[1] Edwards, 1992; Fagen, 1993; Goodall, 1986; Kellogg & Kellogg, 1933; Napier & Napier, 1985.<<
[2] Eckerman & Didow, 1988.<<
[3] Ainsworth, 1977, p. 59.<<
[4] Goodall, 1986, p. 275.<<
[5] Eibl-Eibesfeldt, 1995.<<
[6] Goodall, 1986, p. 166. Entre los humanos: Leach, 1972; McGrew, 1972.<<
[7] Ainsworth, 1977; Ainsworth, Blehar, Waters & Wall, 1978. Para un resumen reciente de la investigacón sobre la fijación, ver Rubin, Bukowski & Parker, 1998.<<
[8] Egeland & Sroufe, 1981.<<
[9] Ainsworth y otros, 1978; Belsky, Rovine & Taylor, 1984; Sroufe, 1985.<<
[10] Bowlby, 1969,1973. Véase también Bretherton, 1985; Main, Kaplan & Cassidy, 1985.<<
[11] Erickson, Sroufe & Egeland, 1985; LaFreniere & Sroufe, 1985; Pastor, 1981. Y problema resuelto: Matas, Arend & Sroufe, 1978. Resultados adversos: Howes, Matheson & Hamilton, 1994; Youngblade, Park & Belsky, 1993.<<
[12] Lamb & Nash, 1989, p. 240.<<
[13] Fox, Kimmerly & Schafer, 1991; Main & Weston, 1981: Goossens & Van Ijzendoorn, 1990.<<
[14] Ge y otros, 1996; Jacobson & Wille, 1986; Scarr & McCartney, 1983.<<
[15] Crecimiento del cerebro: Tanner, 1978. Desarrollo del sistema visual: Mitchell, 1980.<<
[16] Monos sin madre: Harlow & Harlow, 1962. Criados con compañeros: Harlow & Harlow, 1962; Suomi & Harlow, 1975. Criados sin compañeros: Harlow & Harlow, 1962, p. 146. Según Suomi (1997) hay algunas sutiles deficiencias de conducta en los monos criados con compañeros y sin madres; es decir, hay algunas diferencias estadísticas entre la conducta de esos monos y la de los monos criados normalmente. Lo importante, sin embargo, es que la conducta de esos monos cae dentro de los parámetros normales de la conducta simiesca.<<
[17] Niños de campos de concentración: Freud & Dann, 1967, pp. 497-500 (originalmente publicado en 1951).<<
[18] Hartup, 1983, pp. 157-158.<<
[19] Kaler & Freeman, 1994, p. 778. Véase también Dontas, Maratos, Fafoutís & Karangelis, 1985.<<
[20] Holden, 1996; Rutter, 1979.<<
[21] Wolff, Tesfai, Egasso & Aradom, 1995, p. 633.<<
[22] Maunders, 1994, pp. 393,399.<<
[23] Niños criados en granjas aisladas: Parker, Rubin, Price & DeRosier, 1995. Niños con trastornos físicos crónicos: Ireys, Werthamer-Larsson, Kolodner & Gross, 1994, p. 205; Pless & Nolan, 1991.<<
[24] Winner, 197.<<
[25] La historia de William James Sidis: Montour, 1977, p. 271; Primus IV, 1998, p. 80.<<
[26] Para la historia de Victor, véase Lañe, 1976; para la historia de Genie, véase Rymer, 1993.<<
[27] Gemelos aislados: Koluchová, 1972,1976. Sin síntomas patológicos: 1976, p. 182.<<
[28] Los bebés imitan a los bebés: Eckerman & Didow, 1996; Eckerman, Davis & Didow, 1989. El bebé imita al chimpancé: Kellogg & Kellogg, 1933.<<
[29] Desarrollo del juego a los dos años y medio: Eckerman & Didow, 1996. A los tres: Góncü & Kessel, 1988; Howes, 1985.<<
[30] Los niños prefieren a ciertos compañeros: Howes, 1987; Strayer & Santos, 1996; Rubin y otros, 1998. A compañeros de la misma edad: Bailey, McWilliam, Ware & Burchinal, 1993. A compañeros del mismo sexo: Maccoby & Jacklin, 1987; Strayer & Santos, 1996.<<
[31] Niños que no tienen compañeros de su edad: Edwards, 1992; Konner, 1972; Smith, 1988. Los mayores forman sus propios grupos: Edwards, 1992.<<
[32] Los mayores enseñan a los pequeños: Eibl-Eibesfeldt, 1989. Burlarse y ridiculizar: Martini, 1994; Nydegger & Nydegger, 1963. Las agresiones graves son poco comunes: Edwards, 1992; Konner, 1972; Martini, 1994. Los niños son menos agresivos cuando juegan solos: Lore & Schultz, 1993; Opie & Opie, 1969.<<
