez más fines de semana. Dice que necesita estar en Nueva York porque trabaja en la industria de la moda, pero estoy bastante convencido de que es porque así se puede tirar a Jean-Luc, su novio francés, y estar bien lejos del pirado de su hijo. Salió de mi vida justo después de que pasase toda esa mierda con Asher Beal; a lo mejor el asunto era demasiado intenso para que ella quisiera ocuparse del tema. Vete a saber. <<

[8] No te lo vas a creer, pero a principios de los noventa mi padre era un rockerillo de cierta fama. Su nombre artístico era Jack Walker, y se lo inventó a partir de sus dos bebidas favoritas: Jack Daniel’s y Johnnie Walker. Menudo lumbreras. ¿Lo conoces? ¿No? ¡Vaya sorpresa! Puede que te acuerdes de su grupo, Tether Me Slowly, que tiempo atrás y según la revista Rolling Stone fue «la respuesta de la Costa Este al grunge». Seguro que has escuchado su gran éxito Vaticano sumergido, porque en la emisora de rock clásico la ponen todo el puto día. Estuvieron de gira teloneando a Jesus Lizard, Pearl Jam, Nirvana y a alguno más; después mi padre firmó un contrato millonario con una discográfica, tuvo una crisis de creatividad, se volvió alcohólico, se casó con mi madre, hizo un segundo álbum de mierda, se aficionó a las drogas (su segunda adicción, porque, como nos dicen en clase de Ciencias de la Salud, el alcohol también es una droga), no tuvo narices de morir de una sobredosis o suicidarse como una buena estrella del rock, me tuvo a mí, dejó de hacer música, vivió de las rentas que le proporcionaba la única canción que hizo sonar la flauta por casualidad y de vender su parafernalia rock en eBay (incluyendo la guitarra rota y firmada por Kurt Cobain que solía colgar encima del cabezal de mi cama), se convirtió en vieja gloria que daba risa y no volvió a tocar una guitarra en la vida, se hinchó, se le enrojeció la piel, quedó irreconocible, acusó a Linda de tener amantes, empezó a desaparecer durante días y a pasar las noches en los casinos clandestinos de Atlantic City, dejó de pagar impuestos, despertó a su hijo de quince años en mitad de la noche para darle los souvenirs de la segunda guerra mundial de su padre y noquearlo con su aliento Kurt Vonnegut (Roses y gas mostaza) y le dijo que fuera un buen hombre y que cuidara de Linda. Se rumorea que escapó en un puto carguero de plátanos a no sé qué jungla de Venezuela justo antes de que los federales le echaran el guante, y desde entonces no se sabe nada de él. Ahora, cada vez que escucho Vaticano sumergido me dan ganas de destrozar la casa y no precisamente porque cada céntimo de las liquidaciones de derechos vayan directos al Gobierno de Estados Unidos en lugar de a mí. Linda pilló un buen cabreo por el dinero que acabó debiéndole al Gobierno, por todo el lío de abogados, por perder la casa grande, por quedarse sin los coches; pero aparte de eso pensó: «Que se lo confiten». Entonces murieron sus padres y heredó suficiente dinero para abrir un estudio de diseño de moda en Nueva York y tenerme a mí aquí, en South Jersey. Mi padre, cuyo verdadero nombre era Ralph Peacock, hizo que Linda firmara un acuerdo prenupcial, de eso no me cabe duda. Porque de otro modo nadie hubiese aguantado tanto tiempo su mierda de rockero en declive. Pero aquí viene la gracia: al final ella no consiguió nada. Él era bastante cabrón. Y por muy mierdosa que sea como madre, Linda todavía consigue que los tíos se den la vuelta al verla pasar: es hermosa; tiene el aspecto que uno se esperaría de una exmodelo de treinta y muchos. <<

[9] Es decir, mi padre alrededor de 1991. <<

[10] De tal palo, no tal astilla. <<

[11] Linda depende de los espejos más que del aire que respira, así que hay uno en cada puta habitación de la casa. <<

