Dedico Redshirts a las siguientes personas:

A Wil Wheaton, a quien atesoro con toda la rica riqueza que un creso corazón pueda atesorar.

A Mykal Burns, amigo mío desde los tiempos del TRS-80 en la Biblioteca Pública de Glendora.

Y a Joe Mallozzi y Brad Wright, quienes me llevaron consigo al espacio.