EXTRACTO de las sesiones de la encuesta senatorial (regional, Washington, Norteamérica) en la propuesta del programa de ingeniería biológica como base para una política de colonización de otros sistemas solares.
MR. PETER DOTY, Consejero del Comité: ¿Su nombre es Austin Lukas?
DR. LUKAS: Sí, señor. Resido en Tenafly, New Jersey y estoy empleado en «Biologics. Inc.» en New York, Manhattan.
MR. DOTY: ¿Encabeza usted el Departamento de Investigación de esa Compañía, no es cierto?
DR. LUKAS: Soy jefe de uno de los programas de investigación.
MR. DOTY: Y este programa, ¿tiene algo que ver con la bioingeniería?
DR. LUKAS: Sí, señor, así es. Por el momento estamos trabajando y somos responsables de la obtención del desarrollo de un animal agrícola todo-propósito.
MR. DOTY: ¿Tendría la bondad de explicarse claramente?
DR. LUKAS: Con mucho gusto. Nuestra esperanza es estar en condiciones de desarrollar un animal que provea de diferentes tipos de carne, que proporcione leche, lana u otra clase de piel, tal vez todo eso reunido en una sola pieza. Reemplazaría, así lo esperamos, a los animales especializados que el hombre ha venido utilizando en su economía doméstica desde la Revolución Neolítica.
SENADOR STONE: Infiero, Dr. Lukas, que ya tiene algunas, indicaciones de que sus investigaciones pueden desembocar en un éxito práctico.
DR. LUKAS: Ciertamente así es, señor. Podría decir que ya tenemos el problema básicamente despejado. Disponemos ahora de todo un rebaño de esos animales. Ahora estamos intentando obtener todavía algunos refinamientos. Tenemos como meta el desarrollo de un solo animal que sustituya a todos los demás animales de una granja, suministrando todos sus productos útiles en conjunto.
SENADOR STONE: Y en este aspecto… ¿tiene usted alguna esperanza de éxito?
DR. LUKAS: Puede decirse que nos sentimos muy animados.
SENADOR STONE: ¿Puedo preguntarle cómo van ustedes a llamar a ese animal que tienen en estudio?
DR. LUKAS: Aún no tenemos ningún nombre. Ni siquiera hemos pensado por ahora en eso.
SENADOR STONE: ¿No será una vaca, verdad?
DR. LUKAS: No por completo. Naturalmente, tendrá algunos aspectos bovinos.
SENADOR STONE: ¿Un cerdo? ¿Una oveja?
DR. LUKAS: No, ninguno de los dos. No totalmente, desde luego. Pero con algunas características de ambos.
SENADOR HORTON: Creo que no es preciso seguir adelante con tanto detalle y alargar estos preliminares de la encuesta. Lo que mi distinguido colega desea preguntarle, es si ese animal es algo completamente nuevo como forma de vida —una vida sintética, digamos— o si aún puede afirmarse que tenga relaciones con las formas naturales presentes.
DR. LUKAS: Eso, senador, es una pregunta extremadamente difícil de responder. Se podría decir que las formas naturales presentes han permanecido y se han utilizado como pautas a seguir; pero la criatura viviente que tenemos ahora, es esencialmente una nueva especie de animal.
SENADOR STONE: Gracias, profesor. Quiero también agradecer a mi colega senador su aguda percepción en la dirección de la encuesta que se lleva a cabo. Bien, así contamos con una criatura viviente, completamente nueva como especie y distantemente asociada tal vez, con una vaca, un cerdo, una oveja y quizás con otras formas de vida…
DR. LUKAS: Sí, con otras formas de vida. Por supuesto que tiene que haber un límite en alguna parte, pero por el momento, no lo vemos. Sabemos que estamos en condiciones de continuar diseñando varias formas de vida y refundirlas juntas en algo viable.
SENADOR STONE: ¿Y conforme avanza usted más en esta dirección, avanza también más esta forma de vida en su asociación con cualquier presente forma viviente?
DR. LUKAS: Sí, supongo que así podría llamarlo usted. Tendría que pensar este asunto antes de darle una respuesta adecuada.
SENADOR STONE: Y ahora, doctor, permítame preguntarle algo en el aspecto estético. Usted puede hacer ingeniería biológica con animales. ¿Podría hacerse lo mismo con seres humanos?
