[1] Taubes, 1995.<<

[2] Dishion, Duncan, Eddy, Fagot & Fetrow, 1994.<<

[3] Parke, Cassidy, Burkes, Carson & Boyum, 1992, p. 114.<<

[4] Maccoby & Martin, 1983, p. 82.<<

[5] Freedman, 1958; Scott & Fuller, 1965.<<

[6] Péruse, Neale, Heath & Eaves, 1994.<<

[7] Para una buena introducción a los métodos de la genética conductista, véase Plomin, 1990.<<

[8] Bouchard, 1994; Plomin & Daniels, 1987; Tellegen, Lykken, Bouchard, Wilcox, Segal & Rich, 1988. Más concretamente, la herencia cuenta sobre el 50% de la variación fiable en los rasgos de personalidad medidos. La variación fiable es la que queda después de haber deducido los errores de medición (la cual asciende a 0,20 en los tests de personalidad). La estimación de los rasgos de personalidad debidos a la herencia es a menudo más próxima al 0,40 que al 0,50, porque en los análisis de genética conductista todas las variaciones debidas a los errores de medición se colocan en el otro lado, en la estimación de las influencias del entorno. Los errores de medición para los tests de coeficiente intelectual (cerca de 0,10) son menores; esa es la razón por la que el cálculo de la posibilidad de heredar el coeficiente intelectual es más alto que el de los rasgos de personalidad.<<

[9] Plomin & Daniels, 1987; Scarr, 1993.<<

[10] Bettelheim, 1959,1967. Una madre ataca a Bettelheim: Gold, 1997. Nacido así: Plomin, Owen & McGufin, 1994.<<

[11] Rowe, 1981.<<

[12] Plomin, McCleam, Pedersen, Nesselroade & Bergeman, 1988; Hur & Bouchard, 1995.<<

[13] Langlois, Ritter, Casey & Sawin, 1995, p. 464.<<

[14] Stavish, 1994.<<

[15] Kagan, 1989; Fox, 1989.<<

[16] Bugental & Goodnow, 1998.<<