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Domingo, 17 de marzo de 1918

WILLY COPPENS ES TESTIGO DE LA METAMORFOSIS DE UN INSECTO EN PERSONA

No han visto pasar nada importante. Las dos patrullas, compuestas de tres aviones cada una, se concentran para regresar conjuntamente al aeródromo. Entonces Coppens observa cómo uno de los pilotos, De Meulemeester, de repente se lanza a tumba abierta. Él inmediatamente le va a la zaga.

Entonces lo ve. Un parsimonioso biplaza alemán.

De Meulemeester lo alcanza primero; siguiendo a rajatabla el manual, no dispara hasta el último momento. El belga se acopla luego a los movimientos del aeroplano alemán mientras suelta ráfaga tras ráfaga sobre su presa. Coppens le sigue. Ve salir a borbotones una cola de vapor azul de la nave enemiga. Ve que las balas siguen dando en el blanco. Ve que el avión alemán da un violento bandazo y luego se parte. Lo único que queda es una nube de fragmentos y pedacitos.

De esta nube de restos volantes se desprenden dos objetos. Uno es el fuselaje, que chorreando un humo negro cae rápidamente en picado. El otro es el observador, todavía vivo, que cae boca abajo hacia el suelo. Lenta, muy lentamente, el hombre gira en el aire con los brazos en cruz, como un Cristo. Coppens no puede dejar de seguir la caída con los ojos, incluso cuando el que cae se transforma en un punto, una mota. Una y otra vez se dice que ahora, ahora se estrellará contra el suelo, pero, en cambio, la caída no hace más que prolongarse y prolongarse durante lo que parece una eternidad, hasta que de pronto el punto se detiene.

Coppens está conmocionado:

¡Pobre hombre! ¡Pobre hombre! Por primera vez había visto a la persona y ya no podía seguir aferrándome a la acostumbrada sensación de que aquello a lo que yo me enfrentaba era una especie de insecto gigante.

Cuando Coppens hace virar su avión pasa de largo los restos de la nave enemiga que, muy despacio, todavía descienden. Un mapa que revolotea por el aire se queda algún segundo prendido en la punta de un ala.

Para sacudirse de encima la terrible visión y los pensamientos que está creando necesita «algún tipo de reacción violenta». De modo que empieza a hacer loopings con su avión, uno tras otro. Los demás hacen lo mismo.