DR. LUKAS: Ah, sí. Por supuesto.
SENADOR STONE: ¿Cree usted en la certeza de que podrían formarse en el laboratorio nuevos tipos de humanidad? Tal vez fuesen diferentes tipos…
DR. LUKAS: No me cabe duda alguna.
SENADOR STONE: Y una vez que esto haya sido hecho, una vez que un nuevo tipo de ser humano haya sido construido con ciertos caracteres específicos… ¿podría perpetuarse y engendrar realmente la forma creada por usted?
DR. LUKAS: No existe la menor duda. Los animales que hemos creado son verdaderos y se reproducen igualmente. No sería diferente respecto a un ser humano. Se trata simplemente de alterar su material genético. Como comprenderá, eso es lo primero que precisa hacerse.
SENADOR STONE: Dejemos este asunto bien sentado. Supongamos que desarrollase usted un nuevo carácter determinado humano. ¿Este carácter, esta nueva alteración genética, se reproduciría en otros seres humanos con la misma cualidad?
DR. LUKAS: Exacto. Exceptuando, por supuesto, las pequeñas mutaciones y variaciones que se hallan implícitas en los procesos evolutivos. Pero eso ocurre en las formas naturales. Así es como ha evolucionado la vida y lo sigue haciendo en nuestros días.
SENADOR STONE: Digamos que crea usted un nuevo tipo de ser humano. Digamos, por ejemplo, uno que tuviese la capacidad de existir bajo las condiciones de una gravedad mucho más alta que la que hay en la Tierra, uno que pudiese respirar una diferente clase de aire, que pudiese ingerir alimentos que resultarían letales para un ser humano terrestre, tal como cualquiera de nosotros… Permítame que insista en todos los puntos de esta frase, si no le importa. ¿Sería posible que pudiese usted construirlo?
DR. LUKAS: Está usted solicitando mi opinión, por supuesto.
SENADOR STONE: Exactamente, así es.
DR. LUKAS: Pues bien, entonces, yo diría que es absolutamente posible. Primero, tendría usted que tomar en consideración todos los factores implicados y después diseñar la respuesta biológica como un fotocalco, y…
SENADOR STONE: ¿Pero sería eso posible?
DR. LUKAS: Sin ninguna duda posible.
SENADOR STONE: ¿Podría usted diseñar un ser que pudiera existir bajo casi cualquier condición planetaria?
DR. LUKAS: Senador, me veo en la necesidad de dejar esto en claro. No podría. La bioingeniería de los seres humanos no cae dentro de mi campo particular. Pero sí es posible dentro del estado de la capacidad de la ciencia genética el hacerlo así. Hoy hay hombres trabajando con el problema que pueden hacerlo. No es que haya ningún serio intento, por el momento, de crear tal ser humano; pero los problemas que el proyecto implica, creo que han sido ya descubiertos y elaborados.
SENADOR STONE: ¿Y los procedimientos también?
DR. LUKAS: Así lo tengo entendido. También los procedimientos.
SENADOR STONE: Y esos hombres, trabajando con esos procedimientos, ¿podrían diseñar un ser humano que pudiera sobrevivir bajo cualquier condición planetaria?
DR. LUKAS: Bien, no tan a rajatabla, senador. No en cualquier condición. Eventualmente, tal vez; pero no ahora. Y pudiera haber, por supuesto, ciertas condiciones que fueran enteramente incompatibles con cualquier forma de vida.
SENADOR STONE: Pero se podría crear una forma de vida humana que pudiese existir bajo un número de condiciones que por el momento la prohíben.
DR. LUKAS: Creo que esa declaración es correcta.
SENADOR STONE: Entonces, permítame preguntarle, doctor… si tal vida pudiera crearse, ¿seguiría siendo humana?
DR. LUKAS: Estaría basada, hasta donde fuese posible, sobre el patrón biológico e intelectual del ser humano. Es preciso contar con un punto de partida.
SENADOR STONE: ¿Tendría el aspecto de un ser humano?
DR. LUKAS: En ciertos casos, no.
SENADOR STONE: Tal vez en la mayor parte de los casos. ¿No sería eso correcto, doctor?
