[127] Además, comprendía —o temía— que le impedirían viajar hacia occidente y Constantinopla si lo intentaba. <<
[128] Una de las primeras medidas que tomó Halil como nuevo comandante en jefe fue ordenar una reagrupación de las fuerzas turcas que debían impedir que el cuerpo británico de rescate llegase hasta los sitiados en Kut. Dicha reagrupación fue pensada con los pies. Ponía al descubierto uno de los flancos de la línea turca, lo cual fue detectado por los británicos, que inmediatamente iniciaron un ataque para aprovecharse del punto vulnerable. El resultado fue la batalla de Hanna del 13 de enero, que seguramente habría supuesto una victoria británica de no ser por una mal efectuada exploración. <<
[129] Halil es tío paterno de Enver Pachá, uno de los líderes del partido de los Jóvenes Turcos, agresivo nacionalista, el gran impulsor de que el Imperio Otomano se incorporase a la guerra en el bando de las Potencias Centrales y que actualmente, en la práctica, rige el Imperio como una especie de dictador militar. La estratagema de Halil tendrá éxito, claro. Los laureles de la victoria serán todos suyos. Y para recalcarlo adoptará una palabra que añadirá a su nombre: Kut. Halil morirá en 1957, honrado como un héroe militar de mal fundada gloria. <<
[130] Cabe decir que corrieron rumores nunca confirmados de que lo envenenaron unos oficiales turcos. <<
[131] Un cuerpo de ejército alemán, que en 1871 solo necesitaba 457 carros para desplazarse, en 1914 necesita 1168; es decir, hay un aumento de cerca del 255 por ciento. Todos estos carros nuevos necesitan caballos de tiro, y éstos requieren forraje, el cual tiene que ser transportado hasta ellos. Un caballo come en peso aproximadamente diez veces más que una persona, lo cual precisa más carros, más caballos, etcétera. Un cálculo de la época pone de manifiesto que había un caballo para cada tres soldados. Alrededor de ocho millones de caballos murieron en esta guerra, lo que significa que, porcentualmente hablando, los caballos sufrieron más bajas que las personas. <<
[132] Este medicamento patentado, inventado en la India por un médico castrense británico y muy copiado por los competidores, estaba destinado principalmente a aliviar los síntomas del cólera y tenía un efecto analgésico. Chlorodyne, muy popular en esta época, era altamente adictivo e incluso podía provocar la muerte en casos de sobredosis. Con el tiempo se retiró del mercado en su fórmula original. El cannabis desapareció de la mezcla y los derivados del opio se redujeron, para gran pesar de sus entusiastas consumidores. Chlorodyne es un buen ejemplo de que la belle époque es sin duda el periodo histórico más liberal que ha habido en cuanto a las drogas, aunque sus actores, por supuesto, nunca lo consideraran de ese modo. <<
[133] Son juegos de palabras de difícil traducción: siegy hace referencia al término siege, asedio, mientras que dug-outish juega con el sustantivo dug-out, es decir refugio excavado en la tierra o cueva subterránea. <<
Fragmento 87
[134] Cattaro era el nombre italiano de la población mencionada; hoy que se llama Kotor y está en Montenegro. Fiume era el nombre italiano de la que; hoy se llama Rijeka y está en Croacia. Ahí se pueden tomar baños de mar. Cabe decir que formalmente Fiume no era territorio austríaco, sino húngaro, y que lo había sido desde el siglo XVII, gozando de una semiindependencia gracias a que era lo que se denomina un corpus separatum. <<
[135] El motivo de la aglomeración hay que buscarlo en parte en las excentricidades en las que se sustentaba el Imperio Austrohúngaro y que al mismo tiempo representaban el talón de Aquiles de la doble monarquía. Varias de las regiones del Imperio disponían de su propia red de ferrocarriles: tanto desde el punto de vista técnico como del aduanero. Ya fueran mercancías o pasajeros los que viajaban, era necesario hacer trasbordo al cruzar alguna de las fronteras entre un sistema u otro. Precisamente, en el caso de Bosna Brod la población vivía en gran parte gracias a que el ancho de las vías en Bosnia, cosa absurda, era diferente del de Austria. <<
