AGRADECIMIENTOS

Sin la ayuda de numerosos y valientes ayudantes, los monstruos me habrían devorado cientos de veces mientras me esforzaba por que esta historia viera el papel. Gracias a mi hijo mayor, Haley Michael, que escuchó la historia el primero; a mi hijo pequeño, Patrick John, que a la edad de seis años es el más sensato de la familia; y a mi esposa, Becky, que me aguanta las largas horas que paso en el Campamento Mestizo. Gracias a mi equipo de probadores de grado medio de la versión beta: Travis Stoll, inteligente y rápido como Hermes; C. C. Kellogg, amada como Atenea; Allison Bauer, Artemisa la cazadora de mirada clara, y a la señora Margaret Floyd, la sabia y amable vidente de inglés de grado medio. Mi aprecio también para el profesor Egbert J. Bakker, un clasicista extraordinario; a Nancy Gallt, agente summa cum laude; y a Jonathan Burnham, Jennifer Besser y Sarah Hugues por creer en Percy.