Martes, 8 de mayo de 1917
HERBERT SULZBACH CABALGA POR UN BOSQUE A LAS AFUERAS DE BRODY
Más escarpados contrastes. No solo hay una guerra, sino diez, cien, mil guerras. El regimiento de Sulzbach ha sido trasladado al frente oriental, a Galitzia para ser exactos, al frente de Brody para ser más exactos aún. Allí hay tranquilidad. Todo el mundo espera que se firme algún tipo de paz o de armisticio con los rusos. No hay hostilidades. Por el contrario, los soldados de los distintos ejércitos se reúnen en tierra de nadie para intercambiar mercancías y noticias. Sulzbach ve prímulas y anémonas del bosque. Ve vastas pinedas. Ve caballos de tiro sueltos por el lugar de asentamiento de la batería, paciendo junto a las calladas piezas; una escena completamente impensable en el frente occidental. Oye el canto de los pájaros. Oye la música que sale de un gramófono. Pero no oye disparos. Qué extraño. Podría ser la paz. ¿Acaso lo es?
La primavera ha sido relativamente tranquila en su caso. Sulzbach ha pasado gran parte del tiempo hospitalizado, aunque no sufriera nada más grave que una persistente faringitis. Ha podido ir a su casa de permiso, donde para su gran sorpresa y sincera alegría coincidió con su amigo Kurt. Ha estado leyendo mucho, principalmente autores escandinavos. Y ha tenido tiempo para pensar, sobre todo en la guerra: «Iba a ser una especie de intermedio en nuestras vidas, y ahora dura casi tres años, y hay veces en que todo parece una pesadilla, pero una que se nos fuerza a soñar durante años y años».
A Sulzbach le ha sobrevenido una especie de tristeza. Es una sensación nueva, rara para él, normalmente tan franco y abierto. Solo cuando bebe recupera el desenfado de su antigua personalidad.
Sin embargo, el encuentro con el silencio en las afueras de Brody le ha sentado bien. Este día cabalga por la retaguardia. El camino que elige atraviesa un bosque primaveral de belleza casi romántica: «Todo es de un verde joven, las flores se abren, los pájaros cantan, el cielo es azul. Fabuloso».
Al día siguiente, cuando regresa a la batería tras un apacible día en las trincheras, le comunican que debe regresar al frente occidental inmediatamente. Hace tres semanas los franceses emprendieron allí una gran ofensiva. Se necesitan tropas de reemplazo.