[12] Conocí a Walt durante una tormenta de nieve, justo después de que nos mudásemos a la casa nueva. Recuerdo que Linda me pidió que retirara la nieve de la entrada aunque aún estaba nevando, porque había quedado con otra falsa diseñadora o con alguna modelo bulímica o algo así y tenía que sacar el coche. Creo que, a pesar de que cuando se lo conté se negaba a creerme porque es una zorra egoísta ajena a todo lo que la rodea, Linda estaba intentando curarme de todo lo que había pasado entre Asher Beal y yo a base de tareas varoniles. Y ese día nevaba tanto que apartar la nieve con la pala era una tarea imposible, porque tan pronto como conseguía abrir un estrecho camino, la nieve volvía a cubrir la entrada. Llevaba horas intentándolo, y cuando Linda dijo que ya podía dejarlo, estaba exhausto. Justo iba a entrar en casa cuando me pidió que comprobase si nuestro vecino estaba bien. «Es un señor mayor. Pregúntale si necesita que le limpies la entrada de nieve o que hagas cualquier otra cosa», dijo Linda, y a mí me pareció extraño porque normalmente no tiene en cuenta a nadie más que a ella; ni siquiera es consciente de la existencia de otras personas. Insisto en que creo que estaba intentando curarme sin enfrentar directamente lo que había ocurrido. Al ver que yo no me movía del sitio, me dijo: «Ve, Leo. Sé un buen vecino. Nos conviene que piense bien de nosotros, especialmente después de todo lo que ha pasado». Así que mientras Linda sacaba el coche de la entrada, avancé un par de pasos sobre la nieve. Mi idea era volver a entrar en nuestra nueva casa en cuanto se marchase, pero se quedó esperando con el motor en marcha en mitad de la calle, mirándome mientras caía la nieve. En cuanto llamé al timbre, se marchó. Como nadie venía a abrir pensé que había tenido suerte; pero de pronto escuché un grito en el interior de la casa y lo que me parecieron disparos. De repente la tranquila escena invernal en la que me hallaba se hizo añicos y se me aceleró el pulso aún más. Esperé unos segundos por si me había equivocado, pero de pronto oí más disparos. Saqué el móvil y llamé a la policía. Unos minutos más tarde llegaron tres coches patrulla con la sirena y las luces puestas, y me dijeron por el megáfono que me apartara de la casa. Les hice caso. Uno de los agentes se acercó a la puerta pistola en mano y llamó vigorosamente con los nudillos. No acudió nadie. Finalmente rodeó la casa caminando dificultosamente por la nieve; iba mirando por todas las ventanas. Después de un minuto, la puerta se abrió y vimos a un señor mayor con un bastón. «¿Qué leches está pasando?», dijo. «Caballero, nos han informado de que se han oído disparos. ¿Está usted bien?», dijo el agente. «Por el amor de Dios, estoy viendo una película de Bogart». Los polis me miraron con cara de cabreo y entonces todos entramos en la casa para aclarar los hechos. Cuando tuvieron claro que no había sido más que un malentendido, se marcharon. «¿Qué hacías delante de mi puerta?», me dijo el viejo. «Mi madre quería saber si necesitaba que le retirase la nieve de la entrada. Ha sido por eso; siento haber llamado a la policía, pero los disparos parecían reales». El anciano sonrió con orgullo y dijo: «Es mi nuevo sistema surround sound. Están mejorando el sonido de muchas películas viejas y, como yo no oigo muy bien, subo el volumen. ¿Nunca has visto al bueno de Humphrey Bogart en acción?». «No», repuse, y él abrió los ojos como platos y dijo: «Jesús, ¡no tienes ni idea de lo que te estás perdiendo! Ya podéis entrar tú y tu analfabetismo cinematográfico en el salón; empezaremos con El tesoro de Sierra Madre». Y así es como, cuando lo que yo necesitaba era una figura paternal, Linda me dejó en manos del vecino; fue entonces cuando se me empezó a llenar la cabeza de mierda. Ver películas viejas con Walt parecía un plan bastante raro para un día de nieve, pero era mejor que apartarla a paladas, así que lo acompañé al salón, decliné el cigarrillo que me ofrecía, escuché a Bogart decir: «Eh, amigo, haz el favor de dar de comer a un americano» y me preparé para lo que se iba a convertir en horas y días y semanas de películas en blanco y negro. <<

