[*] En Navacepeda, en la sierra de Gredos, un día de julio de 1952 en que fui a pescar truchas al Tormes y tuve que quedarme en la posada, una posada que se llama, nada menos, que «Estancia del Almanzor», porque llovía a cántaros, escribí estas líneas y gané cerca de seis duros al gilé a unos arrieros: unos arrieros que ignoraban con qué extraño sujeto se estaban jugando los cuartos. <<
[1] Néstor Luján, El pont estret dels anys 50, Barcelona, La Campana, 1995, p. 67. Cf. Una breve noticia de estos días en Néstor Luján, «Días barceloneses de Camilo José Cela», Destino (4-IV-1953). <<
[2] CJC, «La cabeza, la geometría y el corazón», Mrs. Caldwell habla con su hijo, OC, t. VII, Barcelona, Destino, 1969, p. 365. <<
[3] Ibidem, p. 365. <<
[4] Ibidem, p. 342. <<
[5] Ibidem, p. 366. <<
[6] Ibidem, p. 372. <<
[7] El artículo de Antonio Vilanova se encuentra recogido, con ligeras modificaciones, ;que si es necesario señalaré, en su libro Novela y sociedad en la España de posguerra, Barcelona, Lumen, 1995, p. 124. <<
[8] Ibidem, p. 125. <<
[9] Juan Fernández Figueroa ya había dado prueba de sus despropósitos como crítico de novelas al censurar en 1951 la novela de Rafael Sánchez Mazas La vida nueva de Pedrito de Andía por la evasión que esta novela suponía, «más significativa y peligrosa por tratarse de un autor maduro y maestro y comprometido políticamente (numerosos textos doctrinales, la oración por los caídos de la Falange)» (José María Martínez Cachero, La novela española entre 1936 y el fin de siglo. Análisis de una aventura, Madrid, Castalia, 1997, p. 164). <<
[10] Cito según el texto de la revista Destino. En Novela y sociedad en la España de la posguerra el artículo finaliza así: «Imágenes que configuran la compleja personalidad de su enigmática heroína» (p. 125). <<
[11] Juan Luis Alborg, Hora actual de la novela española, Madrid, Taurus, 1958, t. I, p. 95. <<
[12] Cf. «Extraño galimatías […] que a todas luces constituye un error» (Gonzalo Torrente Ballester, Panorama de la literatura española contemporánea, Madrid, Guadarrama, 1956, p. 449). <<
[13] Eugenio G. de Nora, La novela española contemporánea (1939-1967), Madrid, Gredos, 1970, p. 80. <<
[14] CJC, «La cabeza, la geometría y el corazón», OC, t. VII, p. 363. <<
[15] CJC, «Algunas notas en torno al concepto de novela», Glosa del mundo en torno, OC, t. IX, Barcelona, Destino, 1976, p. 85. <<
[16] Miguel de Unamuno, Tres novelas ejemplares y un prólogo (ed. Ciríaco Morón Arroyo), Madrid, Espasa Calpe (Austral), 1990; p. 56. <<
[17] CJC, «Esa ventana abierta sobre cualquier paisaje», Arriba (5-IX-1950), Glosa del mundo en torno, OC, t. X, Barcelona, Destino 1978, p. 36. <<
[18] Cf. Gonzalo Sobejano, «Cela y la renovación de la novela», Insula, 518-519 (1990), p. 66. «Prólogo» a CJC, La colmena, Madrid, Alianza 1992, p. 25. Y «Cristo versus Arizona: confesión, crónica, letanía», El Extramundi y los papeles de Iria Flavia, IX (1997), pp. 139-162. <<
[19] CJC, Madera de boj, Espasa Calpe, Madrid, 1999, pp. 11-12. <<
[20] Henri Bergson, L’evolution créatrice, Paris, PUF (Quadrige), 1986, p. 5. Doy la traducción española: «En efecto, ¿qué somos nosotros, qué es nuestro carácter sino la condensación de la historia que hemos vivido desde nuestro nacimiento, antes de nuestro nacimiento incluso, dado que llevamos con nosotros disposiciones prenatales? Sin duda, no pensamos más que con una pequeña parte de nuestro pasado; pero es con nuestro pasado entero, incluida nuestra curvatura de alma original, como deseamos, queremos, actuamos. Nuestro pasado se manifiesta por tanto íntegramente en nosotros por su impulso y en forma de tendencia, aunque sólo una débil parte se convierta en representación» [H. Bergson, Memoria y vida (textos escogidos por Gilles Deleuze y traducidos por Mauro Armiño), Madrid, Alianza, 1977, p. 48]. <<
