Agradecimientos

Este libro constituye un intento de resumir las visiones penetrantes, filosóficas y espirituales de mis cuarenta años de itinerario personal y profesional dedicados a la exploración de las fronteras no cartografiadas de la psique humana. Ha sido un peregrinaje complejo, difícil, que a veces ha supuesto muchos retos y que no podría haber recorrido solo. A lo largo de los años he recibido una inapreciable ayuda, inspiración y aliento de numerosas personas. Algunas de ellas han sido amigos íntimos, otras, maestros importantes, pero, en todo caso, casi todas ellas han ejercido una gran influencia en mi vida en ambos roles. No puedo darles las gracias a todas ellas una a una, pero algunas merecen una mención especial.

Angeles Arrien, antropóloga e hija de un «creador de visiones», —un maestro espiritual de la tradición mística vasca— ha sido durante muchos años una verdadera amiga y una maestra importante. Inspirándome en sus cuarenta años de formación y práctica espirituales, ha sido un vivo ejemplo de cómo integrar los aspectos femenino y masculino de nuestra psique y de cómo «recorrer la senda mística con pies prácticos».

Gregory Bateson, pensador original y de gran influencia, y con el que tuve el privilegio de compartir cientos de horas de intercambios de ideas personales y profesionales durante los dos años y medio en que ambos fuimos profesores titulares en el Instituto Esalen, en Big Sur, California, fue para mí uno de mis grandes maestros y uno de mis amigos más queridos. A lo largo de nuestras conversaciones, nunca aceptó del todo la dimensión mística. Sin embargo, la lógica incansable de su mente inquisitiva suscitaba una crítica incisiva del pensamiento mecanicista de la ciencia que proporcionó una gran apertura a la visión transpersonal.

La obra de David Bohm ha supuesto una de las contribuciones más importantes a mis esfuerzos de establecer conexiones entre mis propios hallazgos sobre la naturaleza y dimensiones de la conciencia humana, por una parte, y la visión científica del mundo por otra. Su modelo holográfico del universo ha supuesto un hallazgo inestimable para mis propias formulaciones teóricas. El hecho de que el modelo del cerebro de Karl Pribram se base también en principios holográficos ha sido especialmente importante para elaborar este trabajo puente.

Joseph Campbell, brillante pensador, contador de historias, extraordinario maestro y durante muchos años un buen amigo, me enseñó a entender el significado de la mitología y su función de puente para acceder a los territorios de lo sagrado. Él ejerció una poderosa influencia en mi propio pensamiento, y sus contribuciones a mi vida personal fueron igualmente profundas. Hoy día considero que la mitología, tal como ha sido entendida por C. G. Jung y Joseph Campbell, es de una importancia fundamental para la psicología, la espiritualidad y la religión.

El libro innovador de Fritjof Capra, El Tao de la Física, ejerció una enorme influencia en mi propia búsqueda intelectual. Al mostrar la convergencia entre la física de la relatividad de los quántums y las filosofías espirituales orientales, me hizo concebir la esperanza de que la espiritualidad y la psicología transpersonal llegarían un día a ser una parte imprescindible de un paradigma científico más amplio. Esta obra me ayudó enormemente a liberarme de las limitaciones ideológicas de mi propia formación académica. Nuestra amistad a lo largo de años ha sido una gran fuente de inspiración.

El hermano David Steindel-Rast, monje benedictino y filósofo, me ha ayudado a entender la diferencia que existe entre espiritualidad y religión. Más concretamente, me enseñó a apreciar el núcleo místico del cristianismo y la naturaleza del mensaje original de Jesús, que en mi juventud habían sido oscurecidos por la compleja y desorientadora historia de las distintas iglesias cristianas.

Michael Harner, que ha sido capaz de integrar de una forma única su formación académica como antropólogo y su iniciación chamánica en el Amazonas, es uno de mis mejores amigos y también un importante maestro. De él he sido capaz de aprender a apreciar de un modo profundo, tanto teórica como existencialmente, el chamanismo, que sigue siendo la religión y el arte de sanar más antiguos de la humanidad. Esto ha sido para mí un complemento importante a mis experiencias directas con chamanes de América del Norte, mejicanos, de América del Sur y africanos.

Albert Hofmann ha ejercido indirectamente una influencia más profunda en mi vida profesional y personal que ninguna otra persona. Su descubrimiento afortunado y casual de los poderosos efectos psicodélicos del LSD me llevó a tener la primera experiencia con esta sustancia en 1956, cuando estaba empezando mis estudios de psiquiatría. Este experimento generó un profundo interés en los estados no ordinarios de conciencia y ha cambiado toda mi vida, tanto personal como profesional.

Jack Kornfield es un buen amigo, colega, instructor espiritual y un auténtico maestro en el manejo de «herramientas útiles» en la sala de meditación y en la vida cotidiana. Ha sido capaz de reunir e integrar de una forma extraordinaria años de entrenamiento como monje budista y su formación académica occidental en psicología. Todos los que le hemos conocido, amigos y discípulos, admiramos su compasión, su sabiduría y su extraordinario sentido del humor. Durante las dos décadas en las que hemos estado en contacto, hemos codirigido muchos seminarios y retiros. Probablemente he aprendido de él más sobre el budismo y la espiritualidad que de todos los libros que he leído sobre estos temas.

Ervin Laszlo, el representante más destacado de la filosofía de sistemas y la teoría de la evolución general, ha ejercido una importante influencia en mi vida profesional. Sus libros, en los que ha logrado formular las líneas generales de una ciencia unificada —de la materia, la vida y la mente—, así como las conversaciones personales que he mantenido con él, me han proporcionado el marco conceptual más adecuado para comprender mis propias experiencias y observaciones. Estas conversaciones me permitieron integrar mis descubrimientos en una visión del mundo más amplia que une la espiritualidad y la ciencia.

