[1] Gruenberg, 1942, p. 181.<<

[2] Coontz, 1992.<<

[3] Thigpen & Cleckley, 1954.<<

[4] James, 1890, p. 294.<<

[5] Carson, 1989.<<

[6] James, 1890, p. 488.<<

[7] Detterman, 1993.<<

[8] Estos experimentos están resumidos en Rovee-Collier, 1993.<<

[9] Kopp, 1989.<<

[10] Garvey, 1990.<<

[11] Piaget, 1962.<<

[12] Fein & Fryer, 1995a, p. 367. Deshazte de ellos o intenta cambiarles: Fein & Fryer, 1995b, pp. 401,402.<<

[13] Peláez-Nogueras, Field, Cigales, González & Clasky, 1994, p. 358. Véase también Zimmerman & McDonald, 1995.<<

[14] Las descripciones de los padres no coinciden con las de las otras personas que cuidan de los niños: Fagot, 1995; Goldsmith, 1996, p. 230.<<

[15] Abramovitch, Corter, Pepler & Stanhope, 1986, p. 228.<<

[16] Stocker & Dunn, 1990, p. 239.<<

[17] Relaciones iguales y desiguales: Bugental & Goodnow, 1998. Las relaciones entre hermanos suelen provocar conflictos: Volling, Youngblade & Belsky, 1997.<<

[18] Sulloway, 1996.<<

[19] Ernst & Angst, 1983, pp. 167-171.<<

[20] Rydell, Dahl & Sundelin, 1995.<<

[21] Dishion, Duncan, Eddy, Fagot & Fetrow, 1994.<<

[22] Bouchard, 1994; Plomin & Daniels, 1987; Van den Oord, Boomsma & Veerhulst, 1994.<<

[23] Saudino, 1997.<<

[24] Burns & Farina, 1992.<<

[25] Caspi, Elder & Bern, 1987.<<

[26] Pinker, 1994.<<

[27] Los niños angloparlantes en Montreal: Baron, 1992, p. 183. Los niños suecoparlantes en Finlandia: P. Pollesello (1996,5 de marzo). ¿Qué es una lengua nativa? (correo electrónico en Internet: alt.usage.english.sci.lang).<<

[28] Winitz, Gillespie & Starcev, 1995.<<

[29] Kolers, 1975, pp. 195,190 (publicado originalmente en 1968).<<

[30] A. Fletcher (1996,31 de diciembre). Una palabra mal dicha (correo en Internet: rec.humor.funny).<<

[31] Levin & Garrett, 1990; Levin & Novak, 1991.<<

[32] Eich Macaulay, Loewenstein «& Dihle, 1997; Putnam, 1989.<<

[33] Roth, 1967, p. 107.<<

[34] Los padres hablan en coreano: Lee, 1995, p. 167. Los padres hablan yiddish: Meyerhoff, 1978, p. 43.<<

[35] Mar, 1995, p. 50.<<

[36] Sastry, 1996, p. AA5.<<

[37] Aprender la lengua es la labor de los nifios: Snow, 1991. Las madres no les hablan a los niños prelingüísticos: Pinker, 1994, p. 40. Retrasos en el desarrollo del lenguaje en niños de dos años: Kagan, 1978.<<

[38] Herodoto, Libro 2.<<

[39] Lenneberg, 1972. Les parece una pregunta ofensiva: Preston, 1994.<<

[40] Jugar a las casitas: Garvey, 1990, pp. 88,91. La chica cuya madre era médico: Maccoby & Jackjlin, 1974, p. 364.<<

[41] Opie & Opie, 1969, p. 305.<<

[42] Barry, 1996.<<

[43] Hartshorne & May, 1928.<<

[44] Council, 1993, p. 31.<<

[45] Si se observa a los niños fuera de casa, tales discrepancias quedan a veces profundamente enterradas en el conjunto de datos. Consideremos, por ejemplo, un informe hecho por dos prominentes investigadores (Hetherington & Clingemped, 1992) sobre los efectos en los niños del divorcio y nuevo casamiento de los padres. Casi todos los efectos perniciosos fueron comunicados por los padres, los padrastros o los propios niños en entrevistas realizadas en su propia casa. Cuando se les pidió a los profesores que informaran de la conducta de los niños en la escuela, en tres casos ellos informaron de que no había diferencias entre los niños cuyos padres se habían divorciado y vuelto a casar, y aquellos cuyos padres seguían juntos (p. 60). Aquellos cuyos padres se habían divorciado y no se habían vuelto a casar eran, según un único informe de los profesores, los que manifestaban más indicios de problemas de conducta. Sin embargo, otro informe de los profesores no podía señalar ninguna diferencia, y el tercer informe de los profesores se perdió entre el cúmulo de datos (p. 58).<<

[46] Las cuestiones sobre cómo los padres tratan a sus hijos pueden ser incluidas en el mismo cuestionario en el que se les pide a los adolescentes que describan su propia conducta. Véase, por ejemplo, Steinberg, Dornbusch & Brown, 1992, p. 725.<<

[47] Patterson & Yoerger, 1991.<<

[48] Brody & Stoneman, 1994; Stocker, Dunn & Plomin, 1989. Pueden durar toda una vida: Bedford, 1992.<<