«—¿Y si solo existiera en su cabeza? —Lo miró como suplicándole con los ojos, dejando entrever por primera vez cierta emoción en su expresión—. ¿No se lo ha cuestionado nunca? ¿Nunca ha barajado la posibilidad de que todo esto (todas las cosas y las personas que lo rodean) no exista más allá de su cabeza? ¿Cómo sabía que yo estaba aquí antes de entrar en el cuarto?».