A comienzos de la semana siguiente, habiendo recibido los periódicos de la Corte (suscripciones aún de Quincas Borba), Rubião leyó en uno de ellos esta noticia:
Falleció ayer el Sr. Joaquim Borba dos Santos, tras haber soportado su enfermedad con singular filosofía. Era hombre de amplio saber y luchó incansablemente contra ese pesimismo amarillo y enojoso que quizá no tarde en llegarnos, pues parece ser la enfermedad del siglo. Sus últimas palabras fueron que el dolor es una ilusión y que Pangloss no era tan ridículo como nos inculcó Voltaire… Por entonces ya deliraba. Deja numerosos bienes. Su testamento se halla en Barbacena.