En 2011 se cumplen 100 años de la aparición del libro de Kandinsky «De lo espiritual en el arte». En él describe que la composición tiene dos medios: color y forma.
Kandinsky en su libro: «Punto y línea sobre el plano» analiza en primer lugar el punto, en segundo lugar la línea y en tercer lugar el plano.
Cuando escribe sobre una recta lo hace de la siguiente manera: «Se trata de la recta, que en su tensión constituye la forma más simple de la infinita posibilidad de movimiento» y también escribe «La línea geométrica es un ente invisible. Es la traza que deja un punto al moverse y es por lo tanto su producto».
Parece hablar de la bicicleta en las que esas rectas-ejes son imaginarios y sólo intuidos por los círculos concéntricos que van dando forma a cilindros, troncos de cono y a todos los elementos giratorios de la bicicleta.
Y sigue Kandinsky: «mientras la recta es una completa negación del plano, la curva contiene en sí un germen de plano» «La recta puede engendrar un plano, pero, distintamente de la curva, que puede hacerlo a partir de dos impulsos, necesita tres. […] La ausencia absoluta de toda recta y de todo ángulo en el caso de la curva tiene su contrapartida en el caso de la recta, pues en el plano por ella engendrado hay siempre tres líneas (rectas) y tres ángulos, índices que señalan entre los dos tipos de plano primario. De este modo dichos planos se oponen como el par de planos fundamentalmente antagónicos».
Planos fundamentalmente antagónicos: triángulo y círculo.
Los planos que Kandinsky describiría como fundamentalmente antagónicos en la bicicleta son fundamentalmente necesarios. El círculo implica rotación y, por lo tanto, movimiento y el triángulo es la rigidez. Parecen conceptos contrapuestos pero se complementan.