(Alex Fernández Camps)
En la bicicleta se da una ecuación invisible que maravilla nuestra inteligencia de manera vibrante y para siempre. Las variables que se ecualizan son básicamente el equilibrio dinámico, la extrema sencillez de su economía como objeto y la pericia que requiere iniciarse en su manejo.
(Todos hemos aprendido a montar en bicicleta solos, ayudados, seguramente animados por un ser querido, pero en realidad solos, por ser un acto esencialmente intuitivo).
En la bicicleta, cada variable es en sí misma tan fascinante como el conjunto de la ecuación. Posiblemente, de ahí surja el atractivo universal que sin duda tiene.
Los componentes de la bicicleta es el tema que nos ocupa en este capítulo.
Componente. (Del ant. part. act. de componer). 1. adj. Que compone o entra en la composición de un todo. U. t. c. s.
A partir de esta definición de la R.A.E. (Institución que representa en mi opinión el buen lujo, el que es necesario), está en realidad este capítulo del libro totalmente terminado. Si somos sensatos, no podemos aspirar a ampliar ni reducir una definición que cumple tan exactamente con la fe depositada en la consulta. Pocas veces significante y significado vibran tan al unísono, multiplicando la sencillez de su sentido en el silencio.
Podríamos decir que esta definición nos hace entrar directa y llanamente en la categoría de verdad, superando la capacidad explicativa de cualquier proceso de razonamiento, en el que existe un «recorrido» razonable, seguramente necesario y muy probablemente brillante.
Es una definición tan absoluta y directa que se libra de la redundancia de manera milagrosa pero elegante, renunciando a cualquier brillo.
Ávido lector, si avisado de que el capítulo ha terminado, no te conformas, la única propuesta que te puedo hacer es «recorrer» esta definición caprichosamente, por disfrutarla. Entreteniéndonos en algunos puntos circunstanciales como ejemplos, peculiaridades, detalles, opiniones,… (que es lo que se suele hacer cuando uno tiene el trabajo ya terminado).