[136] Los militares podían escribir gratuitamente a sus casas gracias al servicio especial de correo de campaña, y los destinatarios podían responder sin necesidad de franquear las cartas, siempre y cuando utilizaran los sellos especialmente adjuntos o las susodichas postales. También los paquetes de poco peso estaban exentos de franqueo. <<
Fragmento 88
[137] La excusa principal que se esgrimió fue la necesidad de destruir la estación de radio de Douala, cuya potente emisora de onda corta podía ser utilizada, entre otras cosas, para coordinar las pequeñas unidades marinas alemanas que por esta época se hallaban diseminadas por todos los mares. En última instancia se trataba de incrementar el propio poder colonial, claro. <<
[138] Apenas hace dos meses que lo que quedaba de la población alemana se instaló en el enclave español Río Muni, donde fue internada. Justo este día, el 4 de marzo de 1916, Camerún es dividida de manera oficial entre franceses y alemanes, después de que el último destacamento alemán, en Mora, haya capitulado en favorables condiciones. <<
[139] «Estate tranquila, patria querida, / que la flota está en el puerto dormida». La estrofa hace referencia al estribillo del himno Die Wacht am Rhein (El centinela del Rin). <<
[140] Esta actividad es peligrosa. Hace solo cuatro días, el 29 de febrero de 1916, fue hundido en el mar del Norte otro de estos corsarios mercantes, el SMS Greif. Los británicos contaban con el equivalente, los denominados Q-Ships, pequeñas embarcaciones con armamento oculto que desempeñaban la función de señuelo tendiendo emboscadas a los submarinos alemanes. <<
Fragmento 91
[141] Este consta principalmente de tropas de Sudáfrica, las cuales, tras cierta vacilación, optaron por sumarse al bando del Imperio Británico. (Como de costumbre, es la ambición de futuras ganancias territoriales lo que una vez más ha decidido a una nación tomar partido en el conflicto. La guerra en África, al igual que en Oriente Medio, no deja de ser poco más que una tardía prolongación de la carrera imperialista por la adquisición de territorio que disputaron las grandes potencias europeas a mediados del siglo XIX). Por otro lado, muchos de los soldados que ahora marchan hombro con hombro con los británicos son veteranos de la guerra de los bóers, quienes hace algo más de un lustro eran enemigos acérrimos de los primeros. El comandante en jefe de toda la operación es también un antiguo comandante bóer, nada menos que el casi legendario Jan Smuts. Las guerras tienden a crear extrañas alianzas. <<
[142] Antes de finalizar la campaña, la otra gran columna habrá perdido 5000 de sus 7000 mulas. <<
Fragmento 93
[143] Horadar las alambradas de espino ha resultado ser mucho más difícil de lo que se pensaba. Un cálculo ruso muestra que en el peor de los casos se requieren unas 25 000 granadas de calibre ligero para abrir un boquete lo suficientemente grande en una barrera antiasalto sólidamente construida. En cuanto a los suministros, no se trataba únicamente de comida y municiones. Para dar una idea de lo necesario en el sector sanitario: un solo cuerpo de ejército alemán gastaba un promedio mensual de 50 metros cúbicos de yeso y 50 kilómetros de esparadrapo. <<
Fragmento 94
[144] El bloqueo británico tuvo el paradójico efecto de obligar al Estado alemán a apretarse rigurosamente el cinturón y colocar su economía en un estado de guerra que durante mucho tiempo fue más efectivo que el británico. <<
Fragmento 97
