Si el método de este libro fuese tal, he aquí un capítulo que lo explicaría todo: «De cómo Rubião, satisfecho de la corrección que hiciera al artículo, compuso y rumió tantas frases que acabó escribiendo todos los libros que había leído».
No faltará el lector a quien esto no le alcance. Naturalmente, exigiría el análisis completo de la operación mental de nuestro hombre, sin advertir que para tanto no bastarían las cinco cuartillas de Fielding. Entre la primera frase de que Rubião era coautor y todas las obras leídas por él hay un abismo; es cierto que lo que más le costó fue poner en palabras el primer libro; de allí en adelante el proceso se hizo rápido. No importa: aún así el análisis sería largo y fastidioso. Lo mejor será dejar apenas esto: durante algunos minutos Rubião se tuvo por autor de numerosas obras ajenas.