Notas

[1] Querida Marie:

Te escribo con prisas, puesto que, si bien hemos embocado el Goulet que conduce a la rada de Brest, nos persigue una fragata inglesa y el viento no permitirá que ningún barco acuda a prestarnos ayuda. Nos rendiremos si no tenemos otro remedio, pero si podemos lucharemos. No sé qué nos depararán las próximas horas. Mi destino queda en manos de Dios, y si debo reunirme con Él no lamentaré nada en la vida, exceptuando el hecho de haber perdido el tiempo que confiaba poder compartir contigo. <<