[13] A lo mejor piensas que soy un gilipollas por conseguirle tabaco barato a un anciano que tiene los pulmones hechos polvo. Para que conste, diré que no soy fan del tabaco, ni siquiera ahora que estoy a punto de suicidarme. ¿Te parece irónico? Lo que pasa es que a Walt, aparte de las películas antiguas, los cigarrillos, el whisky y yo, no le quedan muchas más cosas. El tabaco es un cuarto de su vida, así que no lo juzgo por fumar. ¿Por qué iba a querer alargar su vida? Empezó a fumar antes de que supieran que era perjudicial, así que seguramente no tiene culpa de ser adicto. A lo mejor si yo hubiese nacido hace ochenta y pico años, también sería adicto al tabaco. <<

[14] Televisión de pantalla plana de setenta pulgadas; alfombras orientales; un Mercedes-Benz nuevecito que guarda en el garaje y jamás utiliza; jardín cuidado por un profesional; sistema de riego enterrado; un Norman Rockwell original en la entrada… Creo que ya te haces a la idea. <<

[15] Si le quitas todas las arrugas y ese pelo blanco indomable, parece un veterano George Clooney. <<

[16] Se refiere a mi sombrero de Bogart, que me queda demasiado grande y me tapa hasta las cejas. Me queda un poco ridículo. <<

[17] Puede que te estés preguntando por qué a un adolescente de 2011 le gusta ver películas de Bogart con un viejo. Es una buena pregunta. Al principio no era más que un pasatiempo; estar en compañía de alguien a quien no molesto y que lo agradece, porque Walt está muy solo. Pero con el tiempo he llegado a comprender, entender y apreciar este mundo Bogart de Hollywood. Walt dice que las películas eran para los hombres que regresaban a casa después de la segunda guerra mundial y se sentían muy desorientados, hombres que tenían que buscarle un sentido al nuevo mundo de posguerra y que tenían que aprender a ser hombres en un nuevo mundo doméstico y habitado por mujeres. Cuando estaban luchando en el extranjero, no había mujeres; el único apoyo eran otros hombres, y esa es la razón de ser de las femme fatales como Lauren Bacall. Durante la guerra, a los hombres se les olvidó cómo comportarse con ellas, cómo confiar en ellas. El hecho de que Walt me lleve a un lugar que ninguno de mis compañeros de clase conoce me gusta. Admiro a Bogart porque hace lo correcto sin importarle las consecuencias, incluso cuando estas no juegan a su favor; justo lo contrario de todos los que me rodean. <<

[18] Jersey de cuello alto. Sonrisa mellada. Corte de pelo de bacinilla. Un crío muy mono. <<

[19] Que, irónicamente, se está muriendo. <<

[20] Como Linda, que dice que LE ENCANTA LE ENCANTA LE ENCANTA diseñar ropa, pero a la mínima se queja y se estresa por culpa del trabajo. ¿Cómo puede gustarle tanto algo que la hace tan infeliz y que la obliga a estar lejos de su único hijo? A lo mejor el estrés y las continuas quejas le suponen un descanso de sus obligaciones como madre de Leonard Peacock. No lo sé, pero pensarlo me pone triste. Sobre todo porque se hizo diseñadora de moda justo después de que yo intentase contarle las cosas horribles que me habían pasado con Asher. Es como si mi intento fallido de confesión la hubiese apartado de mí; como si me convirtiese en un ser repugnante. <<

[21] Que seguramente se folla a cientos de mujeres cuando no estás mirando porque es un pez gordo de la industria de la moda y no cabe duda de que puede hacerlo. Al fin y al cabo, las personas cuya prioridad absoluta es la moda normalmente no son filántropos ni candidatos al premio Nobel de la paz. <<

[22] Herr Silverman nos contó que las mujeres judías de los campos de exterminio nazi a menudo se veían obligadas a mantener relaciones sexuales con los oficiales (como con el dueño de mi P-38, por ejemplo) para seguir vivas y conseguir privilegios para ellas y sus familiares. Esto me hizo preguntarme si Linda tiene que prestar servicios sexuales a Jean-Luc para que su carrera en el mundo de la moda siga a flote. (Herr Silverman también nos dijo que algunas de las esclavas sexuales eran adolescentes como nosotros). <<

[23] Me parece interesante que las empresas de la ciudad tengan vigilantes de seguridad y mi instituto no. Puede que pongan uno después de hoy. Pero ¿por qué proteger a los adultos y no a los jóvenes? <<

[24] Adultos en su totalidad. <<

[25] ¿Un contestador en el año 2011? ¿Qué me estás contando? Es triste, pero cierto. Linda no quiere darle su número de móvil a gente «de fuera de la industria de la moda», como por ejemplo el personal administrativo de mi instituto, porque se cree Donatella Versace. <<

