VEINTICINCO

El bosque está

oscuro y hace

frío, y me

gustaría saber

si es así como

me voy a sentir

cuando al fin

esté muerto:

como un triste,

insensible e

irreflexivo

árbol.

Espero no sentir nada.

Übernada.

Espero, sencillamente,

dejar de existir.

«¿Qué sueños

pueden

sobrevenir?»,

preguntarían

Hamlet y

Lauren[55].

Apuesto a que ninguno.

Ninguno.

El fuego eterno del infierno

no entra en los planes.

El cielo no

entra en los

planes.

El frío y la oscuridad

no entran en los planes.

Übernada.

Eso es lo que quiero.

Nada[56].