209

El aire

Tengo la habitación llena de aire, amor mío, de un extrañísimo aire de color morado que me anima a no pensar, que me induce a pasarme todo el día tumbada encima de la cama, esperándote.

La noche me la pasé de claro en claro, amor mío, sin pegar ojo. Este sitio es limpio, raro y frío, no frío de temperatura sino frío de color.

(Mis mejores amigas, amor mío, a pesar de su promesa, no han venido a verme. Quizá no hayan podido hacerlo. A lo mejor se les ha muerto el marido, de repente, a todas.)

Tengo la habitación llena de aire, amor mío. A mí me parece que en esta habitación hay demasiado aire, amor mío, aire a presión, como en los neumáticos, aire para poder respirar durante toda una larga vida.