¿Sigues conservando tu sonrisa, intrépido lector, o acaso tiemblas tras haberte enfrentado al horror en los hielos antárticos, desde tu cómodo sillón?
Pues si eso no te ha resultado suficiente, ahora tienes la oportunidad de vivir una auténtica invasión marciana. No la desaproveches y aventúrate en las próximas páginas con la valentía que te caracteriza.
Esta vez no te advertiré de ninguno de los espantos que aguardan a tu pobre alma. Solo te diré que, si no apartas la vista, podrás ver lo mejor y lo peor del ser humano.
Tal vez los lectores de espíritu impresionable prefieran entretenerse con alguna lectura más inofensiva.