CLXVI

Rubião notó que ellos no lo habían acompañado a la casa nueva, y mandólos llamar; no acudió ninguno, y la ausencia llenó a nuestro amigo de tristeza —durante las primeras semanas. Era su propia familia la que lo abandonaba. Intentó recordar si les había hecho algún mal, de obra o de palabra, pero no descubrió nada.