[145] El fenómeno de militares con graves lesiones faciales se daba en todos los países beligerantes, y a muchos de ellos se los aislaba —normalmente de forma voluntaria— en clínicas cerradas, en las que los peores casos permanecían hasta su muerte. En Francia, tras la guerra, 9900 de estos hombres con el rostro destrozado se agruparon en una asociación especial de veteranos. <<
[146] Crowley no tardó en ser ejecutado por aquéllos que le hicieron prisionero; póstumamente le otorgaron la Cruz Victoria. <<
Fragmento 100
[147] Infierno, canto XXIV: «Al levantarse en torno de sí mira / por la pasada angustia conturbado». (Traducción al español de Ángel Crespo). Monelli siempre lleva consigo, como ya se ha mencionado, un volumen de Dante. <<
[148] Monelli continúa diciendo (en una afirmación que este autor, por experiencia propia, está en condiciones de corroborar): «El corresponsal de prensa que visita las trincheras no sabe lo que es [la guerra]; el oficial del Estado Mayor del general que aparece por aquí para asegurarse una medalla junto a nosotros tampoco sabe lo que es. Cuando les entra el hambre o el cansancio o cuando les parece que han terminado su trabajo sacan el reloj y dicen: “Es tarde. Tengo que irme”». <<
Fragmento 101
[149] De los 330 regimientos de infantería de que dispone el Ejército francés, 259 acabarán sirviendo en Verdún. <<
[150] La suposición es originaria del autor Ian Ousby. <<
[151] Si por azar alguien tiene pensado visitar el campo de batalla diremos que la cresta 321 es el vértice de una elevación que sale de la loma donde en la actualidad se encuentra el osario: el punto mismo se puede localizar recorriendo aproximadamente 400 metros en dirección noroeste desde el aparcamiento, siguiendo el denominado Chemin de l’Étoile. Se recomienda llevar zapatos resistentes y sobre todo no tocar las bombas y proyectiles sin detonar. <<
Fragmento 102
[152] Y seguirá siendo así: antes de que acabe la guerra habrán muerto más pilotos belgas en siniestros aéreos que en combate. <<
[153] Maurice Farman y Henri Farman eran dos tipos de aeroplanos muy semejantes, con el motor y la hélice situados detrás del piloto. <<
[154] Lili Evrard morirá, sin embargo, durante el verano en otro accidente. <<
[155] Había pilotos que ni siquiera utilizaban gafas protectoras. Al cabo de un rato de vuelo los ojos se acostumbraban al viento y dejaban de lagrimear. La velocidad no era demasiado alta. En algunos aeroplanos con la hélice detrás, como en el caso de los mencionados Farman, era del todo factible volar con la gorra del uniforme sin que el viento se la llevara. <<
Fragmento 103
[156] Más tarde se efectuarán intentos de transportar mediante zepelines algunos artículos de primera necesidad, como las medicinas, desde Europa hasta los incomunicados defensores alemanes. <<
[157] El término que Arnaud utiliza, entre comillas irónicas, es «descendu». <<
Fragmento 104
[158] A bastantes los ha matado su propia artillería. En Verdún ambos bandos sufrieron bajas debido a impactos certeros de granadas amigas. Las causas se debían por un lado a simples equivocaciones, errores de cálculo y otros factores de esa índole, por el otro a que las bocas de fuego de ciertas piezas empezaban a estar gastadas por el intenso uso. El desgaste de una pieza de artillería de campo común se producía al cabo de aproximadamente 8000 disparos. <<
[159] Cabe decir que el material compuesto por estos comunicados oficiales, que, como es de suponer se utilizaron reiteradamente ya por los coetáneos (véase por ejemplo La batalla de Verdún del seudónimo General M***, que se publicó en Suecia ya en 1916), sigue manteniendo a los historiadores interesados. La monumental obra francesa Les 300 Jours de Verdun, que se publicó en 2006 coincidiendo con el octogésimo aniversario de la batalla, fundamenta sus méritos justamente en los comunicados. <<
Fragmento 105
[160] De los cuales apenas 3000 eran británicos blancos y el resto, indios. <<