[33] Los niños de tres años comienzan a hablar: Kagan, 1978; Zukow, 1989. Compañeros de conversación: McDonald, Sigman, Espinosa & Neumann, 1994; Rogoff, Mistry, Góncü & Mosier, 1993.<<
[34] Maretzki & Maretzki, 1963; Youniss, 1992.<<
[35] Eibl-Eibesfeldt, 1989, p. 600.<<
[36] Los niños de Okinawa: Maretzki & Maretzki, 1963. Los niños de Chewong: Howell, 1988, pp. 160,162.<<
[37] Archer, 1992b, p. 77.<<
[38] La conducta social en dos grupos de chimpancés: Mitani, Hasegawa, Gros-Louis, Marler & Byme, 1992. En dos pueblos mexicanos: Fry, 1988, p. 1.016. «La Paz» y «San Andrés» no son los nombres reales de esos pueblos.<<
[39] Harris & Liebert, 1991, p. 95.<<
[40] Martini, 1994.<<
[41] Esposas trofeo: Chagnon, 1992.<<
[42] Imitación selectiva: Jacklin, 1989; Perry & Bussey, 1984. El niño que se negaba a hablar en alemán: T. A. Kindermann, comunicación personal, 9 de agosto de 1995.<<
[43] Le Vine & Le Vine, 1963; Martini, 1994; Pan, 1994. En todas las sociedades, las niñas hacen pasteles de barro y fingen que son comida de verdad. Jugar a las casitas implica algo más: significa adoptar otra personalidad, hablar con una voz diferente, representar un papel en una fantasía compartida. Los pasteles de barro son universales, jugar a las casitas no.<<
[44] McLean, 1977.<<
[45] Donald imitaba a Gua: Kellogg & Kellogg, 1933. Los niños imitan a los hermanos mayores: Brody, Stoneman, MacKinnon & MacKinnon, 1985; Edwards, 1992; Zukow, 1989.<<
[46] Los niños pueden aprender mediante la imitación: Rogoff y otros, 1993. A los organismos se les ha de recompensar: Skinner, 1938. Los niños pueden aprender mediante la observación: Bandura & Walters, 1963.<<
[47] Birch, 1987.<<
[48] Barón, 1992, p. 181.<<
[49] Grupalidad: Tajfel, 1970. Algunas de sus características: Turner, 1987.<<
[50] Farah, 1992; Pinker, 1997; Rao, Rainer & Miller, 1997.<<
[51] Scott, 1987.<<
[52] Una niña de tres años sabe que es una niña: Ruble & Martin, 1998. La raza no importa: Stevenson & Stevenson, 1960.<<
[53] Teoría de la socialización a través del grupo: Harris, 1995. La «socialización» implica algo que se les hace a los niños: Corsaro, 1997.<<
[54] Adler, Kles & Adler, 1992; Readdick, Grise, Heitmeyer & Furst, 1996.<<
[55] Reich, 1986, p. 306.<<
[56] Eibl-Eibesfeldt, 1989.<<
[57] El grupo como un conjunto de personas frente al grupo como una categoría social: Merten, 1996b, p. 40. El grupo psicológico: Turner, 1987, p. 1.<<
[58] «Daja Meston ‘96», 1995, p. 5.<<
[59] Tener un amigo frente a la aceptación o el rechazo del grupo: Bagwell, Newcomb & Bukowski, 1998, p. 150. Tener un amigo en quinto curso tendría «solamente implicaciones predecibles para una relación más positiva con los miembros de la familia» (p. 150). Los dos factores parecen operar independientemente el uno del otro, como predice la teoría de la socialización a través del grupo.<<
[60] La amistad no es lo mismo que el estatus en el grupo de compañeros: Bukowski, Pizzamiglio, Newcomb & Hoza, 1996; Parker & Asher, 1993. Los amigos suelen ser miembros del mismo grupo: Hallinan, 1992.<<
[61] Edwards, 1992; Maccoby & Jacklin, 1987; Strayer & Santos, 1996.<<
[62] Alexander & Hiñes, 1994; Powlishta, 1995a.<<
[63] Las niñas pequeñas piensan que los niños solo saben jugar con pistolas: S. M. Bellovin (1989,18 de noviembre), Juguetes y estereotipos sexuales (correo en internet: misc.kids).<<
[64] Las madres no juegan a la rayuela: Maccoby & Jacklin, 1974, p. 363.<<
[65] Cómo actuar frente al sexo opuesto: Sroufe, Bennet, Englund & Urban, 1993; Thorne, 1993. Las niñas de once años explican los castigos: Maccoby & Jacklin, 1987, p. 245.<<
[66] Hallinan & Teixeira, 1987; Hartup, 1983.<<
[67] Schofield, 1981, p. 63.<<