DR. LUKAS: Dependería completamente de la severidad de los parámetros ambientales del entorno con que tuviera que enfrentarse.
SENADOR STONE: En algunos casos, ¿sería un monstruo, verdad?
DR. LUKAS: Senador, le ruego defina bien sus términos. ¿Qué es un monstruo?
SENADOR STONE: Está bien, pues. Digamos que un monstruo es una forma de vida que sería repugnante para que la mire un ser humano. Una forma de vida, frente a la cual un ser humano no pudiese establecer relación con respecto a sí mismo. Una forma de vida confrontada con la cual un humano se encontrase a sí mismo aterrado u horrorizado o lleno de repugnancia y disgusto.
DR. LUKAS: El que un hombre pueda sentirse lleno de repugnancia o disgusto, dependerá, en gran parte, de la clase de hombre que sea. Con la adecuada actitud…
SENADOR STONE: Olvidemos eso de la propia actitud. Tomemos un hombre o mujer corriente, o cualquiera de ‘os que están sentados en esta habitación. ¿Podrían ciertas personas mirar esa hipotética creación suya y sentir repugnancia o disgusto?
DR. LUKAS: Supongo que algunas de ellas lo sentirían. Pero deseo corregirle, senador, si me lo permite. Ha dicho usted un monstruo. Ése no es mi monstruo. Eso es algo que ha suscitado su imaginación.
SENADOR STONE: Pero algunos seres humanos considerarían a tal criatura como un monstruo, ¿no es cierto?
DR. LUKAS: Algunos.
SENADOR STONE: Tal vez la mayor parte.
DR. LUKAS: Sí, tal vez en su mayoría.
SENADOR STONE: Gracias, doctor. Creo que ésas son todas las preguntas que deseaba hacerle.
SENADOR HORTON: Y ahora, Dr. Lukas, charlemos un poco más sobre ese hombre sintético. Sé que la denominación no es enteramente correcta; pero pienso que puede agradar a mi colega.
SENADOR STONE: Un hombre sintético, sí. No un ser humano. Lo que esa llamada bioingeniería propone es el colonizar otros planetas no con seres humanos, sino con criaturas sintéticas que no tuvieran semejanza con seres humanos. En otras palabras, dejar suelta por la Galaxia toda una horda de monstruos.
SENADOR HORTON: Bien, veamos ahora. Dr. Lukas; convengamos usted y yo con el senador Stone que tal criatura pudiera ser francamente horrible para mirarla. Pero lo que pueda parecer, lo considero algo al margen de la cuestión. Lo importante del asunto es de lo que se trata, qué es. ¿Está de acuerdo?
DR. LUKAS: Desde luego, señor.
SENADOR HORTON: Aparte de lo que pueda parecer, ¿diría usted que tal criatura sería un ser humano?
DR. LUKAS: Sí, senador, lo diría. Su estructura corporal podría no detentar semejanza con lo que fuese interiormente. Su identidad permanecería en su cerebro y en su mente, en sus motivaciones y en sus perspectivas, sus horizontes.
SENADOR HORTON: Y su cerebro, ¿sería un cerebro humano?
DR. LUKAS: Sí, señor.
SENADOR HORTON: En consecuencia, sus emociones, motivaciones y perspectivas estarían conformadas a la apariencia humana.
DR. LUKAS: Ciertamente que así sería.
SENADOR HORTON: Por tanto, sería humano. No importa cuál sea la forma externa, seguiría siendo humano.
DR. LUKAS: Sí, humano.
SENADOR HORTON: Doctor, que usted sepa, ¿tal criatura ha sido ya hecha alguna vez? Por criatura, quiero decir, por supuesto, un hombre sintético… un ser humano sintético de uno u otro sexo.
DR. LUKAS: Sí. Hace cosa de doscientos años. Se hicieron dos. Pero hubo una diferencia…
SENADOR STONE: ¡Un momento! ¿Se refieren ustedes al viejo mito del que se ha hablado ocasionalmente?
DR. LUKAS: Senador, no se trata de un mito.
SENADOR STONE: ¿Tiene usted documentación en que respaldar su declaración?
DR. LUKAS: No, señor.