[161] Dentro de Kut al-Amara a los civiles considerados colaboradores de los británicos —por haber hecho de intérpretes, por ejemplo— se les colgaba, en algunos casos tras someterles a tortura. <<
[162] Simultáneamente, los mandos supremos británicos, con el comandante en jefe Townshend a la cabeza, eran tratados con extrema benevolencia. (Mousley escribe cáusticamente que a este último lo trataban en prince, es decir, a cuerpo de rey). Más o menos por estas fechas el explorador sueco Sven Hedin es invitado a una curiosa cena en la residencia del pachá Halil. El invitado de honor es nada menos que Townshend, con quien Hedin ya había coincidido en uno de sus viajes antes de la guerra. Hedin explica que el inglés parecía tomarse su suerte con serenidad. La atmósfera hasta era alegre; un verdadero festín de hermanamiento. Halil levantó su copa y pronunció un discurso dedicado a su invitado de honor, deseándole un futuro dichoso. Después el general inglés brindó con su copa y dio las gracias por la hospitalidad con que fue recibido en Bagdad. Acto seguido el festín se dio por finalizado, y Townshend se fue a su casa en el automóvil del pachá Halil. <<
[163] Durante la Segunda Guerra Mundial en el ejército japonés se seguían las siguientes reglas simples para determinar cuántos días le quedaban de vida a una persona en curso de morir de inanición: «El que se tiene en pie: 30 días de vida. El que se mantiene sentado: 20 días de vida. El que tiene que orinar tumbado: 3 días de vida. El que ya no puede hablar: 2 días de vida. El que ya no parpadea: muerto al amanecer». <<
Fragmento 106
[164] Una primera intentona de detener el avance de las divisiones rusas se tuvo lugar en el Dniester y al fallar ésta se llevó a cabo otra junto al Prut. En este último río se consiguió abrir una brecha en las posiciones austrohúngaras hace diez días, lo que permitió que el 9.º Ejército tomara Czernowitz y penetrara en la austríaca Bucovina. <<
[165] Desde que se iniciara la ofensiva Brusilov el día 4 de junio, los rusos han tomado casi 200 000 prisioneros y alrededor de 700 piezas de artillería. En la práctica, la defensa austrohúngara en Galitzia ha sufrido una implosión, y el ejército austrohúngaro nunca se recuperará de esta enorme derrota. <<
[166] La notoria sed de todos los soldados heridos está también ligada a la pérdida de sangre. <<
[167] Es el apelativo con el que usualmente se dirigen a las enfermeras: sestritsa. <<
Fragmento 110
[168] Muchos de ellos pertenecen a los batallones de trabajo que de uniforme aunque sin armas, se utilizan, entre otras cosas, para mantener los caminos y cavar trincheras. <<
[169] Al igual que el primer intento éste también fracasará. <<
Fragmento 111
[170] A la pregunta de qué hacía allí exactamente el Ejército de Oriente, el primer ministro francés Clemenceau parece haber espetado: «¡Cavar! Que se les conozca en Francia y en toda Europa como “Los jardineros de Salónica”». Cabe mencionar asimismo que Sarrail invertirá más energía en inmiscuirse en los asuntos políticos de Grecia que en guerrear contra las Potencias Centrales del otro lado de la frontera. <<
[171] Una mezcla de zumo de limón y soda. Otros cócteles de gran popularidad durante esta guerra fueron el combinado de coñac Sidecar y también el muy delicioso pero hoy en día prácticamente olvidado 75, bautizado en honor del cañón de ese calibre. <<
Fragmento 112
[172] En el Ejército austrohúngaro se castiga a los soldados que por prescindir de los condones han contraído enfermedades venéreas. Se realizan intentos de disminuir el contagio mediante el consabido remedio de controlar a las prostitutas. Una de las primeras medidas que tomaron los alemanes tras ocupar Varsovia en agosto de 1915 fue empezar a fichar y controlar a las mujeres que practicaban la «fornicación remunerada». <<
[173] Este mismo motivo se encuentra tras el repugnante comercio —repugnante es decir poco— de mucosidades expectoradas por personas tuberculosas. <<