[26] ¿Cómo puede ser que un adolescente conozca la palabra «camisola»? Cuatro palabras: «hijo de una diseñadora». <<

[27] Herr Silverman dice que Ahmadineyad es un negacionista del Holocausto y que a Walt Disney lo acusaron de ser simpatizante del Partido Nazi. Lo cierto es que Walt Disney acudía a reuniones nazis, incluía imágenes antisemitas en sus dibujos animados y se unió a una facción de la industria del entretenimiento que discriminaba a los judíos. ¡Walt Disney! La cantidad de gente que mantiene su racismo en secreto es alucinante. Estoy hablando de que millones de niños y niñas adorables de todo el mundo van a Disney World a pasarlo fenomenal con la familia, y resulta que la experiencia está orquestada por un supuesto simpatizante nazi. ¿Por qué no se habla más de este tema? Herr Silverman dice que Disney quería crear una utopía tan seductora y convincente que nadie se atreviese a oponer resistencia. «¿A quién os recuerda eso?», preguntó Herr Silverman y todos supimos que la respuesta era Hitler; lo que pasa es que algunos de mis compañeros se enfadaron. Lori Sleeper dijo: «¿Por qué intenta estropearnos la infancia?», y Herr Silverman contestó: «¿Prefieres no saber que a menudo se acusa a Walt Disney de ser simpatizante nazi?». Lori Sleeper respondió: «¡SÍ!». Eso me deprimió porque era obvio que Lori estaba diciendo la verdad. Esa lógica tan absurda de meter la cabeza debajo del ala es muy popular en mi instituto. Me da la sensación de que si Disney World funcionase con la energía generada por hordas de esclavos africanos encerrados en sótanos —gente encadenada y obligada a pedalear en bicicletas estáticas conectadas a generadores, personas tratadas a latigazos, con una jaula por hogar y mal alimentadas— todo el mundo seguiría llevando a sus pequeños a Disney World, siempre y cuando nadie viese cómo se azotaba a los esclavos. Mientras las cosas horribles no se vean, el americano de a pie será más feliz que un regaliz. Deprimente. <<

[28] Había un puñado de muchachos que estaban tan horrorizados por el comportamiento de los übertarados como yo, pero delante de Asher no mostraron su indignación. Nadie quería ser el próximo objetivo, y así es como les gusta que sean las cosas a los übertarados: es el secreto de su poder. <<

[29] Desconectado de mi horrible futuro. <<

[30] Intento imaginar cómo tiene que ser estar casado con la señora Shanahan: piruletas de regaliz en todas las comidas. Si tuviera una orientadora por esposa, seguramente me cuidaría muy bien a nivel emocional; o puede que estuviese tan cansada de ocuparse de los demás durante el día que al llegar a casa se convirtiese en una zorra egoísta. No sé cuál de las dos versiones me parece más creíble. Seguramente la segunda. <<

[31] Herr Silverman no deja de experimentar con el vello facial. La semana pasada llevaba una barba a lo Abraham Lincoln que no le quedaba nada bien. Los alumnos hacen comentarios sobre los diferentes estilos que adopta, pero él nunca se enfada. Responde a las indirectas con una sonrisa muy parecida a un guiño, como si fuese inmune a los comentarios de los demás, cosa que me parece admirable. <<

[32] En esencia, ese es el mantra de las clases de Herr Silverman: piensa por ti mismo y haz lo que te convenga, pero deja a los demás actuar del mismo modo. <<

[33] Seguramente esta es la respuesta estándar con la que puedes conseguir más puntos en la parte de redacción del examen de selectividad. <<

[34] Es posible que penséis que un linchamiento sea un final apropiado, dado que quiero morir. Y sí, quiero morir, pero que una manada de übertarados me desmembre no me parece una despedida precisamente pintoresca. La muerte por übertarados es überpoco apetecible. <<

[35] Deberías leer algo sobre todos estos asesinos. Tienen mucho en común y apuesto a que todos se sentían solos de un modo u otro, indefensos, OLVIDADOS, ignorados, alienados, irrelevantes, cínicos y deprimidos. Lee sobre ellos: deberías hacerlo, de verdad. Aprenderías mucho. Mucho más de lo que yo te pueda explicar aquí. <<