SENADOR STONE: ¿Qué quiere usted decir con… no, señor? ¿Cómo puede presentarse aquí en esta audiencia y hacer una declaración que no puede respaldar documentalmente?
SENADOR HORTON: Yo puedo hacerlo. A su debido tiempo, pondré en evidencia todos los documentos necesarios.
SENADOR STONE: Tal vez, entonces, el senador debería estar sentado donde lo está ahora el testigo…
SENADOR HORTON: En absoluto. Estoy perfectamente satisfecho con este testigo. Dice usted, señor mío, que hubo una diferencia…
SENADOR STONE: ¡Un momento! ¡Objeto esas palabras! No pienso que este testigo sea competente.
SENADOR HORTON: Bien, descubrámoslo. Dr. Lukas, ¿bajo qué circunstancias llegó usted a semejante información?
DR. LUKAS: Hace diez años, cuando realizaba ciertas investigaciones sobre un documento, solicité autorización para tener acceso a ciertos registros en la Administración del Espacio. Senador, yo perseguía y estaba siguiendo lo que usted llama un mito. Muy pocas personas lo conocían; pero yo había oído hablar de él y me interesó la cuestión. Solicité la oportuna licencia.
SENADOR HORTON: ¿Y la obtuvo usted?
DR. LUKAS: Bien, no inmediatamente, la Administración del Espacio estaba, como pudiera decirse, poco predispuesta. Así adopté la postura de considerar que en cuestiones de dos siglos de antigüedad era inútil el permiso. Ya no se trataba de una cuestión de tener el permiso adecuado, sino una cuestión de archivos históricos. No me importa decir que me costó un trabajo ímprobo demostrar a cada uno de ellos la lógica de mi argumento.
SENADOR HORTON: ¿Y prevaleció finalmente su punto de vista?
DR. LUKAS: Sí, finalmente. Debo añadir que con una considerable y competente ayuda. Tales archivos habían permanecido sujetos al más alto secreto de seguridad nacional. Técnicamente, su seguridad continuaba siendo la misma. Me llevó un trabajo increíble demostrar que tal situación era ridícula…
SENADOR STONE: Y ahora, permítame, doctor, un momento. Antes de que continúe, una pregunta. Dijo usted que tuvo ayuda.
DR. LUKAS: Sí, señor.
SENADOR STONE: ¿Pudo provenir la mayor parte de esa ayuda del Senador Horton?
SENADOR HORTON: Puesto que esa pregunta me concierne personalmente, responderé si el Dr. Lukas lo consiente. Me siento muy satisfecho de admitir que le presté alguna ayuda.
SENADOR STONE: Está bien, es todo lo que deseaba saber. Así esto queda registrado.
SENADOR HORTON: Dr. Lukas, si es tan amable, puede continuar.
DR. LUKAS: Los registros señalaban que hacía doscientos veintiún años, para ser exactos en el 2266, se habían hecho dos seres sintéticos. Tenían forma humana y mentes humanas; pero fueron construidos para un propósito especial. Lo fueron para ser utilizados en contactos iniciales con la vida de otros planetas, para ser llevados a bordo de astronaves de exploración y de vigilancia y usados para reunir datos sobre la vida dominante en cualquier nuevo planeta que pudiera Ser hallado en el espacio.
SENADOR HORTON: Y ahora, doctor Lukas, sin entrar en más detalles, ¿cómo fue planeado el hacer un trabajo de tal suerte?
DR. LUKAS: No estoy muy seguro de poder explicarlo todo con absoluta claridad; pero lo intentaré. Esos seres humanos sintéticos, eran altamente adaptables. Puede usted describirlos, a falta de mejor término, como de algo plástico. Se empleó en dichos seres, de una extremada versatilidad, algo que no hubiera podido ser aplicado diez años antes. Todos los componentes básicos de estos seres humanos construidos implicaban que sus cuerpos fuesen altamente versátiles, como algo muy completo y paradójicamente, en cierto sentido, esencialmente sin completar: los aminoácidos…
SENADOR HORTON: Tal vez, por el momento, solo quiera decirnos qué se intentaba hacer con esos cuerpos, sin entrar en detalles de los principios implicados en su construcción.
DR. LUKAS: ¿Se refiere a cómo se suponía que habrían de funcionar?
SENADOR HORTON: Así es, por favor.