Fragmento 113
[174] También podría ser el 2 de agosto. Las fechas son un poco confusas en esta parte del diario de Sulzbach. <<
Fragmento 114
[175] Entre otros, el por aquel entonces jefe del ejército, lord Roberts, sostenía que una guerra sería el único antídoto contra «la masiva podredumbre humana que reina en nuestras capitales industriales». Y cabe recordar las bellas esperanzas de Thomas Mann en 1914 en cuanto a que la guerra haría «más libre y mejor» a la cultura alemana. Para más ejemplos de la guerra como expectativa de futuro, promesa y liberación, véase Ljunggren, 2004. <<
[176] Resulta interesante comparar esto con el hecho de que los soldados que sufrían neurosis debido a sus experiencias en el frente muy a menudo eran considerados «histéricos», permitiendo que su comportamiento se interpretara como una «feminización». <<
[177] Un semanario alemán publicó en junio del año anterior el testimonio del dueño de un cinematógrafo que una tarde, en mitad de la pausa, se presentó ante el público advirtiendo de que un hombre uniformado acababa de llegar al establecimiento con la intención de sorprender a su mujer y al amante de ésta, los cuales debían encontrarse en la sala. A fin de evitar un escándalo el dueño del cinematógrafo indicó que a la derecha de la sala había una discreta salida de emergencia. 320 parejas aprovecharon la penumbra para marcharse de inmediato. <<
[178] La fábrica de aviones Albatros ganó fama durante esta guerra especialmente debido a sus cazas Albatros D-III y Albatros D-V. <<
[179] La visión de un biplano siniestrado o en mitad de un aterrizaje forzoso no es infrecuente en la zona, ni siquiera en el casco urbano. Tampoco los siniestros mortales son raros; incluso Elfriede lo sabe. Cada semana ve algún cortejo fúnebre camino bien del cementerio de guerra que hay en el bosque, bien de la estación de ferrocarril, donde se cargan los féretros en vagones de tren. <<
[180] Para citar a Frederic Manning: «In the shuddering revulsion from death one turns instinctively to love as an act which seems to affirm the completeness of being». (En la estremecedora repugnancia que inspira la muerte, uno se inclina instintivamente por el amor como un acto que parece afirmar la plenitud del ser). <<
[181] Las palabras utilizadas en el diario son «mit von der Partie». <<
Fragmento 115
[182] Ésta monotonía cromática es, precisamente, otro de los puntos en que la guerra no se correspondió con las expectativas que preconizaban algunos sobreexcitados estetas antes de la contienda: la guerra no solo era gris en cuanto a sus rutinas, sino también visualmente. <<
[183] El hecho de que los británicos decidieran atacar en el Somme no se debió al significado estratégico de la zona —ya que era nulo—, sino simplemente a que era allí donde la línea del frente británico confluía con la francesa y a que la ofensiva fue ideada como una cooperación. La principal línea defensiva alemana se hallaba justo en el lugar donde hoy está el Guillemont Road Cemetery, es decir, a las afueras del pueblo reconstruido. <<
[184] Cosa que no es de extrañar, ya que una trinchera de comunicación, a diferencia de una trinchera de posición, no está pensada para el combate, sino para el desplazamiento de efectivos. <<
[185] Los peones llevaban consigo una serie de artefactos que debían ayudar a los directores de tiro artillero situados detrás a distinguir dónde se encontraba la vanguardia del asalto. Entre otras cosas, los infantes británicos llevaban este día pequeños trozos de chapa pulida cosida a sus espaldas. La idea era que las chapas resplandecieran bajo el sol mostrando así su posición. Además, los soldados atacantes estaban equipados con abundantes bengalas de señalización. El problema fue que el 8 de agosto amaneció nublado. Cuando a la niebla se le juntaron los remolinos de humo y polvo de los proyectiles detonados, las posibilidades de ver lo que sucedía durante el asalto resultaron ínfimas. <<