[36] La mayoría de profesores se niegan a cerrar la puerta cuando están a solas con un alumno; dicen que va contra la ley o no sé qué, cosa que es bastante ridícula. Es como si todo el mundo creyese que los adolescentes corren el riesgo de que los violen a cada segundo del día y que una puerta abierta te puede proteger. (No puede, ¿cómo iba a protegerte?). Pero Herr Silverman cierra la puerta y eso hace que confíe en él. No se atiene a las normas de los demás; se atiene a las normas correctas. <<

[37] Claro que he escrito las cartas. Lo que pasa es que no se las he enseñado a él porque el texto es demasiado intenso y personal: una locura. Seguramente no es lo que él quería que escribiese. De todos modos, las cartas son muy importantes. El problema es que no sé muy bien cuál es la razón y no quiero arriesgarme a estropear el texto. Si Herr Silverman me dijera que están mal, creo que no podría soportarlo. Sobre todo porque él siempre dice que las cartas me pueden salvar y eso significa que seguro que necesito una salvación. <<

[38] Asher y yo teníamos eso en común: madres ausentes. <<

[39] Entonces ya era un chico raro y cada vez se estaba dando cuenta más gente. Asher tenía muchos amigos, pero yo solo lo tenía a él. <<

[40] ¿Por qué nos gusta tanto sorprender a la gente? ¿Es porque nos gusta saber algo que ellos no saben? ¿Nos da sensación de poder? A lo mejor en ese momento era feliz porque lo estaba controlando. O puede que simplemente quisiera hacer algo bonito por él. <<

[41] Mi padre estaba de buen humor siempre que estaba a punto de apostar. <<

[42] Los críos son como pasajeros ciegos: no ven lo que se les viene. <<

[43] ¿Alguna vez te has parado a pensar en todas las noches que has vivido y que no eres capaz de recordar? Todas las que fueron tan mundanas que tu cerebro no se molestó ni en registrarlas. Cientos de noches, quizá miles, que pasan sin que la memoria guarde ni un instante de ellas. ¿No te preocupa? ¿No tienes miedo de que tu memoria haya preservado las que no cuentan? <<

[44] Lo primero que me llamó la atención es que no se parecía en nada a las chicas de mi instituto. Tenía cara de gato y parecía de otra época, como las clásicas chicas de antes que salen en las pelis de Bogart. Más sofisticadas. Misteriosas. Peligrosas. Femme fatales. El tipo de mujer por la que te arriesgarías a morir asesinado a manos de sus enemigos, únicamente para besarla al final con un crescendo de violines con ella a punto de desmayarse. La clase de chica por la que perderías la cabeza sin pensártelo. Era como la femme fatale de las gafas de los años setenta que seguí en Filadelfia y cuya anécdota acabó tan mal. Lo notaba. Pero parecía menos maníaca, más feliz, más alegre. Más besable. <<

[45] La situación es ridícula porque la chica con la que está «aparcado» le está metiendo la mano entre los muslos y él se la aparta todo el rato. Es imposible que un chaval le aparte la mano a una chica que está intentando tocarle la entrepierna si ella le parece atractiva. Además, todo el mundo sabe que Jesús bebía vino con sus colegas, así que no veo por qué tendría que parecerle mal que alguien beba cerveza. <<

[46] Te lo creas o no, era la primera vez que entraba en una iglesia sin que fuese un funeral. <<

[47] Las mujeres hermosas ayudan a soportar cualquier situación. <<

[48] Es curioso las cosas que recordamos y las que no. <<

[49] Es extraño que quisiese que fuera una figura sexy del tipo Bacall y al mismo tiempo una cría, porque son dos cosas bastante opuestas y era imposible que fuera las dos cosas a la vez. <<

[50] ¿Por qué solo le caes bien a la gente cuando les haces las preguntas que ya han contestado miles de veces y te odian cuando no saben qué responderte? A mí me encantan las preguntas que me dejan sin saber qué decir. Reflexiono sobre las posibles respuestas durante días y días y disfruto muchísimo. ¿A alguien más le gusta cavilar o es que soy más raro que nadie? <<

