La liga de los Bacilos Acido-Resistentes
Son curiosas las conclusiones de la 11 Asamblea de la LIBAR (Liga de los Bacilos Acido-Resistentes) que se celebró, hace ya algún tiempo, en Hamburgo. Tú fuiste el descubridor, y el descubrimiento te llenó de gloria y de orgullo. Yo creo que lo descubriste por puro azar; perdóname, Eliacim, yo no te considero un cerebro privilegiado, aunque sí, relativamente, un buen hijo.
El plan de exterminio del género humano concebido por la LIBAR está, en general, bien trazado. Algunos pequeños fallos pueden, en cualquier momento, ser arreglados sobre la marcha.
El bacilo Lucky Koch, un joven caucasiano recriado en Eoston, centró bien la cuestión y no permitió que se divagase ni se perdiese el tiempo. En realidad, el joven Lucky Koch es un procesalista de primer orden y su presencia fue ejemplar y eficiente.
En esta II Asamblea no se trató sino una cuestión: «El exterminio de la especie humana, jalón necesario para la conquista del poder».
Las enmiendas que se presentaron por los congresistas que pensaban que era más conveniente empezar por el ganado vacuno, fueron pronto rechazadas. Observa, hijo, que la falta de consecuencia a nada bueno suele conducir.
Herr Augustus Friedenberg, en cuyos pulmones se venían celebrando las sesiones de la LIBAR, quiso acabar con la Asamblea y recurrió al rimifón, a la estreptomicina y al neumotórax. Herr Augustus Friedenberg tuvo escaso éxito porque la LIBAR, como todas las asociaciones perseguidas, sacó fuerzas de flaqueza y aprobó sus conclusiones en sesión permanente. En realidad, Herr Augustus Friedenberg tenía, como siempre pasa, algo de razón. ¿Por qué, se preguntaba Herr Augustus, han de ser mis pulmones sede permanente de la LIBAR? Que se vayan a Liverpool, que tampoco tiene mal clima. Aunque a Herr Augustus, hijo mío, como te digo, no le faltaba razón, nadie le hizo caso. Toma nota de esto, Eliacim. (Antes de que me olvide: aquella cuenta de serpentinas que te dije, ¿te acuerdas?, que me parecía un poco excesiva, ya la he pagado. Nunca lo hubiera hecho, pero ha habido motivos que tampoco tengo por qué darte a conocer.)
El género humano para la LIBAR, se divide, a efectos de exterminio, en tres grupos, A, B y C. Al A pertenecen aquellas personas a quienes conviene eliminar cuanto antes (médicos, químicos, filántropos, etc.); al B los seres humanos cuya destrucción no debe ser desaprovechada si se presentan circunstancias propicias (farmacéuticos, arquitectos, etc.), y al C, aquellos otros que, por diversas causas, conviene reservar hasta el final (políticos, estrategas, fabricantes de armas, etc.). Las listas no son nominales, como ves, sino clasificadas por oficios o actividades.
Gozo repitiendo lo que ya sabes, Eliacim, lo que tú mismo me diste a conocer, porque, aunque insisto en que no estoy muy segura de que el descubrimiento sea tuyo, siempre es saludable, creo yo, fingirse, ya que no sentirse, madre de un genio.
El grupo A lo forman…