[68] Dencik, 1989; Eisenberg, Fabes, Bernzweig, Karbon, Poulin & Hanish, 1993; Hubbard & Coie, 1994.<<
[69] Kerr, Lambert, Stattin & Klackenberg-Larsson, 1994.<<
[70] La coeducación conduce a un disgusto mutuo: Hayden-Thomson, Rubin & Hymel, 1987. Desprecian a todas las chicas de clase: Bigler, 1995, p. 1.083.<<
[71] Smart & Smart, 1978, pp. 198-200; Smith, Snow, Ironsmith & Poteat, 1993.<<
[72] Corsaro, 1993, p. 360.<<
[73] Avances cognitivos hacia los siete años: Piaget & Inhelder, 1969. Dejar el hogar hacia esa misma edad: Rybczynski, 1986; Schor, 1992.<<
[74] Revolotear entre el «nosotros» y el «yo»: Turner, 1987. Descubrir maneras de ser diferente: Tesser, 1988. Las personas de las culturas occidentales —culturas llamadas «individualistas» (Triandis, 1994)— tienden a permanecer más cerca del «yo» como final de la evolución que las personas de culturas más tradicionales.<<
[75] Adler, Kless & Adler, 1992; Maccoby & Jacklin, 1987; Maccoby, 1990; Tannen, 1990.<<
[76] Sherif y otros, 1961, p. 77.<<
[77] Lo que hace a un líder: Bennet & Derevensky, 1995; Masten, 1986; Hartup, 1983. Los niños agresivos son poco populares: Hayes, Gershman & Halteman, 1996; Newcomb, Bukowski & Pattee, 1993; Parker y otros, 1995. Los niños agresivos no siempre son impopulares: Bierman, Smoot & Aumiller, 1993; Farmer & Rodkin, 1996. Los que estallan y atacan hechos una furia: Caspi, Eider & Bem, 1987.<<
[78] Chance & Larsen, 1976; Hold, 1977.<<
[79] Eckert, citado en Tannen, 1990, p. 218.<<
[80] Los chicos más maduros tienen un estatus superior: Savin-Williams, 1979; Weisfeld & Billings, 1988. Esto es especialmente cierto para los chicos. Las chicas que maduran antes no siempre tienen un estatus superior entre sus compañeras de edad. La razón, creo yo, es que las niñas que maduran antes tienden a padecer sobrepeso (Frise, 1988) y nuestra cultura suele asignar un estatus inferior a la gente obesa. Si los investigadores se fijasen en chicas que no padecieran de sobrepeso, yo predigo que encontrarían la misma correlación entre madurez y estatus que entre los chicos.<<
[81] Los chimpancés jovencitos buscan a los mayores: Goodall, 1986. Los niños pequeños también buscan a los mayores: Whiting & Edwards, 1988.<<
[82] Los niños mayores tienen un estatus superior: Edwards, 1992. Los niños con estatus inferior tienen amigos más pequeños que ellos: Ladd, 1983.<<
[83] Bennet & Derevensky, 1995; Parker y otros, 1995.<<
[84] Hartup, 1983; Parker & Asher, 1987.<<
[85] Brooks-Gunn & Warren, 1988; Jones & Bayley, 1950; Richman, Gordon, Tegtmeyer, Crouthamel & Post, 1986; Stabler, Clopper, Siegel, Stoppani, Compton & Underwood, 1994; Young-Hyman, 1986.<<
[86] Jones, 1957. Véase también Dean, McTaggart, Fish & Friesen, 1986; Mitchell, Libber, Johanson, Plotnick, Joyce, Migeon & Blizzard, 1986.<<
[87] Coie & Cillessen, 1993; Parker y otros, 1995.<<
[88] Los niños en edad escolar se comparan con sus compañeros, los niños más jóvenes se sobrestiman: Harter, 1983; Newman & Ruble, 1988; Perry & Bussey, 1984; Stipek, 1992.<<
[89] Las comparaciones se hacen con otros de la misma categoría social: Stipek, 1992. El término «comparación social»: Festinger, 1954.<<
[90] Disgusto por la extrañeza entre los chimpancés: Goodall, 1988. Entre los niños: Diamond, LeFurgy & Blass, 1993; Hayes y otros, 1996.<<
[91] Los niños mayores se dividen en grupos más homogéneos: Hallinan & Teixeira, 1987; Hartup, 1983. Forman camarillas: Parker y otros, 1995. Los miembros de la camarilla se vuelven más parecidos: Cairas, Neckerman & Cairas, 1989; Kindermann, 1995<<
[92] Kindermann, 1993.<<
[93] Mateo, 13,12.<<