Más pronto o más tarde, todos los restos de nuestra sociedad se habrán desvanecido, convertidos en ruinas que rivalizarán con las de los aztecas y mayas. Para entonces, todo aquél que haya sido incapaz de convertirse a un modo de vida sostenible y autosuficiente podría haber fenecido, dejando apenas a los que viven en comunidades independientes continuar con la historia humana. La población humana podría caer hasta tan sólo mil millones, dispersos en oasis de tierras agrícolas entre desiertos de edificios, vehículos oxidados y selvas.

PAUL THOMSON