[186] En general la artillería alemana era más mortífera que la de sus adversarios, ya que a diferencia de la británica o la francesa no era utilizada con la vana misión de volar las fortificaciones del enemigo, sino que se empleaba principalmente para bombardear tropas en curso de realizar un asalto y a continuación, una vez iniciado el asalto, para crear barreras de granadas detonantes en tierra de nadie. Henri Barbusse, en un capítulo de su famoso libro El fuego describe lo que significa moverse a través de una muralla tal de detonaciones. <<
[187] Aquí, por esta época y en este lugar, puede decirse que se produce el encuentro entre uno de los contendientes de esta guerra que hoy se han olvidado y uno de los más célebres. El 24 de agosto destinan al teniente Ernst Jünger junto con su 73.º Regimiento de Fusileros a Guillemont, precisamente. Él mismo lo ha descrito en sus brillantes memorias de guerra In Sthalgewittern (en español Tempestades de acero, traducido del alemán por Andrés Sánchez Pascual). Cuando Jünger llega a Guillemont el pueblo está completamente arrasado; «solo una mancha blancuzca en el campo de embudos señalaba el lugar en que habían quedado reducidas a polvo las piedras gredosas con que estaban construidos los edificios». El olor a putrefacción es penetrante, zumban millones de gordos moscardones. Hasta Jünger, normalmente tan frío, queda impresionado por lo que ve: «El arañado campo de lucha era espantoso. Los defensores muertos yacían entre los defensores vivos. Al cavar agujeros para protegernos observamos que los muertos yacían unos encima de otros, en capas superpuestas. Una compañía tras otra había perseverado hasta el fin, apretujada, bajo el fuego de tambor; este la había segado y después las masas de tierra lanzadas a lo alto por los proyectiles habían sepultado los cadáveres. Los hombres del relevo habían venido a ocupar el puesto de los caídos». <<
Fragmento 116
[188] Por cierto, que cuatro días antes el ejército italiano, tras enormes esfuerzos y bajas, tomó la ciudad austríaca de Görz junto al Isonzo y la rebautizó con el nombre de Gorizia. Así se llama aún hoy. <<
[189] Este Estado débil e inestable era ya antes de 1914 un campo de juego para el imperialismo de rusos y británicos, quienes en la práctica se habían repartido el país en zonas de interés. El estallido de la guerra no hizo más que empeorar las cosas. A solo unos meses del inicio del conflicto, tropas británicas ocuparon un centro neurálgico desde el punto de vista de la extracción de petróleo, situado en el litoral persa. Alemania enseguida contraatacó con una intensa actividad de propaganda y espionaje. Cuando después la gendarmería persa, entrenada y dirigida por oficiales suecos, se situó en noviembre del año anterior bajo control alemán, los rusos enseguida enviaron tropas de invasión. Y en cuestión de nada una división rusa alcanzaba Teherán. <<
[190] El militar Percy Sykes no debe ser confundido con el político Mark Sykes, quien anteriormente este mismo año había pactado un acuerdo supersecreto con el diplomático francés François Georges-Picot (el acuerdo Sykes-Picot), según el cual sus respectivos países acordaban que una vez terminada la guerra dividirían el Imperio Otomano y pondrían gran parte de su territorio bajo control directo de Rusia, Gran Bretaña y Francia. Entre otras cosas, Mesopotamia pasaría a manos de los ingleses, Líbano de los franceses y Armenia de los rusos. «A War to End all Wars, Indeed» (Una guerra para acabar con todas las guerras, sin duda). El resultado fue justamente, como por desgracia todos sabemos —y tomando prestado el título de un libro de David Fromkin— A Peace to End all Peace (Una paz para acabar con toda paz). <<