[51] ¿Juego de palabras religioso? <<

[52] Linda lo dice colocando la mano por encima de la cabeza: «Me tienes hasta aquí arriba». Supongo que la frase evoca una imagen: el nivel de cansancio, hartazgo y nerviosismo la supera. No está hasta los cojones ni hasta las tetas ni hasta la coronilla. Está hasta más arriba. Así que supongo que estoy más arriba de Linda, más allá; porque lo dice una y otra vez. Me gustaría saber de qué no está hasta ahí arriba: ¿de Nueva York?, ¿de la moda?, ¿de Jean-Luc? Elige tú mismo. Por otro lado, Lauren no está hasta ninguna parte de la religión. <<

[53] Sé que es extraño que alguien esté colado por una chica que parece una señora mayor, pero más que nada es porque me gusta que no se asemeje en nada a mis compañeras de instituto. Es bonita de una forma única y también parece que necesita que la rescaten. Como si a solas estuviera indefensa. Es patético. Quizá sea la única persona más patética que yo. <<

[54] Leí en internet que el ejército de Estados Unidos emplea ese eufemismo para que matar gente sea más fácil. Los soldados, hombres y mujeres, disparan a «objetivos» en lugar de a personas y vuelan «objetivos», no edificios llenos de niños y mujeres. Así que en esta situación aprovecho esa perla de sabiduría: voy a pegarle un tiro a un objetivo en lugar de a un antiguo amigo y actual compañero de clase. A lo mejor te parece que usar un eufemismo es una estupidez, pero no tienes ni idea de lo mucho que ayuda a calmar los nervios y a aligerar la conciencia. Funciona. <<

[55] Por motivos completamente diferentes. <<

[56] «¡La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre cómico que se pavonea y agita una hora sobre la escena, y después no se le oye más…; un cuento narrado por un idiota con gran aparato, lleno de ruido y de furia, y que nada significa!». Eso es lo que William Shakespeare tiene que decir sobre el tipo de nada QUE NO QUIERO sentir. Encontré esa perlita de sabiduría pesimista sobre la vida en la clase de literatura del año pasado, cuando tuve que aprenderme el soliloquio de Macbeth de memoria. La educación obligatoria a veces es como una dosis de litio, créeme. La cantidad de mierda pesimista que nos hacen memorizar en clase es una locura: después la llevamos en la mollera el resto de la vida. <<

[57] Quizá la palabra más adecuada sea «distraída». Solía estar mentalmente ausente, de tal modo que los menos avezados la podrían tomar por una persona iluminada o trascendente, cuando en realidad escondía un mecanismo de defensa que consistía en un falso estado pensativo o en mirar hacia otro lado, postura que seguramente Asher fomentaba con su actitud de que el mundo se lo debía todo y de completo desprecio por el bienestar emocional de los demás, incluyendo al que entonces era su mejor amigo. En una ocasión estábamos en un restaurante de una famosa cadena y Asher se dedicó a vaciar el vaso de refresco en una enorme maceta con una palmera que había cerca de la mesa para, acto seguido, levantar el vaso y pedir una y otra vez que la camarera se lo rellenara gritando: «¡Más refresco!» para que lo oyeran en todo el local. Y a pesar de que la señora Beal debía de haberlo visto —de hecho, todos los clientes lo vieron; lo sé porque cuando acabamos de comer casi todos sacudían la cabeza al mirarnos—, no le dijo que parase ni dio muestras de ser consciente de lo que estaba haciendo su hijo. Simplemente permitió que fuera grosero con la camarera, que era joven y estaba demasiado ocupada (y seguramente demasiado atontada) como para protestar o dejar de traerle una Coca-Cola tras otra. Él parecía encantado con la molestia que le estaba causando. Sonreía sin parar como un rey infante y aquel día lo odié incluso más de lo que ya lo odiaba habitualmente en secundaria. Cuando era malo, era realmente malo. Era como si se le hubiese roto algo por dentro que no se pudiera reparar jamás. Cuando estábamos en primaria no era así, pero eso era antes de que los acontecimientos empezasen y lo cambiaran todo. <<

[58] Aparte de los números que ponen en los ascensores. <<

[59] Tiene gracia que al mismo tiempo me guste y deteste que la señora Beal cante sin ser consciente de lo que la rodea. <<