DR. LUKAS: La idea era que, una vez cualquier nave exploratoria hubiese aterrizado en un planeta, se capturase y examinase cuidadosamente una de las especies dominantes del mismo. Supongo que les será familiar lo que significa el proceso de examen. La estructura, su organización química, los procesos metabólicos; todos los datos que hacen que una criatura pueda ser determinada. Tales datos serían almacenados en un centro de memoria. Una vez hecho esto, los datos podrían ser transmitidos al humano simulado, el cual, por la calidad única de su versatilidad biológica, cambiaría en una exacta copia de la criatura que estuviese descrita por tales datos en los registros. Esto no podía constituir un proceso lento, cualquier retraso resultaría fatal. Tendría que ser una cosa terrible de observar: un ser humano que cambia casi instantáneamente en una criatura extraña de otro mundo.
SENADOR HORTON: Dice usted que el humano se habría transformado en una criatura extraña. ¿Quiere decir eso que lo haría en todos los aspectos, mental, intelectual, si el termino es correcto, y así sucesivamente?
DR. LUKAS: De hecho, el humano se habría convertido en esa criatura de otro mundo. No una de ellas, ya comprenderá, sino una exacta copia de la criatura, de la cual hubiese tomado el patrón correspondiente. Tendría los recuerdos de esa criatura y su mente. Habría estado en condiciones de captar inmediatamente el entorno que la otra criatura hubiese dejado de lado. Abandonada por la nave estelar, habría buscado a los semejantes de dicha criatura y continuado así sus investigaciones…
SENADOR HORTON: ¿Quiere usted decir que también habría retenido su mentalidad humana?
DR. LUKAS: Bueno, eso sería difícil de decir. La mentalidad humana, la memoria y su identidad y todo el resto de su personalidad seguiría aún allí, aunque quizá profundamente sublimado. Existiría como un subconsciente que pudiese ser aflorado rápidamente a la superficie. Se le habría implantado una cierta compulsión para que el humano, tornado en esa otra criatura extraña, volviese a la nave tras un determinado intervalo y, una vez de vuelta, se le hubiese inducido a revertir de nuevo a su forma humana. De vuelta a esta situación, habría estado en condiciones de recordar las memorias de su existencia como una criatura de otro mundo y los datos, que de otra manera hubieran sido imposibles de obtener, habrían estado dispuestos.
SENADOR HORTON: Y… ¿puedo preguntar, cómo funcionó todo eso?
DR. LUKAS: Eso, señor, es difícil de decir. No hay registros con resultados prácticos de la experiencia. No existen informes de ambos, una vez enviados al espacio exterior. Después de haber sido enviados, no queda más que el silencio.
SENADOR HORTON: ¿Su conjetura es que algo pudo ir mal?
DR. LUKAS: Sí; aunque no puedo imaginar qué pudo haber sido.
SENADOR HORTON: Tal vez algo relacionado con esos hombres simulados…
DR. LUKAS: Sí, ése pudo haber sido el caso. No hay forma de saberlo.
SENADOR HORTON: No funcionaron, quizás…
DR. LUKAS: Creo que tuvieron que haber funcionado perfectamente. No veo que haya existido razón para que ellos no hubieran dado el rendimiento científico para el que fueron planeados. Tuvieron que haber funcionado correctamente.
SENADOR HORTON: Hago estas preguntas, porque sé que si yo no las hago, mi distinguido colega las hará. Y ahora, permítame hacerle una propia. ¿Podría ser construido hoy uno de esos hombres simulados?
DR. LUKAS: Sí, con los fotocalcos en nuestras manos, no habría el menor inconveniente en construir otro.
SENADOR HORTON: Pero no se construyeron otros, por lo que usted sabe, ¿verdad?
DR. LUKAS: Así es, por cuanto a mí respecta y yo sepa.
SENADOR HORTON: ¿Podría hacer alguna especulación al respecto?
DR. LUKAS: No, señor.
SENADOR STONE: Perdonen si interrumpo. Dr. Lukas, ¿tiene usted alguna especie de término descriptivo para el proceso que fue empleado al construir tales hombres simulados?
DR. LUKAS: Sí, en realidad lo tenemos. Se le llama «El Proyecto del Hombre-Lobo».