Ralph Metzner, psicólogo y psicoterapeuta, que aúna una rara combinación de conocimiento académico riguroso, espíritu aventurero y preocupación por la naturaleza y el futuro de la humanidad, ha sido desde nuestro primer encuentro, hace treinta años, un amigo y compañero en esta búsqueda especial. También ha sido un modelo sólido para el mantenimiento de mi equilibrio emocional y del rigor intelectual ante experiencias y observaciones inquietantes que suponían un reto.

Ram Dass, otro miembro de un íntimo círculo de amigos especiales, ha sido uno de los más importantes maestros espirituales. Encarna una combinación única de todas las clases de yoga —jñana, bhakti, karma y raja— y ha desempeñado en nuestra cultura el papel de buscador espiritual arquetípico que ha podido expresar con una enorme honradez todos los logros y fracasos de su búsqueda espiritual. No recuerdo ni una sola vez a lo largo de cada uno de nuestros numerosos encuentros que no me haya enriquecido con alguna visión penetrante y alguna idea singular.

Rupert Sheldrake ha llamado mi atención con una claridad incisiva e infrecuente sobre las limitaciones de la corriente dominante de la ciencia actual. Esto me ayudó a estar más abierto a nuevas observaciones y a confiar en mi propio juicio, aunque mis descubrimientos contradijeran los presupuestos metafísicos básicos de los marcos conceptuales dentro de los que me había formado. Encontré particularmente importante para mi trabajo su énfasis en la necesidad de encontrar explicaciones adecuadas para la forma, el patrón, el orden y el sentido.

Rick Tarnas, psicólogo, filósofo y astrólogo, ha sido uno de mis mejores amigos y una constante fuente de inspiración de ideas nuevas. Durante los años que vivimos en el Instituto Esalen en Big Sur, California, y más recientemente en las clases que hemos dado conjuntamente en el Instituto Californiano de Estudios Integrales (CIIS), exploramos las correlaciones extraordinarias que existen entre los estados holotrópicos de conciencia, la psicología arquetípica y la astrología de los tránsitos. Gracias a su investigación metodológica, Rick me ha ayudado a apreciar profundamente el gran diseño que subyace en la creación.

Charles Tart ha sido para mí un ejemplo de académico brillante y consumado que ha tenido el valor, la honradez y la integridad de mantener sin compromisos lo que cree que es verdad y de seguir caminos heterodoxos de investigación, aunque fueran tan controvertidos y mal entendidos como la parapsicología y la espiritualidad. Le admiro y he aprendido mucho de él.

Francés Vaughan y Roger Walsh son pioneros y figuras relevantes en el campo de la psicología transpersonal. Ella y él son compañeros de vida y de trabajo, y les doy las gracias como pareja. Para mí han sido una fuente de inspiración continua, apoyo y ánimo. En sus conferencias, seminarios y escritos, así como en su vida personal, han estado construyendo la posibilidad de integrar ciencia, espiritualidad y una vida armoniosa. Ha sido maravilloso tenerles como amigos y colegas.

Ken Wilber ha contribuido más que nadie a establecer los fundamentos filosóficos sólidos de una futura reconciliación de la ciencia y la espiritualidad. Su serie de libros pioneros han sido una verdadera hazaña, al brindar una síntesis extraordinaria de datos procedentes de una amplia variedad de áreas y disciplinas, tanto orientales como occidentales. Aunque ocasionalmente hemos estado en desacuerdo sobre detalles, su obra ha sido para mí una rica fuente de información, estímulo y desafío conceptual. También aprecio enormemente sus comentarios críticos sobre esta obra.

Siento igualmente un enorme agradecimiento hacia John Buchanan por la inspiración y el humor que aportó a nuestras vidas y por el generoso apoyo que ha brindado a mi trabajo a lo largo de todos estos años. Por último, aunque no por ello es menos importante, me gustaría expresar la elevada estima en que tengo a Robert McDermott, presidente del Instituto Californiano de Estudios Integrales, por la extraordinaria generosidad y apertura de espíritu con la que apoya y alienta el libre intercambio de ideas en el controvertido campo de la psicología transpersonal. También le estoy agradecido por los reflexivos e inestimables comentarios que me hizo tras leer el manuscrito de este libro.

Mi agradecimiento especial se dirige a los miembros más inmediatos de mi familia con los que he compartido el entusiasmo y las vicisitudes de mi tormentoso itinerario personal y profesional, y que han sido una fuente constante de apoyo y aliento: mi esposa Christina, mi hermano Paul y mis padres ya fallecidos. Christina y yo hemos desarrollado juntos el método de respiración holotrópica, que ha constituido una importante fuente de datos para este libro y que he utilizado en nuestros talleres y formación en todo el mundo. Siento una profunda gratitud por todo lo que ella ha contribuido al itinerario espiritual que hemos compartido a lo largo de años. Me gustaría también expresar mi aprecio a Cary y Tav Sparks, que han desempeñado un importante papel en mi vida al ser amigos íntimos y, al mismo tiempo, colaboradores de plena confianza, altamente competentes y entregados a su labor.

Muchas personas cuyas contribuciones a este libro fueron absolutamente esenciales y fundamentales tendrán que permanecer anónimas. Me estoy refiriendo aquí a los miles de personas con las que he trabajado a lo largo de los años y que han comentado conmigo sus experiencias y visiones profundas de los estados no ordinarios de conciencia. Siento un gran respeto por su valor en explorar las dimensiones ocultas de la realidad y una gran gratitud por la apertura y honradez con la que han compartido conmigo sus extraordinarias aventuras. Sin ellas, este libro no podría haber sido escrito.