[21] Cf. «Dan rabia, pero también dan risa, las piruetas de la memoria sobre el borroso o tenue telón de fondo del tiempo; estas volteretas serían, a no dudarlo, un magnífico ingrediente para cocinar literatura» (CJC, A bote pronto, Barcelona, Seix Barral, 1994, p. 43). <<
[22] José Ángel Valente, «Camilo José Cela o la poesía como matriz», en CJC, Poesía completa, Barcelona, Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 1996, p. 14. <<
[23] Las citas de la novela se dan con el capitulillo correspondiente entre corchetes. <<
[24] CJC, «La cabeza, la geometría y el corazón», OC, t. VII, pp. 363 y 373-374. <<
[25] CJC, La rosa. Libro primero de «La Cucaña», Barcelona, Destino, 1959, pp. 1213. <<
[26] Gonzalo Sobejano, «Cristo versus Arizona: confesión, crónica, letanía», El Extramundi y los Papeles de Iria Flavia, 9 (1997), pp. 146-147. <<
[27] Pío Baroja, «Psicología de los tipos literarios», «Prólogo casi doctrinal sobre la novela», La nave de los locos (ed. Francisco Flores Arroyuelo), Madrid, Cátedra, 1987, p. 80. <<
[28] Josep Ma Cañadell, «Las edades críticas. Más allá de Marañón. A las antípodas de Cela», Anales de Medicina y Cirugía, LVI (1976), p. 153. <<
[29] CJC, «Un peldaño que sólo la muerte ahorra: el climaterio», Anales de Medicina y Cirugía, LVI (1976). Cito por Los vasos comunicantes, Barcelona, Plaza & Janés, 1989, p. 96. <<
[30] CJC, «La galera de la literatura» (1951), Glosa del mundo en torno, OC, t. XII, Barcelona, Destino, 1986, p. 766. <<
[31] Cf «La calidad anfibia del libro —humor, lirismo— desorienta no poco al lector» (Francisco Umbral, Cela: un cadáver exquisito, Barcelona, Planeta, 2002, p. 192). <<
[32] Cf Charles Mauron, Des Métaphores obsédantes au mythe personnel. Introduction a la Psychocritique, París, José Corti, 1963. <<
[33] Antonio Vilanova, Novela y sociedad en la España de la posguerra, p. 125. <<
[34] Cf. Paul Ilie, La novelística de Camilo José Cela, Madrid, Gredos, 1971, pp. 185186. <<
[35] CJC, A bote pronto, p. 77. En un artículo de la primavera del 49 escribió: «El tango es el himno, quizá la marcha fúnebre, de los amores muertos después de malditos» [«Elogio de la samba» (La Tarde, 7-V-1949), Glosa del mundo en torno, OC, t. IX, p. 627]. <<
[36] La patología abonada por su desgraciado nacimiento y por las sucesivas circunstancias de su vida hace escribir a Pascual: «Un nido de alacranes se revolvió en mi pecho y, en cada gota de sangre de mis venas, una víbora me mordía la carne» [La familia de Pascual Duarte (ed. Adolfo Sotelo Vázquez), Barcelona, Destino, 1995, p. 143]. <<
[37] Maurice Coutourier, La figure de l’auteur, Paris, Seuil, 1995, p. 82. <<
[38] Cf. «La confesión es una forma de comunicación íntima» (Manuel Alvar, «El lirismo de las novelas de Cela», La palabra en libertad. Homenaje a Camilo José Cela, Murcia, Paranimfo, 1991, p. 25.) <<
[39] Cf. Adolfo Sotelo Vázquez, «Camilo José Cela, la forja de la novela: entre Baroja y Ortega», El Extramundi y Los Papeles de Iria Flavia, XII (1997), p. 77. <<
[40] CJC, «A los cuarenta y cinco años del Ulises», Al servicio de algo (1969), OC, Barcelona, Destino / Planeta, 1990, t. 16, p. 280. Se trata de la edición más completa de las obras de Cela. <<
[41] CJC, «Faulkner», OC, t. 16, p. 317. <<
[42] Gonzalo Sobejano, «La novela poemática y sus alrededores», Ínsula, 464-465 (1985), p. 1 y 26. <<
[1] Cuartilla incompleta (algo quemada) en el original de Mrs. Caldwell. <<
[2] En el original de Mrs. Caldwell siguen dos últimas cuartillas borrosas y absolutamente indescifrables, con evidentes señales de humedad, con inequívocas señales de haberse pasado horas y horas hundidas en el agua, como un marinero ahogado. <<