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El agua

No puedo con el agua que cae del techo, amor mío, que mana de las paredes, que brota del suelo, que fluye de los muebles, y de las ropas de la cama, y de los objetos que tengo colocadas sobre el tocador, incluso con un cierto buen orden.

El agua es algo que me atenaza, algo que me ahoga, algo que quisiera apartar de mí, amor mío, algo que quisiera también haber apartado de ti cuando todavía era tiempo…[2]