[60] Cosa que podría hacerla dejar de cantar para siempre. <<

[61] Te parecerá raro, pero ver a la señora Beal cantando me recuerda a la reproducción de Un cuento de Navidad de Dickens que montan en la ciudad todos los meses de diciembre. Tú caminas por las calles de la Inglaterra victoriana, mirando a través de las ventanas de las casas en miniatura, en calles de adoquines iluminadas por farolas de gas. Estoy seguro de que en un momento dado las figuras de madera empiezan a cantar, mientras tú recorres el camino de los espíritus de las Navidades pasadas, presentes y futuras de la vida del miserable de Scrooge hasta que él cambia de opinión y de pronto todo es feliz Navidad y pavos enormes y que Dios nos bendiga a todos. Una vez mi padre me llevó a Dickenslandia, pero yo ya estaba en secundaria y por lo tanto ya era demasiado mayor para ese tipo de actividades padre hijito; solo que él estaba demasiado colocado para ver que el resto de hijos e hijas medían menos de metro veinte. También estaba demasiado colocado para darse cuenta de que caminaba a trompicones con la mirada nublada y de que todo el mundo lo miraba. La ironía es que a mi padre le encantaba la Navidad; el cabrón siempre se ponía sentimental y eso le hacía drogarse y beber aún más: dos de sus actividades favoritas. <<

[62] ¿Por qué lo tipos estupendos siempre te decepcionan en cuanto empiezas a creer en ellos? ¿Se trata de alguna norma universal o algo? WTF? <<

[63] El gatillo me recuerda a una lengua de serpiente congelada. <<

[64] Esto también me pasaba cuando estaba a solas con Asher en su habitación: me separaba de mí mismo y flotaba en el aire mientras pasaba lo que pasaba. Y durante un tiempo eso bastó para no sentirme demasiado mal; era como si lo que ocurría le estuviera pasando a otra persona, mientras yo estaba seguro, flotando con la espalda pegada al techo y los ojos cerrados. <<

[65] No cabe duda de que las noticias me harán famoso al instante y ¿qué es la fama, si no poder y popularidad? <<

[66] De pronto me viene ese momento a la cabeza. Así, tal cual. Es un recuerdo verdadero. ¿De dónde ha salido? <<

[67] Más que nada porque me daría demasiado miedo lo que podrían decir los demás de mí si llegasen a deducir quién había tomado la fotografía y, por lo tanto, supiesen que estaba vigilando a Asher a través de la ventana de su cuarto. «¿Por qué?», me preguntarían. Explicar el motivo a esa panda de übertarados sería peor que la propia muerte. Y si la imagen se hiciese pública, Asher me incriminaría: me arrastraría al lodo con él, estoy seguro. Me ofrecería a los übertarados a modo de sacrificio. Y ellos se creerían cualquier cosa que él dijese porque se parece más a ellos que a mí. <<

[68] Eso me recuerda que Hamlet tiene la oportunidad de matar a Claudio mientras este reza, pero no lo hace porque, dado que acaba de hacer las paces con dios y le ha pedido misericordia, tiene derecho a ir al cielo, tal y como puede corroborar Lauren. Así que Hamlet espera a que Claudio esté pecando. ¿Lo habría matado si se lo hubiese encontrado haciéndose una paja como Asher? Por algún motivo, diría que no, y eso me hace sentir mejor. ¿Quién sería capaz de asesinar a alguien que se está pajeando? Me parece imposible. Apuesto lo que quieras a que si Hamlet encontrara al asesino de su padre haciendo un solo de flauta, se echaría a reír. ¿Cómo no iba a hacerlo? <<

[69] Teniendo en cuenta lo que cobra un profesor de instituto, eso quiere decir mucho. <<

[70] Resulta extraño pronunciar la palabra «matar» delante del profesor de la asignatura del Holocausto y admitir que he intentado asesinar a un compañero de clase. Cuando las palabras toman forma en el metro escaso que hay entre Herr Silverman y yo, todo me parece surrealista. Me abre los ojos a lo enloquecido que estaba hace un rato, y en general. Estoy asustado de mí mismo y aliviado al mismo tiempo. Jodido pero libre, si pillas lo que quiero decir. Me recuerda a la duplicidad de la que nos habla en clase. <<

[71] Tiene gracia, porque hasta ayer nunca habíamos usado sombreros tipo Bogart; pero, sea como sea, me doy cuenta de que ponérselo es un gesto simbólico: una señal de que estamos a punto de hablar en código. La relación que tenemos Walt y yo es difícil de explicar. Nos entendemos. Así, sin más. Y eso me encanta. Feromonas masculinas de las buenas. <<